Emprendedor de la semana: Innovación y estilo en tus zapatos

Decidió convertir su sueño en realidad: diseñar y comercializar zapatos. Su determinación la ha llevado a instalar sus productos en el clóset de chilenas e incluso exponerlos en París.




"¿Por qué no pones una tienda de zapatos?". Con esa interrogante Enrique Blass  impulsó a su esposa Stephanie Carter a convertir en realidad uno de sus mayores sueños: diseñar zapatos únicos y venderlos.

Todo comenzó en 2008, cuando Carter realizó un estudio de mercado con el cual se dio cuenta que faltaban tiendas de zapatos en Chile. "Los zapatos que existían eran muy tradicionales, por lo tanto, no estaba el zapato entretenido", dice su creadora.

Stephanie posee doble nacionalidad franco-chilena y muchas de sus vacaciones las vivió en Francia y Europa. Aquello le permitió conocer el diseño internacional y traer esa experiencia al país para crear una tienda de accesorios y luego Bloom, la marca de zapatos que hoy vende en la tienda del mismo nombre.

La inspiración para diseñar sus zapatos, cuenta ella, viene de familia. “Siempre he sido loca por los zapatos y por la moda. Eso viene desde mi infancia. Mi mamá era igual a mí y seguí sus pasos. Siempre metida en la moda”, cuenta.

Bloom confecciona zapatos para mujer, los que destacan principalmente por sus llamativos diseños y colores. Stephanie acota que los mocasines son uno de los modelos más cotizados por mujeres de todas las edades.

Desde su inicio, Bloom ha tenido diversos cambios en su estructura. Al comienzo la marca se limitó únicamente a comercializar accesorios para mujer en diversas tiendas, hasta que con el paso del tiempo y el apoyo de su marido, logró instalar su primera tienda en Alonso de Córdova.

Pero a pesar de la independencia, el camino para consolidar la marca no fue sencillo. Según cuenta, ganarse la confianza de las clientas fue lo más complejo.

"Cuando comencé con mi tienda la gente me decía: ´¿Bloom , de dónde es?´ y les contestaba que era una marca chilena y me miraban mal", recuerda y añade que la crisis económica de 2008 afectó el comienzo de su negocio. "En esa época lo confeccionado en Chile estaba por el suelo. Después, con el tiempo, comenzó el boom del Hecho en Chile", relata Carter.

Hoy, en cambio, considera que la marca está consolidada. Bloom tiene una boutique  en  Manquehue Norte y vende sus zapatos a las principales cadenas de retail  de todo el país.

En cuanto a los materiales utilizados, los cueros son importados desde Italia, el trabajo es de curtiembres artesanales de Colombia y los modelos son realizados  por ella misma. Pero hoy, a pesar de conocer su rubro, cuenta que hacerlo no fue sencillo.

"Me costó aprender a hacer zapatos. Saber si un cuero es bueno o malo, seleccionar el cuero adecuado, entre otras cosas", cuenta Stephanie.

A la fecha, esta creadora ha logrado posicionar  su marca en ferias internacionales y en desfiles de moda. Así lo demuestra su participación en la feria Premiere Classe de París, donde fue la única marca chilena en exponer.

Para esta emprendedora, la cercanía con sus clientas es un factor clave en los resultados que ha tenido su tienda. “Quiero mantener la cercanía con mis clientas. Hay clientas que me llaman y me dicen que no pueden venir a buscar los zapatos. Entonces, yo se los llevo a sus casas”, enfatiza Stephanie.

Otro aspecto importante en la construcción de su negocio fue el apoyo de su círculo más cercano. "Mi mamá siempre me ha apoyado. Nunca me detuvo y me daba aliento. Ella se pone todos mis zapatos. Es más, dejó de comprar zapatos en otros lados y ahora es mi fan número uno . Mis amigas también son mis clientas y fanáticas de mis diseños", cuenta alegre.

A la fecha, la evolución del negocio ha sido exponencial. Bloom pasó de vender 13 pares de zapatos al mes a casi 100; y a enviar 1.500  pares de Arica a Punta Arenas. Y agrega que desde 2008 a la fecha, su capital aumentó  35%.

Pero esta emprendedora es ambiciosa, sus sueños no se limitan a conquistar el mercado chileno. "Ahora  junto a mi marido estamos tratando de ver cómo expandirnos y entrar en el mercado europeo, porque es un producto que se vendería súper bien", sostiene.

En  cuanto a los beneficios de ser emprendedora, Stephanie destaca  la satisfacción propia y ser dueña de su tiempo. "Mi empresa me ha permitido hacer lo que me gusta, diseñar zapatos. Además, me ha permitido viajar a varios países del mundo para buscar ideas e inspiración para mis diseños", finaliza.

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