EEUU califica como "desafortunada" revelación de archivos sobre Guantánamo

Autoridades indicaron que documentos filtrados por Wikileaks "podrían o no representar el punto de vista actual de un detenido en específico".




El gobierno estadounidense criticó la revelación de documentos que filtró el sitio Wikileaks sobre la situación en que viven los presos de Guantánamo. Calificó la información como "desafortunada".

"Es desafortunado que varias organizaciones noticiosas hayan tomado la decisión de publicar numerosos documentos obtenidos ilegalmente por Wikileaks en torno a las instalaciones de detención en Guantánamo", dijeron el embajador Daniel Fried, enviado especial del gobierno para asuntos de detenidos y el secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell.

Las autoridades agregaron que los documentos "podrían o no representar el punto de vista actual de un detenido en específico" y criticaron la decisión de los periódicos de publicar dicha "información delicada".

Documentos secretos sobre los detenidos en la prisión de Bahía de Guantánamo revelan nueva información acerca de algunos de los hombres que Estados Unidos cree son terroristas, de acuerdo con informes de varios diarios estadounidenses y europeos.

Los registros contienen detalles de los más de 700 interrogatorios a detenidos y las evidencias que Estados Unidos recolectó sobre los presuntos terroristas, de acuerdo con los medios de prensa.

Los archivos conocidos como Informes de Evaluación de Detenidos (DABs, por sus siglas en inglés) describen el valor potencial de los internos para proporcionar información de inteligencia y si serían una amenaza para Estados Unidos si son liberados.

Hasta la fecha, 604 detenidos han sido transferidos fuera de Guantánamo, mientras que 172 siguen encarcelados.

Probablemente las revelaciones le proporcionarán argumentos adicionales a los activistas por los derechos humanos de que algunos casos contra los internos parecen estar sustentados en evidencia equivocada.

Sin embargo, los DABs muestran que algunos reos eran más peligrosos para la ciudadanía de lo que se sabía anteriormente y podrían complicar los esfuerzos de Estados Unidos para transferir a los detenidos fuera de la controvertida cárcel que el presidente Barack Obama no ha logrado cerrar.



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