Coco Legrand postula a Premio Nacional de Artes Escénicas

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Hoy anunció su postulación al Premio Nacional de Artes Escénicas que se entrega en agosto. Competirá, entre otros, con Joan Jara y Humberto Duvauchelle. "Por años esta sociedad ha mantenido una deuda con sus comediantes", dice el humorista.




Dentro de un mes cumplirá 70 años y aún recuerda las palabras de su padre, José González, hermano del ex Presidente Gabriel González Videla, un profesor de castellano que se negó a que uno de sus hijos estudiara teatro. "El talento nunca se duerme, me dijo. Así que usted primero estudie y después haga lo que quiera, pero antes me saca un cartón", contó hoy por la tarde el humorista chileno Alejandro González (1947) -más conocido como Coco Legrand- ante la prensa, amigos y jóvenes que copaban el foyer del Teatro Nescafé de las Artes, en Providencia, para el anuncio de su postulación al Premio Nacional de Artes Escénicas que se fallará en agosto. "El decía que si yo quería ser cura, porque quise serlo, tenía que llegar a Papa. O si quería ser militar, tenía que aspirar a general. Y cuando me dijo 'si vas a ser humorista', hoy que ya no está conmigo, le digo que al menos me postulé para ser el mejor", añadió.

Finalmente optó por el Diseño, carrera que estudió en la Universidad de Chile, aunque solo la ejerció durante un año. Ya desde 1970, en Arica, Coco Legrand dio sus primeros pasos sobre el escenario, con rutinas en solitario y que desmenuzaban la sociedad chilena, desde la familia hasta la clase política de la época. Pero fue en 1980, cuando llegó por primera vez al Festival de Viña del Mar, que al fin la risa tuvo su revancha, dice: "Yo creo que me hice humorista en defensa propia. Había cosas que me dolían, había cosas que me incomodaban, pero no quería atacar, quería hacerlo de otra forma y opté por este camino, el del humor".

Autor, director e intérprete de una docena de monólogos, incluidos ¡Al diablo con todo! (1996), junto a Fernando Josseau, y Terrícolas, corruptos pero organizados (2010), Legrand llegó hoy acompañado de varios de quienes ahora lo postulan al máximo galardón que entrega el país al teatro, la danza y el género audiovisual, y por el que compiten, entre otros, Joan Jara, Humberto Duvauchelle, Sergio Hernández y Oscar Castro.

Una lista encabezada por sus compañeros de elenco de la comedia Viejos de mierda, los actores Jaime Vadell y Tomás Vidiella (ausentes hoy), además de la Asociación de Periodistas de Espectáculos (APES) y Jorge Coulon, director del Parque Cultural de Valparaíso, entre otros, respaldan su postulación. "Me presentaron esta idea que me hizo reflexionar y pensar, y dije por qué no, he dedicado 48 años de mi vida a este oficio que es mi vicio, y pude tener un teatro durante 28 años que fue líder en términos de ser una sala de alta tecnología, muy diferente a lo que se conocía acá en Chile", comentó tras la conferencia acerca de la sala Circus Ok, demolida en 2012.

Debe ser, y lo sabe, el único humorista a la fecha en presentarse al mismo galardón. "Por años esta sociedad ha mantenido una deuda con sus comediantes, y francamente no entiendo por qué", opina. "Siempre se le debería tener en cuenta, porque es una herramienta maravillosa. El humor permite atenuar la información, no ser tan agresivo en la manera en que nos comunicamos. Humor y humano poseen una raíz común, y es una forma de referirse a un ser supremo. El humor significa 'Dios victorioso de la muerte', y es a lo que me he aferrado buena parte de mi vida y a lo que aconsejo que se aferren los más jóvenes. Ellos han sido hasta ahora los únicos que han visto en el humor algo más que el placer de la risa".

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