Dante Contreras, ex director ejecutivo del banco mundial para el cono sur: "Esta polémica le restará importancia al ranking Doing Business"

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Dante Contreras es profesor titular del Departamento de Economía de la Universidad de Chile. Entre 2008 y 2010 integró el directorio del Banco Mundial.

Durante dos años, el académico de la Universidad de Chile fue director en la entidad multilateral y por eso cree que el economista jefe, Paul Romer, renunciará como señal del interés por la relación bilateral. "El Banco Mundial tiene una institucionalidad que es muy jerárquica, con procedimientos nítidos respecto de la relación con los Estados... Es neutra en sus opiniones", dice el economista.




Entre 2008 y 2010, el economista chileno Dante Contreras fue director ejecutivo del Banco Mundial (BM), representando a los países del Cono Sur. Fueron dos años en que llevó hasta el organismo la opinión soberana de Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, además de no pocas críticas y visiones dispares. También fue un tiempo en que como funcionario de la entidad multilateral conoció su interna y cómo transitar por un engranaje institucional en el que hasta ahora poco se había reparado.

Hace una semana, el BM entró en una fuerte polémica con Chile, uno de sus países miembros, y quien la desató fue su economista jefe, Paul Romer, al asegurar al Wall Street Journal que el reporte anual de competitividad que emite el banco, el Doing Business, había perjudicado la posición de Chile durante los gobiernos de la Presidenta Michelle Bachelet, debido a cambios metodológicos contaminados políticamente.

Sus dichos apuntaron al economista boliviano Augusto López-Claros, responsable del reporte en los últimos años y hoy con licencia. Tras la protesta diplomática chilena, descargos de los ministros de Hacienda y Economía y una carta de la CEO del BM, Kristalina Georgieva, ofreciendo disculpas al gobierno chileno, la historia dio un giro total. El miércoles, Romer se retractó y otra vez pidió disculpas, evidenciando una compleja diferencia interna.

Contreras, de hecho, así lo cree, tras conversar con profesionales y autoridades del BM con quienes mantiene contacto. "Consulté y la visión que hay dentro es que esto es resultado de una disputa interna entre Romer y la administración. Nadie estaba enterado de sus observaciones, no hubo deliberación previa, no siguió el conducto, y dado eso y otras cosas más, es muy probable que el directorio pida su renuncia y haga cambios en la estructura", dice el académico de la Universidad de Chile.

¿Qué opina de lo ocurrido?

Mi primera reacción cuando vi la declaración de Romer fue de sorpresa, porque una comunicación de ese calibre en general tiene una discusión muy profunda en la institución del Banco Mundial antes de ir a la prensa. Aunque me llamó mucho la atención que lo haya dicho por la prensa, mi primera lectura fue que era un tema ampliamente discutido dentro y que probablemente las comunicaciones y las explicaciones serían dadas al gobierno chileno de inmediato, porque esa declaración había sido fruto de una discusión y un proceso deliberativo interno. Pero a poco andar, cuando oímos a López-Claros, el encargado de hacer las cuentas del Doing Business, contradecir la opinión de Romer, ahí quedó a la vista que mi presunción no era correcta y que había un problema interno relevante.

¿Como para renunciar ambos?

Cuando leo todo lo que pasa y voy viendo, no sólo yo, sino todo el mundo, que hay declaraciones cruzadas, es evidente que López-Claros o Romer saldrá del banco, porque no es sostenible esa contradicción. Era mi idea previa, pero finalmente con la carta que Kristalina Georgieva envía al gobierno de Chile queda muy nítido que una renuncia es evidente, y luego con la retractación de Romer, creo que quien saldrá será él. Estas son instituciones que tienen un carácter diplomático en su relación con los países, por lo que la comunicación con los Estados es muy formal y también muy neutra, para evitar que cualquier diferencia entrampe la colaboración mutua. Dada la connotación de esto, pareciera ser insostenible que Romer siga.

¿Hay un manual, protocolo, un procedimiento explícito en el BM al que debió acudir Romer antes de dar la entrevista?

El Banco Mundial tiene una institucionalidad que es muy jerárquica, con procedimientos nítidos respecto de la relación con los Estados. Eso es clave, porque se trata de una institución que se dedica a dos temas principalmente: apalancar recursos para los países y buscar canales de financiamiento, y darles apoyo técnico en distintos tipos de intervenciones para mejorar el bienestar social. Lo central es superar la pobreza, mejorar la educación, impulsar programas de infraestructura, mejoras de salud, de vivienda, etc. Para concretarlo, hay toda una estructura, un management, una administración al interior que planifica los proyectos, los préstamos, negocia las condiciones, establece el diálogo con los países, define una cartera de proyectos conjuntos, el financiamiento y plazos, las estructuras de apoyo. Luego de todo eso se concretan los préstamos y las distintas actividades. Pero se sigue un canal formal y ese canal no se siguió.

Se dice que Romer más que faltar al protocolo, falló por razones personales, problemas de salud…

He escuchado a muchos, con una liviandad grande, decir que Romer está prácticamente desequilibrado y que por eso dijo lo que dijo. Creo que se equivocó en el procedimiento, en no seguir la jerarquía, los protocolos. Pero otra cosa igual de errada es caricaturizar este tipo de situaciones.

¿Se le ha caricaturizado?

