Critican medidas de seguridad de líder egipcio tras ataque a mezquita

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Imagen de los autos quemados por los militantes que atacaron la mezquita en el Sinaí, el viernes.

Hasta ayer, ningún grupo había reivindicado el atentado que dejó 305 muertos. Desde que Al Sisi llegó al poder en 2013, se ha registrado un aumento de grupos yihadistas.




El ataque terrorista que el viernes pasado dejó 305 muertos y más de 120 heridos en una mezquita en el norte de la Península del Sinaí puso de manifiesto la vulnerabilidad del país frente a los ataques terroristas. Esto pese a la severa estrategia de seguridad que lleva a cabo el Presidente Abdel Fatah al Sisi y que prometió "venganza" y una respuesta "con puño de hierro" luego del atentado.

El fiscal general, Nabil Sadek, describió en detalle el ataque: El viernes entre 25 y 30 hombres armados, que viajaron en cinco vehículos y llevaban banderas del Estado Islámico rodearon una mezquita sufista por todos lados en el pueblo de Bir al Abed en el norte del Sinaí. Después de una explosión ellos se instalaron afuera de la entrada principal y de las 12 ventanas, disparando a los fieles que allí se encontraban rezando. Siete autos fueron incendiados para evitar que las personas escaparan.

Hasta ayer ningún grupo había reivindicado el ataque. El grupo terrorista Wilayat Sina, la rama egipcia del Estado Islámico (EI), difundió ayer su primer comunicado tras la masacre sin hacer ninguna referencia al ataque, que según expertos lleva su sello.

En la nota, publicada en una de sus cuentas de la red social Telegram y cuya autenticidad no pudo ser verificada, el grupo informó que el sábado atacó a soldados egipcios en una zona sin especificar cerca de la frontera egipcia. Wilayat Sina reivindica frecuentemente ataques de este tipo contra la policía y el ejército egipcios, además de secuestros y asesinatos de civiles, por ejemplo, los que colaboran con las autoridades.

El diario The New York Times señaló ayer que uno de "los aspectos más alarmantes del ataque a la mezquita del viernes fue que los militantes pudieron llevarlo a cabo de manera muy fácil". En ese sentido, existen muchas críticas sobre la estrategia contra grupos yihadistas que se lleva a cabo en el país. Esto porque la insurgencia islamista se ha incrementado desde 2013, luego que Al Sisi tomara el poder en un Golpe de Estado.

En la misma línea un artículo del diario israelí Haaretz sostiene que Al Sisi "no tiene una solución mágica para detener el terrorismo yihadista en el país". Pero señala que el líder cuenta con tecnología avanzada que es suministrada por Estados Unidos y también por Israel, según fuentes consultadas por Haaretz.

"Al Sisi ha detenido el tráfico clandestino entre Gaza y el Sinaí, que durante años ha permitido el paso de terroristas. Él llenó el Sinaí con tropas de elite y llegó a un acuerdo con Egipto sobre la acción aérea en lo que era hasta ahora una zona desmilitarizada. La reconciliación entre Hamas y Fatah es también un componente importante en la lucha con los grupos radicales", señaló el periódico.

Sin embargo, NYTimes, explicó que por décadas Egipto había visto al Sinaí a través de un prisma militar y ha adoptado una estrategia agresiva que ha alienado a la población local. El Ejército ha realizado ejecuciones sumarias y ha destruido villas, al tiempo que no ha ofrecido soluciones a los problemas sociales y económicos, como alto desempleo, poco acceso a los sistemas de salud.

Por otro lado, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, dijo ayer que el ataque contra la mezquita galvanizará una coalición militar islámica contra "el terrorismo y el extremismo", que ha sido denominada como Coalición Antiterrorista Militar Islámica. Altos funcionarios de defensa de 40 países de mayoría musulmana se reunieron ayer en la capital saudita, Riad, como parte de una alianza creada hace dos años por el príncipe heredero que también es el ministro de Defensa saudita.

Funcionarios dijeron que el grupo permitirá que sus miembros soliciten u ofrezcan asistencia entre ellos para combatir a los militantes. Esto podría incluir ayuda militar, financiera, en equipamiento o de experiencia en materia de seguridad. El grupo, que tendrá una base permanente en Riad, también intentará combatir el financiamiento y la ideología terrorista.

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