Desde familias completas hasta embarazadas: Empresa española imprime en 3D reproducciones de personas

Al cliente lo escanean durante 10 minutos en una plataforma giratoria con una pistola escáner que permite captar con precisión los detalles de los cuerpos.




Dos hermanos peruanos triunfan en Barcelona con un negocio que imprime en tres dimensiones reproducciones de personas.

Al cliente lo escanean durante 10 minutos en una plataforma giratoria con una pistola escáner, que capta entre 3.000 y 4.000 imágenes, lo que permite captar con precisión los detalles de los cuerpos.

Un software realiza ajustes a lo escaneado y el diseño pulido se pasa a una computadora que lo imprime en tres dimensiones.  

La impresora puede imprimir hasta ocho figuras en un material llamado polímero en 13 horas y un acabado final compuesto por líquidos le realza los colores. 

Los hermanos peruanos Jorge y Julián Montoya, residentes en Barcelona desde hace años, abrieron en mayo la tienda, Labs3d, en el corazón de la ciudad, y cerca de medio millar de personas ya se han hecho imprimir en figuras.

Los tamaños de las figuras oscilan entre los 13 centímetros, que cuesta 99 euros (cerca de $73.000 chilenos), y los de 25 centímetros, por 269 euros ($199.000 chilenos).

Jorge Montoya, de 52 años, trabajaba en una empresa de tecnología en Barcelona hasta que en 2012 cerró por la crisis.

Tuvo la idea en Tokio, donde vio un negocio similar en el que "los japoneses se disfrazaban de personajes de Manga para hacerse imprimir", recuerda.

Jorge Montoya cuenta cómo hay hombres "ellos o sus mujeres, que nos piden que les quitemos tripa y papada o que les pongamos pelo".

Una suegra "me pidió que pusiera a su yerno sonriente y una chica que le enderezara su tabique torcido", sostuvo mientras entran decenas de personas, medio centenar en todo el día, para informarse. 

A la tienda llegan muchos jubilados que se hacen imprimir con los uniformes del que fue su trabajo, como bomberos, médicos, cazadores, ciclistas o empleados de correos.
 
También se hacen imprimir familias enteras y "muchas embarazadas que están al final de su embarazo", manifestó Montoya, y recordó que "vinieron una vez dos hombres que se imprimieron totalmente desnudos".

En otra ocasión, a partir de una foto, Montoya imprimió a un hombre abrazado a su esposa ya fallecida.

Jorge Montoya ya está pensando en una próxima variante: imprimir en chocolate reproducciones de personas para colocarlas sobre las tartas.

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