FMI: "Algunos factores específicos de Chile impedirán que el crecimiento despegue completamente en 2018"

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Luca Ricci, jefe de misión para Chile del organismo, explica las nuevas proyecciones para el país y el impacto de las elecciones en sus pronósticos.




Hace poco más de un mes, el italiano Luca Ricci reemplazó a Stephan Danninger como jefe de misión para Chile del Fondo Monetario Internacional y una de sus primeras tareas fue elaborar las nuevas estimaciones para el país que el organismo publicó ayer.

En esta entrevista, el economista explica por qué el FMI tiene una visión más pesimista que el mercado sobre la economía local en 2017 y 2018, el impacto de las elecciones en sus previsiones y revela su visión sobre la creciente deuda pública.

En julio, el FMI proyectó una tasa de crecimiento de 1,6% para 2017 y ahora fue rebajada a 1,4%. Por el contrario, las proyecciones del mercado en Chile han estado subiendo en las últimas semanas. ¿Cuáles son los factores detrás de esta menor estimación?

Un segundo trimestre más débil de lo esperado es la principal razón detrás de la revisión a la baja en el crecimiento para 2017. Se espera que el crecimiento gane tracción en la segunda mitad de este año -lo que ya tiene un efecto positivo sobre el crecimiento anual en 2018- y que repunte aún más en 2018, sostenido por el gasto de los hogares, la recuperación en la demanda de los socios comerciales, mayores precios del cobre y los efectos rezagados de las condiciones monetarias más flexibles.

Para 2018, el FMI prevé una aceleración a 2,5%. Si bien es más alta que el pronóstico previo de 2,3%, es más baja que el 3% proyectado por el mercado, el Banco Central y el Ministerio de Hacienda. ¿Cómo se explica esta revisión?

Por el lado positivo, esperamos que la recuperación económica gane impulso, gracias también a los mayores precios del cobre y una mejor confianza empresarial, en la segunda mitad de 2017 y en 2018. Esto contribuyó a revisar al alza nuestras proyecciones de crecimiento anual para 2018. Sin embargo, por el lado negativo, contra el telón de fondo de mejores perspectivas globales, algunos factores específicos de Chile impedirán que el crecimiento despegue completamente en 2018, incluyendo una probable desaceleración en el gasto de bienes durables y en la acumulación de inventarios desde el alto crecimiento visto en la primera mitad de 2017, un todavía bajo nivel de confianza empresarial -especialmente en algunos sectores domésticos como la construcción-, y un impulso fiscal moderadamente negativo. También vale la pena mencionar que el crecimiento potencial en Chile ha declinado en los últimos años debido a la caída en los precios del cobre. Habiendo dicho eso, vemos los riesgos sesgados al alza, especialmente si los precios del cobre se mantienen cerca de los recientes máximos y la confianza empresarial y la inversión del sector privado mejoran más rápido que lo previsto en nuestro pronóstico.

¿Cuál es el impacto que anticipan en sus proyecciones de las elecciones presidenciales? Algunos analistas aseguran que la mejor perspectiva para el próximo año se debe al posible triunfo de Sebastián Piñera. ¿Las proyecciones incorporan una victoria de Piñera o van más allá de los resultados de las elecciones?

Nuestras proyecciones están en parte afectadas por la incertidumbre de política asociada con el incierto resultado de las próximas elecciones, en vez de una victoria de candidatos particulares. Está bien documentado que la incertidumbre de política -por ejemplo, asociada con la política regulatoria o tributaria- puede llevar a las firmas a posponer algunas de sus decisiones de inversión y esta dinámica podría haber estado en juego en Chile recientemente, afectando la confianza empresarial, la demanda agregada y el crecimiento. Tal factor negativo se disipará en los próximos meses a medida que el resultado electoral se vuelva claro.

¿Cómo ve el alza en la deuda pública que llevó al primer recorte en el rating de Chile por parte de dos de las tres mayores agencias? ¿Es un problema?

Las rebajas por parte de Fitch y S&P durante el último verano (boreal) no tomó por sorpresa a los mercados financieros, que reaccionaron de manera muy modesta a las noticias. Los recortes en la nota crediticia reflejaron en gran medida la visión que el declive en los precios del cobre, desde los altos niveles disfrutados hace algunos años, ha afectado las perspectivas económicas generales y de crecimiento de Chile. Sin embargo, por el lado positivo, el perfil crediticio de Chile se mantiene sólidos y los diferenciales de los bonos siguen bajos, especialmente comparado con varios pares regionales. A pesar del deterioro económico y fiscal, los ratios de deuda gubernamental de Chile son relativamente bajos, especialmente en una base neta, es decir, tomando en cuenta la acumulación de activos públicos, que le da al gobierno una flexibilidad significativa para responder a shocks. En el mediano plazo, a medida que la economía se recupere, será importante continuar con los esfuerzos de consolidación fiscal.

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