Críticos charlan sobre la visita de Arnaud Desplechin a Chile

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En el marco de la presencia del realizador francés la próxima semana en el ciclo La Ciudad y las Palabras, Héctor Soto, Rodrigo González, Pablo Marín y Christian Ramírez conversarán en la Facultad de Arquitectura de la UC.




Considerado uno de los realizadores franceses más importantes de los últimos 20 años, el director Arnaud Desplechin es una de las grandes visitas cinéfilas del 2016. Uno de sus temas recurrentes es la familia y suele usar a los mismos actores, mostrando una personalidad evidente en todo lo que toca, deudora del viejo concepto del autor de la Nueva Ola de los años 60. Para hablar de todo esto y también del cine galo de hoy se reúnen mañana varios críticos en el conversatorio llamado Esperando a Arnaud Desplechin en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica (EL Comendador 1970, Providencia).

La cita es a las 13.30 horas y ahí estará Héctor Soto,  crítico y editor asociado de La Tercera junto a Pablo Marín (crítico de La Tercera), Rodrigo González (subeditor de Cultura de La Tercera) y Christian Ramírez (crítico de Artes y Letras de El Mercurio). La idea es refrescar los ánimos y las ideas en torno a Desplechin, que será entrevistado por el escritor argentino Alan Pauls el próximo jueves 17 en el marco del ciclo La Ciudad y las Palabras, que es organizado por la Facultad de Arquitectura de la UC y presentado además por La Tercera.

Responsable de películas como Reyes y reina (2004), Un cuento de navidad (2008), Jimmy P. (2013) y Tres recuerdos de mi juventud (2015), Desplechin ganó el codiciado premio César a Mejor Director 2016 por esta última cinta, donde recrea la juventud de Paul Dédalus. ¿Quién es Dédalus? Es un personaje recurrente en la filmografía de este realizador, un antropólogo que alguna vez ayudó a un muchacho judío a escapar de la antigua Unión Soviética y quien ya aparecía en 1996 en Comment je me suis disputé… (Ma vie sexuelle), interpretado como siempre por Mathieu Amalric, uno de los actores favoritos de Desplechin.

Lo que tenemos a fin de cuentas es un realizador que gusta de contar historias de familias, maltrechas y amigables; que introduce psiquiatras y crisis cuando quiere; que cuando puede le da un rol a Catherine Deneuve y que ha puesto a Amalric en varias etapas de su vida, un poco como Truffaut  lo hizo con Jean-Pierre Léaud desde Los 400 golpes en adelante. En definitiva, Desplechin es, por derecho propio, un gran heredero de la corona dejada por el más querido de los directores de la Nueva Ola.

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