Sí, y aunque realmente creo que cometió un error importante, incluso a nivel diplomático, es un muy buen economista y por eso está en el banco. Los funcionarios del BM son de alta competencia técnica, dedicados a un trabajo y a una gestión muy delicados y complejos por el rol que cumple el banco, con distintos tipos de Estado y países como contraparte, son expertos de un alto capital técnico e intelectual, por lo que me parece muy poco serio ese tipo de juicios. Eso no le hace bien ni al banco mismo ni a las otras organizaciones multilaterales, como el FMI, el BID, la Ocde. Tampoco les hace bien a los países miembros.

Con todo, ¿la solución pasa porque Romer renuncie?

La solución, a mi juicio, pasa porque el BM, su alta administración, no deje la impresión de que saltar los conductos, no seguir una línea establecida jerárquicamente, un canal de debate, es algo que se puede hacer y de cuyos efectos nadie se responsabiliza. Creo que Romer va a renunciar, porque es un profesional de alto prestigio, alta capacidad, que ya se ha dado cuenta de su error y sus consecuencias. Es así, porque además en el BM la figura y el rol que ejerce el economista jefe son de altísima relevancia.

¿Por qué?

El economista jefe está definido en el Banco Mundial como el jefe, el cerebro de toda la gestión económica de la institución, es el articulador y quien guía toda la línea de trabajo en esa materia y desde ese lugar es que tiene injerencia e influencia, opinión, en toda la actividad de colaboración y apoyo técnico que se brinda a los países. Por eso, los dichos de Romer son tan graves para la diplomacia del BM.

Cuando se destapó el tema salieron varios expertos y autoridades a bajar el perfil al Doing Business. El ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central, ambos con historia en ese tipo de entidades, aclararon que los inversionistas no decidían en función de ese ranking. ¿Es importante o no?

Cuando fui director ejecutivo y se discutía el Doing Business, los colegas, por ejemplo, de Argentina, Bolivia, Paraguay e incluso Uruguay eran bien críticos al indicador del reporte y los chinos, en especial, no le daban mayor importancia, porque argumentaban algo que es cierto: no salían bien evaluados, pero eran el segundo país que más crecía. También eran muy críticos los brasileños y los mexicanos; en general, lo consideraban un indicador poco relevante. Por esos años, Chile rankeaba bien, no había reparos, pero tampoco los hubo cuando empezó a bajar en el ranking, porque no era un gran problema y sigue no siéndolo.

Entonces, ¿en sí mismo no tiene mucha significancia para un país?

En la construcción de este indicador quien representa a los países expresa su opinión sobre lo que se está midiendo, lo que se busca, las observaciones. En su elaboración hay muchas reuniones bilaterales donde se presentan los indicadores y los resultados, hay espacio para las críticas y para correcciones. Es un trabajo profesional, serio, constructivo. Pero es un indicador más, un producto de muchos que genera el banco, forma parte de una agenda más grande, un reporte que entrega datos como muchos otros. Un inversionista puede mirarlo, pero también mira otros indicadores y variables mucho más relevantes de un país para saber si le conviene o no impulsar un proyecto o invertir.

¿Qué variables son esas?

El Doing Business es un ranking que mide y pondera diversos aspectos de una economía, generando un indicador de competitividad. Por ejemplo, le da importancia a lo que demora un emprendedor en formar una empresa. Eso no está mal, pero en una perspectiva de largo plazo lo que importa de una economía, para quien invierte, son los temas estructurales de un país, de una economía, y esos temas se refieren a la política social, la política tributaria, la normativa laboral, la relación con el medioambiente, por dar ejemplos. Formar una empresa en un día es un punto importante en ese reporte, pero dudo que para un inversionista grande sea lo central.

La cuestión diplomática

¿Cuánto daña este caso la relación que tiene Chile con el banco?

No creo que haya un daño a la relación bilateral que ha sido de permanente colaboración entre ambos. Pero sí creo que toda la polémica da cuenta de una pugna y de diferencias internas relevantes que aún no han sido abordadas institucionalmente de la manera correcta. Con todo, tanto la protesta diplomática chilena como la respuesta formal del banco, en la carta de Georgieva, en que pide "sinceras disculpas", evidencian un ánimo por superar el problema que, siendo importante, no es un quiebre.

Una cosa son las diferencias internas o una ruptura institucional, pero otra es la imagen. ¿Quedó dañada la credibilidad del BM como un actor internacional relevante?

No creo que su imagen haya sido dañada, y honestamente descarto que se haya dañado la credibilidad del banco, pero sí creo que le restará importancia al Doing Business. Este reporte es un insumo, un producto de muchos que genera el staff y hoy está en cuestionamiento un aspecto, hay una interrogante respecto del uso de algunos cambios metodológicos, al menos una autoridad de la entidad tenía esa duda. Creo que el reporte ya no tendrá el mismo valor, al menos para la autoridad chilena.

¿Eso es grave o no?

No, porque eso no significa que todo el funcionamiento y la actividad del banco, todos los otros reportes e informes que genera, la colaboración técnica que entrega, estén en entredicho. Esto hay que verlo con atención, analizar el tema metodológico si hay dudas -y puede que las haya-, pero no perderse. El BM tiene una larga relación con Estados soberanos, pilar de transformaciones relevantes para mejorar el bienestar social de varios países, muy valorada técnicamente y que cumple un rol de apalancamiento financiero clave, incluso para que varios superaran la última crisis internacional.

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