Créalo o no: los preferidos de los jefes nos hacen un favor

<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif"><span style="font-size: 12px;">Por años el favorito del jefe ha sido blanco del resquemor de sus compañeros. Pero ahora va camino a redimirse, nuevos estudios han mostrado que su sola presencia nos hace ser más eficientes.</span></font>




DON DRAPER tiene a Peggy Olson; Mister Pipa, a Pirulete, y Perry White, a Luisa Lane. Como en esos casos, en la mayoría de los equipos de trabajo los jefes eligen a un favorito. Si bien desde las jefaturas asumen que no es lo más políticamente correcto, se excusan en que es algo que pasa naturalmente. Feeling, le llaman.

En Chile la figura del favorito del jefe está muy presente. Según una encuesta hecha por Laborum para Tendencias, sobre casi 400 encuestados, tres de cada cuatro empleados creen que su jefe tiene un preferido. Otro sondeo realizado por Adecco para Tendencias, mostró el otro lado de la moneda preguntando a 105 gerentes o jefaturas si tenían un elegido y los números coincidieron: 75% respondió que sí. Y si tanto jefes como empleados lo reconocen, por algo será.

Aunque el favorito tiene mala prensa: siempre se ha pensado que a lo único que conduce es a envidias el que sea sólo uno el que reciba el buen trato, felicitaciones y otros privilegios. Pero ahora un nuevo estudio de la U. de Columbia Británica (Canadá) dice que la cosa no es tan así y que, aunque usted no lo crea, la existencia de un preferido del jefe beneficia no sólo al susodicho, también a todo el equipo.

Uno de los coautores de la investigación, Christian Tröster, de la Kühne Logistics University de Alemania, dice a Tendencias que los empleados elegidos como favoritos se benefician primeramente ellos porque el sentir que tienen un mejor estatus aumenta su autoestima y los ayuda a tener emociones positivas en su lugar de trabajo. Por eso, para mantener este estado positivo y 'recompensar' a su jefe, se vuelven más útiles y se abstienen de conductas laborales improductivas. De los consultados por Laborum, sólo 30% reconoció ser el elegido. ¿El sexo del preferido o preferida? 60% muejeres y 40% hombres.

Chao envidia

Alguna vez Napoleón dijo: "La envidia es una declaración de inferioridad" y algo de eso se ha visto en las oficinas. Por décadas los favoritos han sido blanco del bullying de sus compañeros, ganándose el mote de chupamedias y "espinitas". Aunque esto parece ir en retirada. "Antes se veía más envidia hacia la figura del favorito, pero hoy las condiciones que generan las nuevas generaciones que están ingresando al mercado laboral lo está cambiando. Ellos vienen con mayor confianza y autoestima y no necesitan que se las reafirmen los jefes. Por eso premios como el 'empleado del mes' se ridiculizan y van en retirada", dice María Angélica Zulic, sicóloga y gerenta general de Laborum.com.

De los encuestados, 71% considera que ser el favorito del jefe reporta beneficios. ¿Cuáles? 36% habla de mejor trato; 32% de mayor posibilidad de ascensos; 27% de flexibilidad de horarios, y 5%, de menor carga de trabajo. Aunque la evidencia científica muestra que quizá el mayor beneficio es colectivo, al fomentar la competencia a través de un efecto de contagio: al ver los beneficios que acarrea, otros quieren ser el regalón. Lo explica a Tendencias el investigador líder del estudio, Karl Aquino, de la U. de Columbia Británica (Canadá): "En el supuesto de que el favorito se merece un trato especial debido a un rendimiento excelente, podría motivar a otros a rendir a un alto nivel para que ellos también puedan llegar a ser uno de los favoritos", dice Aquino.

En uno de sus experimentos, los investigadores encuestaron en línea a 357 personas, pidiéndoles evaluar el nivel de trato preferencial que sentían en su lugar de trabajo. Después se les pidió designar a un colega para que respondiera una segunda encuesta en línea reportando si el primer voluntario violaba las normas de producción y conducta de la empresa. Los trabajadores que reportaron sentir un tratamiento preferencial de sus jefes informaron sentir una mayor autoestima en sus trabajos y sus compañeros les adjudicaron un comportamiento menos antisocial y más productivo.

Otra investigación examinó en qué medida el trato preferencial influía en la disponibilidad de las personas para tareas de beneficio común. Para eso se dividió a estudiantes en seis grupos de tres y se les pidió que enviaran sugerencias sobre cómo mejorar la educación de la universidad a un líder externo. Luego, tres grupos recibieron una respuesta del líder destacando, por sobre el resto, sus propuestas, mientras que los otros recibieron calificaciones positivas pero que dejaban claro que eran igual de buenas que las del resto. Finalmente, se pidió a los participantes calificar su voluntad para participar de una tarea en beneficio del grupo: quienes habían recibido tratamiento preferencial estaban más dispuestos a servir a sus compañeros que quienes habían recibido calificaciones positivas pero igualitarias.

¿El especial? Todos

Aunque no todo es coser y cantar. El estudio precisa que no siempre el favoritismo es el mejor camino y a veces sí termina en camionadas de envidia y mala onda. "Si el favoritismo se percibe como inmerecido y no está relacionado con el rendimiento, entonces se va a ver como injusto y puede disminuir la motivación y el rendimiento", agrega Aquino. ¿La clave? El investigador recomienda a las empresas hacer con cada empleado lo mismo que con sus clientes: buscar que todos se sientan especiales. "Ellos tratan de crear la impresión de que cada cliente es único, a pesar de que realmente todos son más o menos lo mismo. Nuestra investigación muestra que más que preocuparse acerca de que los traten bien, las personas queremos que nos traten mejor que al resto", concluye Aquino.

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