Estudian tratar el parkinson con estimulación eléctrica

Técnica no invasiva activaría neuronas motoras en la médula espinal




Se calcula que en Chile unas 30 mil personas están afectadas por esta enfermedad neurodegenerativa. En el 90% de los casos no se conoce bienm su origen, pero sabe que tiene relación con la exposición a contaminantes. Solo en el 10% de los casos se debe a una cuestión genética.

Las personas que tienen parkinson, tienen dificultad con el control de sus movimientos porque las neuronas motoras no funcionan bien. Con el tiempo pierden capacidad de hablar, comer, tragar y presentan también daño cognitivo.

En el Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), el bioquimico Rómulo Fuentes, busca restablecer el control de los movimientos a través de un tratamiento no invasivo y portátil que funcionaría mediante electrodos que estimulan directamente la médula espinal. Una especie de teléfono celular que conectado a estos electodos que se instalan sobre la piel, envía señales eléctricas a la médula para aliviar los síntomas.

Fuentes trabajó con el doctor Miguel Nicolelis, el científico brasileño que desarrolló el exoesqueleto que permitió a un parapléjico dar el puntapié inicial al Mundial de Fútbol del 2014.

"Desde hace años que me interesa trabajar en Parkinson, enfermedad que aún no tiene cura y cuyos tratamientos actuales, como el medicamento Levodopa, pueden traer efectos adversos a largo plazo. En el BNI estamos desarrollando una línea de investigación muy interesante y novedosa en neuromodulación no invasiva, y que pensamos puede aportar importantes beneficios", explica Fuentes.

El bioquímico que también es investigador del Núcleo Milenio de Biología de los Trastornos Neuropsiquiátricos (nuMIND) dice que "en Parkinson no hay desconexión de las vías, pero sí una alteración de la actividad normal de las neuronas que controlan el movimiento" y que puede ser estimulada con pequeños impulsos eléctricos

En los experimentos realizados en roedores, se confirmó que al estimular la médula espinal, había un efecto a nivel del cerebro y se podía modificar su actividad externamente.

"Ahora debemos seguir recolectando la suficiente evidencia para demostrar que esta estimulación no invasiva sí genera cambios en la actividad cerebral. Para ello, debemos determinar que parámetros de la estimulación ocasionan esos cambios, entre otras elementos. Pero estamos muy optimistas", asegura el bioquímico.

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