Elías Tello: "Nunca me he dopado; prefiero hacer las cosas bien y sin pena"

Elías Tello

La última esperanza del ciclismo chileno corrió y vivió en España con Wolfgang Burmann cuando el episodio de dopaje que lo tiene suspendido y manchado.




Su ilusión contrasta absolutamente con lo que ha pasado con el positivo de Wolfgang Burmann. Pero eso no resta ni un trozo de motivación a Elías Tello (20-4-1994), que ya está en Oviedo, donde comparte el piso que les facilita su equipo, el Team Kuota Construcciones Paulino, con otros cuatro compañeros. En una de esas habitaciones debería estar Lobito, como sucedía el año pasado. "Pero la vida a veces te da sorpresas", explica Elías Tello, que preferiría hablar de sus inquietudes, de esta segunda temporada que se avecina para él en Europa. El año pasado fue importante. Ganó la Vuelta a Cantabria y fue segundo en la Vuelta a Lleida. Y nunca fue fácil ver a un chileno en esos escenarios que ya tienen un nivel. De ahí que Elías pida confianza ("estoy haciendo lo posible para ser mejor"). El caso de Lobito entiende que "no ha de repercutir negativamente ni a mí ni a ningún ciclista chileno; no se nos puede juzgar a todos por un positivo". Así que en medio del desencanto que invade hoy al ciclismo chileno siempre quedan esperanzas como ésta que retrata Elías Tello sin ningún miedo al porvenir. "Prefiero hacer las cosas bien y sin pena", dice.

¿Ser ciclista chileno significa ahora estar bajo sospecha?

No, la verdad. Al final, si uno lo piensa, en todos los países hay algún caso de dopaje... El hecho de que salga uno no significa que los demás tengamos que sentirnos comprometidos. Y si todavía hay alguien que duda, que piense en todos los controles a los que nos sometemos. No es uno. Son muchos.

Buena respuesta. ¿Ser ciclista significa estar siempre bajo sospecha?

Es que es la lógica. Yo no imagino que si un ciclista español, un italiano, un belga da positivo se pueda pensar que el resto están bajo sospecha por nacer en el mismo país. No tiene sentido. Por eso yo ni siquiera me imagino que entre nosotros los chilenos pueda pasar algo así.

Pero deberá aceptar que como mínimo esto daña la imagen del ciclismo chileno, ¿o tampoco?

El problema de nuestro ciclismo es que no tenemos tradición. No es fácil cruzar el charco. No tenemos ningún ciclista profesional y necesitamos demostrar que podemos serlo o que el ciclismo chileno puede crecer tanto como, por ejemplo, ha crecido el fútbol u otros deportes. Pero yo creo que estamos en ese camino y cada año se nos están abriendo puertas. Por eso yo sería optimista.

Sé que estoy insistiendo mucho, pero es que usted opina lo contrario que yo. A mí esto de Lobito me parece un golpe bajo.

Al final, tú no puedes prohibir a nadie que haga lo que quiera. Porque esto es como si un compañero termina un entrenamiento y se toma una cerveza, ¿quién soy yo para impedirlo? Uno no es quién para atajar a los demás. Yo pienso que es mejor respetar las reglas. Yo lo he hecho siempre y quiero hacerlo siempre. Pero yo le puedo hablar de mí, no de los demás, insisto.

¿Es usted amigo de Lobito?

Sí.

¿Qué le ha contado?

Me ha contado su situación y le he escuchado. No quiere que esto se convierta en algo mediático y yo no lo voy a hacer por él. No voy a hacer algo que un amigo no quiere hacer.

¿No tiene la sensación de que ese amigo le ha hecho trampas?

Pero mi amistad con él va más allá de lo que pueda suceder en el ciclismo. Una cosa es el ciclismo y otra es la vida. Si ha jugado sucio, lo siento; yo no lo hubiera hecho. Pero eso no quiere decir que vaya a dejar de ser mi amigo. No puedo ser tan tajante.

¿A usted le han ofrecido doparse alguna vez?

No.

¿Alguna vez se dopó?

No. Prefiero hacer las cosas bien y sin pena. Me gusta entrenar duro. Me gusta cuidarme en las comidas, porque siempre quise ser ciclista. Ahora, que estoy teniendo la oportunidad, no quiero desaprovecharla. Tengo 22 años y entiendo que todavía queda mucho camino. Sé que no será fácil, pero no me asusta.

El año pasado usted compartía piso con Lobito.

Sí y ya le he dicho que para mí es un amigo.

¿De veras que a usted no le ha fastidiado esto que ha pasado?

No tengo por qué cargar con el peso de algo que yo no he hecho. No tendría ni siquiera que responder a estas preguntas. De hecho, antes de empezar la entrevista, le dije que si me iba a preguntar por Lobito y usted no me dijo que fuera a preguntarme...

Pero es la actualidad y, en cualquier caso, no le pregunto por él sino por cómo se siente usted como compañero, como rival, como paisano...

A mí no me va a repercutir. A mí nadie me ha hablado de eso en España. Yo soy yo. No soy los demás. Bastante me estoy esforzando para conseguir lo que quiero. Hasta finales de mayo voy a estar en España y tengo tiempo. Hasta ahora me está costando pero esta semana, en la que hemos entrenado muy duro por las cercanías de El Angliru, he acabado contento.

¿El futuro del ciclismo chileno entonces está en usted?

Tengo 22 años y esto es lo que más me gusta desde que empecé a montar en bicicleta. He sido yo el que he intentado ser un buen ciclista.

¿Quién es su ídolo?

Chris Froome

¿Y en qué se parece a él?

No voy mal en montaña ni contrarreloj, pero todavía es pronto para decir que soy una u otra cosa.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.