Eduardo Rodríguez Veltzé: "Hoy está en manos de los políticos y diplomáticos abrir una nueva oportunidad"

El ex presidente es uno de los principales partidarios de restablecer el diálogo entre Chile y Bolivia, pese a los litigios que enfrentan a los dos países. Sabe que su voz es minoría en el gobierno de Evo Morales, pero aún así insiste en que "se pueden encontrar múltiples alternativas" para resolver el enclaustramiento de Bolivia.




La semana pasada, en medio de la presentación de la dúplica de Chile ante la Corte Internacional de Justicia por la demanda marítima interpuesta por el gobierno de Evo Morales, el agente boliviano ante La Haya, embajador Eduardo Rodríguez Veltzé, se vio envuelto en una dura controversia con el canciller Heraldo Muñoz, a quien pidió no asumir el rol de juez de la corte. Esto, luego de que el jefe de la diplomacia chilena asegurara que "Bolivia no ha logrado demostrar que exista una obligación jurídica de Chile de negociar una salida soberana al mar".

Hoy, quien fuera presidente de la Corte Suprema y jefe de Estado de Bolivia, prefiere no seguir ahondando en la polémica con el canciller Muñoz al responder un cuestionario de Reportajes. "No me merece la pena abrir un debate improductivo", escribe este abogado cochabambino de 61 años, que se ha convertido en Bolivia en una de las principales voces a favor de retomar el diálogo con Chile y de terminar con las pugnas a través de las redes sociales, las que han deteriorado las relaciones entre chilenos y bolivianos.

Desde que se presentó el juicio se ha producido un serio deterioro de las relaciones entre Chile y Bolivia. ¿Está de acuerdo con la forma en que algunas autoridades bolivianas y chilenas han utilizado las redes sociales, en especial Twitter, para referirse a temas bilaterales o materias que están sujetas a la sentencia de la Corte Internacional de Justicia?

Será mejor proyectarse al futuro y considerar con altura de miras el amplio espectro de oportunidades que ambos países tenemos para convertir nuestra vecindad en un espacio de nuevas y mejores oportunidades para nuestros pueblos y las nuevas generaciones. No podemos quedarnos anclados en centenarias disputas y menos acrecentadas por improductivos desencuentros en las redes sociales.

Bolivia con este juicio espera que Chile se siente a negociar de buena fe una salida soberana al mar. ¿El deterioro que ha existido en las relaciones entre Chile y Bolivia pone una cuota de incertidumbre sobre la forma en que podrían llevarse adelante estas negociaciones?

Lo más importante es que ambos países, ambos pueblos, reconociéndose como vecinos, complementarios, de orígenes y destinos comunes, sean capaces de mirar hacia adelante -ya no al pasado– y generar fórmulas de conveniencia mutua. Sin esta actitud las diferencias se extenderán indefinidamente en el tiempo.

Según sus estimaciones, la corte podría fijar las audiencias orales en febrero para que tengan lugar en los primeros meses de 2018. De ser así, tal vez tengamos un fallo a fines del próximo año. ¿Cree que hay un clima adecuado en las relaciones entre Chile y Bolivia para que se establezca una negociación bilateral?

La diplomacia se pone a prueba precisamente para superar las tormentas y generar las mejores condiciones de diálogo y negociación. Estoy convencido de que Bolivia y Chile pueden asumir ese desafío.

¿Cree que Bolivia y Chile ya están mirando los escenarios posfallo de La Haya en la demanda marítima?

Destaco el restablecimiento de reuniones técnicas en diversos temas, porque son imprescindibles para atender y mejorar nuestra condición de vecindad, independientemente de la causa en La Haya y los escenarios que se desplieguen después del fallo el próximo año.

El fallo de La Haya coincidirá con un nuevo gobierno en Chile. Si las encuestas no se equivocan, podría ser encabezado por Sebastián Piñera. ¿Hay preocupación en Bolivia de que la ejecución de la sentencia coincida con esa administración?

El final del proceso en La Haya abrirá una nueva etapa en la relación de Bolivia y Chile, independientemente de sus gobiernos. Hago votos porque lleguen mejores tiempos y podamos demostrar en nuestros países y en el resto del mundo que una modalidad de resolución "pacífica" de diferencias, como es el espacio judicial de la Corte Internacional de Justicia, valió la pena. La ley, el derecho y la justicia han reemplazado a los cañones y las trincheras que nos separaron, hoy está en manos de los políticos y la diplomacia abrir una oportunidad que permitirá tender puentes y volver a sentarnos, mirarnos y buscar soluciones posibles con afecto, amplitud y generosidad, incluyendo las preocupaciones de todas las partes, incluso las del vecino Perú. En la inmensidad de Atacama y el Pacífico se pueden encontrar múltiples alternativas para resolver el injusto y centenario enclaustramiento de Bolivia.

¿Bolivia de verdad está abierta a distintas opciones? ¿Bolivia debería ser más explícita en su disposición a entregar algo en una negociación por una salida al mar?

Estos son temas que estamos debatiendo ante la corte, no ingresaré en ellos.

El canciller Muñoz afirmó que Bolivia no ha logrado demostrar en este litigio que Chile tenga una obligación de negociar con Bolivia una salida soberana al mar, materia que es precisamente lo que debe definir la corte. ¿Se apresuró el canciller Muñoz?

Sólo le corresponde al tribunal concluir sobre la causa.

Desde la perspectiva de Chile, si la corte falla en favor de Bolivia ninguna autoridad del mundo se atreverá a decir algo por temor a obligar a su país. ¿La demanda boliviana pone en riesgo la acción diplomática mundial, como sostienen autoridades chilenas, al pretender que declaraciones o esfuerzos de negociación generen obligación jurídica?

No creo que la demanda de Bolivia se convierta en un antecedente que ponga en riesgo la práctica diplomática entre los estados. Los efectos jurídicos de los actos unilaterales o la práctica diplomática de Chile, en el caso, tienen un alcance muy específico.

Una vez que se conozca el fallo entre Chile y Bolivia, los dos países aún seguirán enfrentados en La Haya por el Silala. ¿Puede ser eso una complicación para una eventual negociación?

El tema Silala merece las mismas reflexiones; Bolivia y Chile pueden ser capaces de resolver las diferencias sobre este y otros temas con mayor celeridad, eficacia y economía, es un desafío político y diplomático.R

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