Emprendedor de la semana: Modificar bacterias no es sólo de científicos locos

Usted... Sí, usted. ¿Podría creer que hay jóvenes de entre segundo y cuarto año de enseñanza media trabajando en la modificación de bacterias? Cuesta creerlo, pero es cierto, están contribuyendo a la biología.

Un grupo de cuatro alumnos del Liceo Eugenio María de los Hostos, dirigidos por la profesora Francisca Neira junto al apoyo de la Universidad Mayor, llevan más de un año trabajando en un proyecto que busca solucionar un problema de salud bastante común en la población minera y obrera del país: la silicosis.

La historia comenzó en 2013, cuando a Francisca le llega la invitación, por parte de Ismael Espinoza, coordinador de emprendimiento de la U. Mayor, de integrarse a la Academia de Emprendimiento Científico que dicha casa de estudio estaba desarrollando.

El interés de Francisca fue inmediato. Y aceptó. Fue así como formó un grupo de varios alumnos que decidieron ser parte de esta aventura, pero finalmente sólo cuatro lograron llegar hasta el final: Cristóbal Cuadra, Constanza Palacios, Stephanie Toledo y Carolina Gatica.

Este grupo de jóvenes no sólo se involucró en la ciencia. Su trabajo comenzó por la búsqueda de la solución a una problemática social. “Ha sido súper interesante verlos buscar ideas, discutir, investigar y, de alguna forma, interiorizarse en los problemas sociales que existen en Chile, además de empeñarse en darles una solución desde la biología”, afirma la profesora.

Pero llegar a la silicosis no fue fácil. Antes de eso, los jóvenes escolares debieron investigar una amplia gama de problemáticas que ellos pudiesen abordar desde la arista científica.

“Pasaron por varias cosas. Comenzaron con varios tipos de metales pesados, luego la contaminación del agua, hasta que llegaron a la contaminación por silicio. Ahí notaron que se trataba de una problemática importante para los mineros y para las personas que trabajan en construcción”, cuenta Francisca.

La silicosis es una enfermedad crónica del aparato respiratorio. Se produce por estar expuesto de manera prolongada a las partículas de sílice, lo que puede llegar a generar severas enfermedades pulmonares.

Lo que está haciendo este grupo de alumnos es trabajar en una bacteria que pueda detectar la presencia de este tipo de partículas. “Funcionará como un spray. Así, los mineros y obreros podrán saber cuándo están expuestos a este elemento”, explica Francisca.

Los estudiantes que componen el equipo, destacan que los más interesante de la experiencia ha sido la posibilidad de colaborar en un laboratorio científico y contar con la ayuda de docentes universitarios.

“En la universidad nos ayudaron bastante. El profesor que nos guiaba nos mandaba la información y la estudiábamos clase a clase para llegar bien preparados; además, ha sido súper entretenido trabajar en el laboratorio”, cuenta Carolina Gatica.

“Esta experiencia ha sido muy buena, he aprendido varias cosas y no solamente biología; el trabajo de equipo es muy importante”, asegura Stephanie Toledo.

“Al comienzo participé para conocer, porque en realidad no tenía ni la más mínima idea de lo que quería estudiar, pero ahora lo tengo muy claro”, destaca por Constanza Palacios.

“Ha sido una excelente experiencia, hemos aprendido a trabajar muy bien en equipo”, asegura Cristóbal Cuadra.

Con este proyecto, el equipo de alumnos de Francisca será parte de los tres colegios chilenos que representarán a Chile en la competencia International Genetically Engineered Machine (iGEM), en Boston, Estados Unidos. “Esta es una excelente oportunidad para demostrar que en los colegios nacionales hay un alto potencial en los escolares, que en ocasiones, por falta de recursos y oportunidades, se termina perdiendo. Porque hacer ciencia es caro, pero el financiamiento no debe ser una traba en estos temas”, finaliza la profesora.