Claudio Santander, presidente Empresas Masvida: "Vamos a buscar un nuevo socio, pero que no sea controlador"

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A días de que expire el plazo para presentar un plan a la autoridad, isapre alista un profundo ahorro de costos.




Seis días hábiles le quedan al directorio de Empresas Masvida (EMV), que preside Claudio Santander, para presentar a la Superintendencia de Salud un plan de reestructuración que convenza al regulador de que la compañía no quebrará y que podrá salvar su situación financiera. La meta, señala el propio Santander, es llegar a ese plazo con una propuesta concreta de alguno de los tres interesados en adquirir parte de la firma.

El ejecutivo, quien no había hablado públicamente desde el cierre del fallido acuerdo con Southern Cross hace más de dos meses, decidió revelar parte de sus planes para la isapre: además de reajustar en cerca de 20% los precios y revisar las coberturas del Plan Médico Socio -al que acceden los médicos que forman parte de la propiedad de la aseguradora- y el resto de los planes, planea cerrar oficinas y, al mismo tiempo, vender una participación minoritaria del grupo médico a inversionistas no médicos. Finalmente, buscarán enajenar parte de su red de clínicas. Todo esto, con las tres ofertas que, asegura, tienen sobre la mesa.

"Esta es la oportunidad de que Masvida se modernice y eso es también abrirse a una inyección de un socio estratégico, no controlador, que no solamente aporte capital, sino que aporte gobernabilidad (...) vamos a invitar a un socio, pero que no sea controlador" afirma el ejecutivo.

¿Cuáles son las ofertas?

La primera es de un inversionista de largo plazo con muchísima espalda financiera, interesado en adquirir sólo la red de clínicas de EMV. Esto implicaría dejar a la isapre químicamente pura, y sin generar controversia con los médicos dueños. Esperamos que este inversionista pueda concretar la oferta, y llegar a un precio adecuado para informar a la Superintendencia", dice optimista. La segunda opción es un fondo de equity interesado en todo EMV, pero que exige una rentabilidad de muy corto plazo. Están basados más bien en una mirada económica y no en una mirada de bien social". "La red de clínicas genera un valor social muy importante y no queremos perder eso. Que otro sea el dueño nos parece bien, siempre que tengamos los correspondientes acuerdos", agrega. La tercera alternativa es vender las clínicas por separado, en que dice tener tres interesados: uno quiere solamente la clínica de Puerto Montt; otro la clínica de (Universitaria) de Concepción y probablemente la de Chillán. Y el tercero, quiere Concepción, Puerto Montt y está evaluando si también le interesa Chillán.

¿En qué va el plan de ajuste y contigencia para el regulador?

Aparte de tener el inversionista y solucionar el problema del aporte de capital, nos piden saber las contingencia que va a tener la isapre para sacarla adelante. Por un lado, está aportar un socio estratégico o el capital correspondiente. La segunda contingencia es que, si vendiéramos la red de clínicas es evidente que quien las compre va a tener que la deuda o una parte de la deuda que tienen las clínicas con la isapre. Esa deuda no es por prestaciones sino que es deuda de inversión para construcción, habilitación y puesta en marcha, y está en alrededor de $40 mil millones.

¿Cómo se negociará eso para hacerlo atractivo?

La deuda la puedes negociar a largo plazo y corto plazo. La de corto plazo se inyecta directamente a la isapre con lo cual van a mejorar los ratios financieros (índice de liquidez, solvencia y garantías) Todo eso mejora si tu de los $40 mil millones inyectas unos $30 mil millones. Lo segundo queda respaldado porque es un activo que se está pagando. Al regulador le interesa que la deuda que haya se la pague. No le interesa que se la paguen mañana, le interesa que haya un plan regular firmado de modo que esta deuda se pueda ir pagando regularmente. Por lo tanto el inversionista que compra las clínicas, no necesariamente las tiene que pagar al contado, si no que puede pagar una parte al contado y otra parte a largo plazo.

¿A ello se suman la deuda operacional, a médicos y otras?

Ese es otro tema. El que va a comprar la clínica tiene que tener capital de trabajo y en el capital de trabajo tiene que pagar a los prestadores y pagarles, por supuesto, a los proveedores. Hoy día las clínicas están con sus sueldos al día, pero tienen atrasos de aproximadamente 60 días en pagos a los prestadores (médicos) y proveedores de insumos. Pero ese es un tema de quien compra las clínicas (...) No todas las clínicas necesitan capital de trabajo. La de Puerto Montt está bien, la de Chillán, la del Loa que está en Calama, no necesitan financiamiento externo, están funcionando bien, porque son clínicas más maduras.

Pero ese no es el caso de Clínica Universitaria y Las Lilas...

La Universitaria de Concepción ya tiene resultados operacionales positivos, por lo tanto necesita un pequeño empujón que va en $8 mil millones, que puede ser la mitad de corto plazo y el resto de largo plazo. La clínica Las Lilas requiere de un tratamiento especial, que es justamente lo que estamos mirando con el inversionista de qué manera lo vamos a manejar. Una posibilidad es dejarla en una lado y la otra posibilidad es tomarla pero con tratamiento de estrés. Nosotros estamos negociando para que sea tomada en el paquete de una sola vez y no dejarla de lado.

Es difícil considerando su situación patrimonial y la querella, ¿no cree?

No. Lo que hay es un ajuste que dejó a la clínica con un patrimonio negativo de $4.300 millones, por lo tanto lo que la clínica Las Lilas necesita un aporte de $4.300 millones para reponer ese patrimonio que está negativo y dejar capital de trabajo. Por eso nosotros creemos que el manejo debiese ser distinto. Están todas tomando paracetamol, por decirlo así, pero la clínica Las Lilas necesita ampicilina, gentamicina, más mitamisol.

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