Director y musa de Madre adelantan la nueva película de terror de la productora Sobras

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Aaron Burns y Daniela Ramírez cuentan cómo fue filmar la cinta que se estrena el jueves. La historia se enfoca en miedos sicológicos más que en amenazas sobrenaturales.




"Son realmente como un curso de universidad. Tienen sus propios códigos, su propio lenguaje", dice Daniela Ramírez, sonriéndole a Aaron Burns, quien asiente de manera cómplice. La actriz nacional se refiere a Sobras, la productora de Nicolás López y Miguel Asensio, detrás de películas como Sin Filtro y Knock knock, con la cual Burns cruzó caminos hace más de una década. "A Nicolás y Miguel los conocí en 2006, y trabajamos mucho a la distancia", explica el estadounidense, nacido en Houston, Texas. "Pero hace seis años, desde la filmación de Qué pena tu familia, he estado viviendo en Chile y he trabajado en todas las películas de Sobras. Tenemos nuestro idioma; uno dice algo y todos entienden. La Dani estaba perdida un poco el primer día, pero después tomó el ritmo", continúa Burns. "Ellos me invitaron a este mundo y fue muy entretenido. Creo que lo que más hicimos fue pasarlo bien en este rodaje", complementa Ramírez. Ambos hablan de Madre -que se estrena el jueves-, la nueva película de la productora y la primera estrenada bajo la nueva división de Sobras, Purgatorio, que se especializará en cintas de horror.

Tanto para Burns como para Ramírez, la filmación significó una primera vez: para el norteamericano fue su primera experiencia dirigiendo una película de terror (y su debut en ese rol en Sobras). Para la chilena, su primer papel en una cinta del género. "Yo ya había dirigido una comedia tipo Promedio Rojo en Estados Unidos (Blacktino, 2011), pero esto fue distinto. Como soy extranjero, siento que con esta película traigo una sensibilidad de gringo noventero, de películas de esa época, a un mercado distinto. Estamos haciendo una fusión de lo mejor del chileno y lo gringo", explica el cineasta -que en su español ya tiene incorporados todos los chilenismos posibles-. "Para mí, el hacer terror lo abordé sin ningún tipo de prejuicio. Me dispuse a entregarme a la historia, porque había que sacar lo mejor de uno para esta. Además Aaron tenía muy claro lo que quería. Tenía la película completa en la cabeza. Uno llegaba y le proponía algo, y él te miraba con escepticismo y te decía, 'ya, pero es que...'", agrega Ramírez riéndose.

Paranoia en filipino

Madre sigue a Diana, una mujer embarazada que de paso lucha con la crianza de su hijo autista de diez años. Su marido pasa permanentemente de viaje, por lo que poco puede ayudarla con el niño, que suele tener arrebatos violentos. Entre el hijo que está por nacer y su situación actual, Diana vive en la desesperación. Eso hasta que en medio de una de las crisis de su hijo en un supermercado, conoce a una anciana filipina que tiene la extraña habilidad de calmar al niño. Diana la contrata como su empleada doméstica, pero luego de extraños sucesos en la casa, la paranoia comienza a apoderarse de ella, y comienza a ver evidencia de que la mujer que dejó entrar a su hogar podría estar conspirando para deshacerse de ella.

"Yo no creo mucho en los fantasmas ni en los monstruos. Creo que uno en verdad nunca conoce a nadie que tenga experiencias con eso. Los vampiros no persiguen a gente en sus casas, ni se encuentran con cuerpos con las tripas afuera. Lo que me da miedo es la gente; confiar en desconocidos", dice Burns. "La audiencia siempre está en la posición de la protagonista. No me gusta que las películas te presenten algo y luego cambien de punto de vista. Por ejemplo, aquí la nana habla con el niño en filipino. Y nunca hay subtítulos. Porque la protagonista no entiende filipino. Entonces, si ella no lo hace, ¿por qué nosotros? Uno está siempre en la posición de ella. Si alguien por casualidad entiende filipino, la raja, va a saber de inmediato qué pasa en la película", agrega riéndose.

"La gente se va a ir con la sensación de haber visto realmente una película de género. Logramos fusionar el terror con una historia dramática, con relaciones complicadas. Lo que me gusta es que son diversos factores los que hacen que el terror vaya apareciendo; la paranoia, cómo la mente de uno puede comenzar a girar y empezar a sugestionarse sola. Y no sabe si seguir su instinto. ¿Le hago caso? ¿O me estoy volviendo loca?", dice Ramírez.

Durante los primeros meses del año, Madre ya tuvo un paso por festivales internacionales, incluyendo el prestigioso SXSW, y Netflix ya se hizo con los derechos para incorporar a su catálogo la película tras su paso por la pantalla grande. "Creo que en Sobras siempre se busca la forma de hacer cosas grandes acá y que puedan salir al mundo. Estamos buscando nuestro propio camino sobre cómo podemos agrandar nuestro espacio y hacer cosas entretenidas. Lo que más me gusta de esta película es que no tiene nada sobrenatural. Es algo sicológico, algo que realmente le puede pasar a la gente y cambiar lo que es tu realidad", dice Burns, a lo que Ramírez agrega: "Uno puede ser el peor enemigo de uno mismo. Todos tenemos nuestros demonios".

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