Gazmuri: "Soy de clase media acomodada y eso influye en cómo escribo"

Tres años después de publicar La historiografía chilena I (1842-1970), Cristián Gazmuri lanza el segundo tomo, lo que da pie para que hable del cultivo de su disciplina en Chile y de lo complicado que es escribir biografías de personajes locales.




Una historia de la historia que se ha hecho en Chile. Conocido académico e investigador de la UC, Cristián Gazmuri la ha venido labrando por años: desde sus ensayos sobre Jaime Eyzaguirre y Alberto Edwards, pasando por sus comentarios a los primeros cuatro tomos de la Historia de Chile de Gonzalo Vial, hasta llegar al primer volumen de La historiografía chilena (2006), donde da cuenta del cultivo de la disciplina en el siglo XIX, tiempos del positivismo de Vicuña Mackenna y Barros Arana. Y la complementa ahora con un segundo tomo (1920-1970) que arranca con historiadores como Edwards y Francisco Antonio Encina, y que es definido por una variedad de intereses y aproximaciones.

Gazmuri, además, codirigió los tres volúmenes de la Historia de la vida privada en Chile. Citando a Mario Góngora, a su juicio el mejor historiador del siglo XX, señala que "la historia es una casa de muchas moradas".

¿Qué problemas ofreció el transitar del siglo XIX al XX?
En el primer volumen había personalidades ya consagradas, por decirlo de una forma, mientras en el segundo hubo que buscar con lupa. Hay una primera parte que va de 1842 a 1920, donde cambia la historiografía, porque entran Edwards y Encina, que tienen una metodología que Barros Arana no habría podido creer. La fronda aristocrática, a mi juicio el mejor ensayo escrito en Chile, no tiene una sola nota. Lo cambiante del siglo XX se expresa en la variedad de temas y de géneros historiográficos, lo que no quita que haya terminado la pelea entre liberales/positivistas y autoritarios/intuitivos. De estos últimos, el más importante después de Edwards y Encina es Jaime Eyzaguirre, y al final de su obra, Mario Góngora. Otros se enrielaron en la senda de los decimonónicos, como Armando y Ricardo Donoso, y Sergio Villalobos.

En el libro pregunta cuánto pesa el origen social de un historiador.
Soy de clase media acomodada y ciertamente eso influye en la forma en que escribo. Una persona que venga de la clase baja o de la aristocracia, como Gonzalo Vial, va a tener otros énfasis y va a preocuparse de otros temas. Hay gente en la que el origen social pesa mucho: Eyzaguirre, por ejemplo, era amante de la heráldica.

CONTAR VIDAS
Si en el siglo XIX la historia militar fue la que más se cultivó, en el siguiente fue el turno de la biografía. Sin embargo, y pese a que Gazmuri identifica ejemplos notables, como la obra de Ricardo Donoso sobre Vicuña Mackenna, es un género poco apreciado y que enfrenta importantes obstáculos. Fue su caso con Eduardo Frei Montalva y su época (2000).

Dice que un problema de las biografías en Chile es que quienes ponen la plata quieren controlar sus contenidos. ¿Le pasó con Frei?
Claro. La Fundación Frei había financiado el libro y se sentía con ciertos derechos. Y el libro estuvo parado un año. Tengo la impresión de que ellos creían que yo era democratacristiano y que iba a ser más DC que historiador. De estudiante estuve en la DCU, pero eso fue hace más de 30 años.

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