Cruce entre Trump y Merkel pone a prueba una alianza histórica

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El Presidente de EE.UU. criticó el déficit comercial de Alemania. Esto luego que la canciller dijera que ya no se podía confiar en los aliados, como en el pasado.




La relación entre Estados Unidos y Alemania no atraviesa un buen momento, poniendo en peligro una alianza incondicional que data desde la Guerra Fría. Luego de dos días de reuniones, la semana pasada en la Cumbre del G7 las posiciones del Presidente Donald Trump sobre el cambio climático, la OTAN y el comercio dejaron muy molesta a la canciller alemana, Angela Merkel, al punto que declaró el domingo que la "era en que podíamos confiar completamente en otros ha quedado atrás". En una clara referencia a su homólogo estadounidense, aunque no lo mencionó.

"Los lazos transatlánticos son de suma importancia para nosotros, pero la situación actual da más razones para que nosotros tomemos nuestro destino en nuestras propias manos", añadió la canciller durante un acto de campaña en una cervecería en Munich.

Ya en Washington -tras su primera gira al extranjero- Trump no quedó indiferente y le respondió ayer a través de Twitter: "Tenemos un masivo déficit comercial con Alemania, además (ellos) pagan mucho menos de lo que deberían por la OTAN y (la alianza) militar. Es muy malo para Estados Unidos. Esto cambiará".

Para el diario The Washington Post, las quejas de Trump se deben a que su administración tiene "mal entendidos" básicos respecto de la política económica de Alemania.

Ante la controversia por las declaraciones del mandatario el vocero de la Casa Blanca Sean Spicer tuvo que salir a explicar que la relación entre ambos líderes es "bastante impresionante". "Se llevan bien", añadió y dijo que Trump tiene "un gran respeto" por Merkel.

Pero no todos creen que los vínculos estén bien. Según el diario The New York Times, los fuertes comentarios de Merkel son un potencial cambio radical en las relaciones transatlánticas. "Considerando que Estados Unidos está menos dispuesto a intervenir en el extranjero, Alemania se está convirtiendo cada vez más en un poder dominante en sociedad con Francia", añadió.

En todo caso, la cadena británica BBC explica que esta retórica más agresiva de Merkel responde a que la canciller se encuentra en medio de la campaña por las elecciones generales del próximo 24 de septiembre.

"Trump es muy impopular entre los votantes alemanes y el hecho que no se haya comprometido a los acuerdos climáticos de París en el G7, al artículo 5 de la OTAN (sobre defensa colectiva) enojó a muchos europeos. Los comentarios de Merkel en cuanto a que ya no es capaz de confiar en los aliados recibieron un eufórico aplauso", añadió la editora europea Katya Adler.

El actual estado de las relaciones entre Estados Unidos contrasta con el "ich bin ein berliner" ("soy un berlinés") pronunciado por John F. Kennedy en 1963, en el Berlín del muro y de seguir así se podrían encaminar al nivel de 2005, uno de los peores en la historia reciente, cuando el gobierno del entonces canciller Gerhard Schroeder criticó a Washington por la invasión a Irak.

La llegada de Merkel al gobierno de Alemania y de Barack Obama en Estados Unidos permitió un reajuste de las relaciones entre dos aliados estratégicos. Sin embargo, esos lazos volvieron a sufrir un duro golpe en 2013, cuando se reveló que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense había interceptado teléfonos particulares de numerosos líderes extranjeros, incluyendo a la propia Merkel.

"Esto parece el fin de una era, una en la que Estados Unidos lideró y Europa lo seguía", dijo al diario The New York Times, Ivo H. Daalder, director del Chicago Council on Global Affairs. "Hoy, Estados Unidos se está dirigiendo hacia una dirección sobre temas clave que parecen diametralmente opuestos respecto de Europa. Los comentarios de Merkel son un reconocimiento de esta nueva realidad", añadió.

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