Director del Museo de Arte de las Américas: "El arte latinoamericano se pone cada vez más de moda en EEUU"

El recinto, ubicado en Washington, desde hace cuatro décadas reúne una valiosa colección de arte del continente. Acá, su director se refiere al financiamiento, la infraestructura, el arte chileno y su internacionalización.




El colombiano Andrés Navia dirige por tercer año consecutivo el Museo de Arte de las Américas, (AMA) en Washington, EEUU. Opacado por sus vecinos del Smithsonian -compuesto de 19 museos y galerías-, y ubicado a pasos de la Casa Blanca, el AMA funciona desde hace 40 años y tiene directa conexión con la Organización de los Estados Americanos (OEA). Descrito muchas veces como el Museo de Arte de la OEA, el lugar no sólo cuenta con una valiosa colección de arte americano, sino que además guarda diversos patrimonios artísticos de Chile.

En sus espacios es posible encontrar pinturas como Hermala I y Hermala II de Roberto Matta junto a obras pictóricas de Juan Downey, entre otros. Además, al subir las escaleras que llevan a la oficina de Navia, el visitante se encuentra de frente con uno de los tesoros del arte chileno, La vaca sagrada de Rodolfo Opazo. Y a fines de enero culminó la retrospectiva de Jorge Tacla, artista chileno que reside en Nueva York desde hace más de tres décadas, que reunió pinturas y dibujos que indagan sobre el trauma, la memoria colectiva y la mutilación de la identidad.

El proyecto Art After Dark, con el que Navia busca expandir la oferta del museo y experimentar con propuestas jóvenes, también ha incluido a artistas nacionales. “Nuestro último Art After Dark presentó al chileno Matías Aguayo, quien reside en Alemania”, dice Navia. “Estos eventos tienden a ser muy populares y atractivos ya que cambian el estilo de exponer para mostrar temas vanguardistas y modernos del arte latinoamericano”, agrega este politólogo, cuya relación con el arte se remonta a Colombia y a su familia.

¿Cuál es su principal desafío como director?

Estar en un mundo de mucha calidad estética y poder hacerlo público es el gran reto. Estados Unidos es un país con mucha calidad estética. El museo se creó para mostrar el lado complejo del arte moderno latinoamericano, para romper con esos esquemas que tienen muchos de un arte tropical. Creo que este museo logró cambiar el parámetro internacional que tiene el arte latinoamericano, romper con una visión muy individualista de cada país y conformar un museo de las Américas.

¿De qué manera se ha ido armando la colección permanente del AMA?

Se ha construido por la donación de los mismos artistas. Generalmente se aceptan donaciones de obras de los artistas que han mostrado en el museo. Pero cada vez se ha puesto más riguroso el proceso y existe un análisis profundo antes de la aceptación de una pieza. Existe una posibilidad para artistas emergentes, porque si llegan a exponer en el museo ya califican para poder donar una de sus piezas y ser parte de un legado.

¿Qué característica destacaría del artista chileno en comparación con otros latinoamericanos?

Me gusta mucho Iván Navarro. Creo que destaca ya que usa objetos innovadores. Es un artista que sí o sí tiene el wowfactor que buscamos  en el museo y sobresale en el hacer y proponer de sus obras.

¿Qué le falta al artista chileno y al desarrollo del arte en el país?

Yo diría que más presencia internacional. Muchos países en Latinoamérica tienen artistas expatriados y existe un tema de desvincularse de sus países nacionales y ser internacionales. Creo mucho en la alianza privada y pública, siento que un Ministerio de Cultura tiene que asumir el rol de vincular a aquellos artistas que dejan sus países para que logren reconocimiento. Critico un poco las exposiciones que se hacen en los recintos de las embajadas, ya que para el artista es importante exponer en museos internacionales. Y para que una carrera se forme de manera más rigurosa es importante el rol del curador. La figura del curador debe ser potenciada.

¿Qué diría que le falta al AMA en comparación con sus vecinos Smithsonian?

Esos museos son unos monstruos, en el buen sentido de la palabra (son grandes, gratis, con recursos). Un punto de ventaja que tenemos aquí en el AMA en comparación con los Smithsonian es que esos museos están tan institucionalizados que muchas veces es difícil para los artistas jóvenes llegar a exhibir allí. Tenemos un vínculo con el Museo de Arte Contemporáneo de Washington por su tema de arte moderno y hemos podido hacer préstamos. Sin embargo, todavía no tienen el espacio para artistas jóvenes.

¿Cómo recaudan fondos?

La falta de presupuesto es un tema importante aquí en el museo y hemos tenido que afiliarnos a galerías privadas en EEUU. La Organización de Estados Americanos no entrega presupuesto para las muestras del museo. La muestra de Jorge Tacla tuvo gran éxito y mucho de eso se dio gracias a los vínculos que hicimos con una chilena, Javiera Parada (agregada cultural de Nueva York) y la Cristin Tierney Gallery de Nueva York.

El Museo de Arte de las Américas lleva varios años con un proyecto de expansión del edificio. ¿En qué va ese proyecto?

El museo tiene más una visión de expansión que un proyecto concreto. Esta es la gran responsabilidad que tenemos nosotros con la colección permanente, que tiene más de dos mil piezas y el legado que significa este museo para el arte latinoamericano sobre todo en EEUU. Además, dado la crisis financiera que tiene la OEA, no existe la capacidad financiera ni técnica para expandir el museo. La OEA sola no puede y, por lo mismo, se necesita un socio para que nos ayude a conservar el legado. El espacio es muy reducido y caemos en esa dualidad de promover artistas jóvenes y así promover la colección permanente. El público pide especialmente la colección permanente porque el arte latinoamericano se pone cada vez más de moda en EEUU. Nos encantaría tener el espacio para que nuestra colección permanente se potencie

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