El dilema de la Democracia Cristiana

Walker ha emplazado a los militantes de la falange que integran Fuerza Pública -el referente de Andrés Velasco- a definirse. Pero, en privado, en la DC admiten lo costoso que implicaría que figuras como Mariana Aylwin renuncien al partido. Una escena del último consejo nacional grafica el escenario.




Quedaban pocos minutos para que llegara el tiempo límite fijado por la DC en su último consejo nacional, el lunes 24 de noviembre, cuando el presidente del partido, Ignacio Walker, empezó a ver y escuchar cómo algunos de los integrantes de esa instancia gritaban, exigiendo extender el tiempo para discutir un asunto que estaba quedando fuera del debate.

"Se acabó la sesión. Este tema lo vamos a ver, pero no está en tabla para hoy", dijo -según varios testigos- el timonel de la colectividad, antes de tomar sus cosas, pararse y dar por finalizada la reunión.

De ese modo, una de las principales instancias de decisión política de la falange quedaba sin revisar la situación de los militantes de la DC que integran Fuerza Pública, el referente creado por el ex candidato presidencial independiente Andrés Velasco, cuyas críticas al gobierno y al proceso de reformas gatillaron una fuerte molestia en la falange, al punto que Walker y otros dirigentes lanzaron una advertencia: o abandonan Fuerza Pública o renuncian a la falange.

Para muchos en la colectividad, la escena de ese lunes 24 de noviembre refleja la incómoda posición que tiene la DC y el temor que hay entre muchos dirigentes ante la opción de que se genere un quiebre formal, que traspase las meras declaraciones públicas. En el partido admiten que -pese al emplazamiento que han lanzado- una eventual fuga de militantes configuraría un escenario crítico para la falange, especialmente si son figuras como la ex ministra Mariana Aylwin o el ex candidato a diputado Sebastián Sichel las que llegan a renunciar al partido.

Y es que una de las medidas que ha promovido el sector "colorín" de la DC -liderado por el diputado y primer vicepresidente, Fuad Chahín- es elevar el caso al Tribunal Supremo (TS), órgano que puede ordenar, en último caso, la expulsión de militantes.

Si bien ese día los consejeros se retiraron con normalidad de la sede del partido, la molestia entre al menos un tercio de los integrantes del consejo nacional no se disipó. Había sido ese grupo el que pidió prorrogar la sesión, siguiendo el quórum que se fija en los estatutos del partido, lo que, a juicio de ellos, no se respetó.

Incluso, minutos antes que empezara la sesión, el presidente de la Juventud DC, Jorge Ruiz, le había consultado al secretario nacional del partido, Víctor Maldonado, si el tema estaba en tabla, obteniendo un "sí" como respuesta.

Fue el propio Ruiz el primero en pedir, formalmente, que el tema fuera tratado en un consejo nacional. Esto, dos semanas antes, cuando le entregó una carta escrita a mano a Maldonado, formalizando la solicitud, en su condición de miembro de la directiva nacional y tras liderar una dura declaración en la que acusaban a Fuerza Pública de ser un movimiento "opositor" al gobierno.

A la opción de recurrir al TS se suma otra ofensiva que podría tensionar aún más la relación entre el partido y los militantes que apoyan a Velasco: denunciar a Fuerza Pública ante el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) por infringir normas de la Ley de Partidos. "Está la posibilidad de que hagamos, como partido, una presentación ante el Tricel, porque aquí hay un movimiento que actúa como partido político, incumpliendo los roles privativos de los partidos, como dar orientaciones o invitar a participar en primarias presidenciales. Esto hay que discutirlo en el seno del consejo nacional", explicó Chahín.

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