Dotcom vuelve a tribunales para pedir a policía neozelandesa que lo indemnice

El proceso judicial es una prolongación de las vistas que comenzaron el año pasado para pedir que se indemnice al fundador del desaparecido portal Megaupload por supuestos daños y perjuicios.




El informático alemán Kim Dotcom, requerido por EEUU por supuesta piratería informática, retornó hoy a los tribunales de Nueva Zelanda para pedir que la Policía de ese país le indemnice por el allanamiento ilegal de su vivienda en enero de 2012.

En junio del año pasado, el Tribunal Superior de Nueva Zelanda declaró ilegal la orden de allanamiento policial por considerar que era demasiado amplia y no describía adecuadamente los cargos así como la incautación de parte de los objetos del fundador del clausurado portal de descargas.

El proceso judicial en la ciudad de Auckland, que durará hasta el viernes, es una prolongación de las vistas que comenzaron el año pasado para pedir a la Policía neozelandesa que indemnice al fundador del desaparecido portal Megaupload por supuestos daños y perjuicios, según Radio New Zealand.

Se espera que comparezcan nuevamente Grant Wormald, quien fue el jefe de ese vasto operativo orquestado por Estados Unidos, así como el asistente del comisionado de la Policía, Malcolm Burgess, agregó la fuente.

Dotcom fue detenido junto a otros tres ejecutivos de Megaupload en su mansión de las afueras de la ciudad de Auckland en enero de 2012, en el marco de una operación policial impulsada por EEUU, y que incluyó el cierre del portal, la confiscación de sus bienes y la congelación de sus cuentas, y otras detenciones en Europa.

Dotcom y sus tres socios actualmente se encuentran en libertad condicional en Nueva Zelanda a la espera del inicio del juicio de extradición a EEUU previsto para agosto próximo, mientras libran otras batallas judiciales que se han visto teñidas por escándalos como el espionaje ilegal por parte de la Inteligencia neozelandesa.

Las autoridades estadounidenses atribuyen a Megaupload haber causado más de 500 millones de dólares en pérdidas a la industria del cine y de la música al transgredir los derechos de autor y obtener con ello unos beneficios de 175 millones de dólares.

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