Gobernador de Buenos Aires: "La gente no quiere un líder revolucionario ni nadie que venga a refundar Argentina"

En esta entrevista con La Tercera, el ex vicepresidente argentino, Daniel Scioli, dice que en los gobiernos kirchneristas hubo cosas "buenas y cosas malas".




En una suerte de guerra de encuestas, el gobernador de la provincia de Buenos Aires -la más poblada e importante de Argentina- y ex vicepresidente del país, Daniel Scioli, pelea codo a codo su candidatura presidencial para los comicios de octubre de 2015 con dos opositores: el jefe del gobierno de la ciudad y líder del PRO, Mauricio Macri, y Sergio Massa, ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner y ahora líder del Frente Renovador. La pelea es ardua entre estos tres postulantes y ninguno supera el 30%. A su manera, el peronista Scioli se ha intentado diferenciar del cristinismo, que nunca lo trató como uno de los suyos. Dice que en estos tres gobiernos kirchneristas hubo cosas "buenas" y "cosas malas". En esta entrevista con La Tercera, dice que es el candidato de la "experiencia", la "certidumbre", y que no se ofrece como un  "líder revolucionario". Al final de la entrevista, en el piso 19 del porteño edificio del Banco Provincia -adornada con fotos de Juan y Eva Perón, del matrimonio Kirchner, de él mismo y de su propia familia-,  Scioli prometió una visita a Chile antes de fin de año.

Si llega a ser presidente, ¿qué país quiere?

En Argentina están dadas las condiciones para encarar una gran etapa de desarrollo, luego de esta etapa de recuperación y crecimiento. Es el momento de una planificación a mediano y largo plazo, basada en pilares productivos fundamentales, que son: alcanzar la soberanía energética después de lo que ha sido el descubrimiento del yacimiento de Vaca Muerta, todo el sector agroalimentario vinculado a la educación, el desarrollo de la minería sustentable, el turismo. Hay que recuperar el crédito internacional para tener acceso a grandes obras de infraestructura. Y acompañar esta agenda del desarrollo.

Usted insiste en la idea de que no hay que cambiar todo de esta década kirchnerista. ¿Cuáles son las cosas buenas y cuáles las malas?

Las cosas buenas tienen que ver con avances en lo social. Políticas que han tenido amplio consenso, como la asignación general por hijos. Y todo lo que es la política habitacional, la reindustrialización. Y todo esto que yo te decía de que se recuperó YPF de Repsol y ahora hay que avanzar en que haya más inversiones que permitan explorar y explorar. Argentina estableció prioridad en lo social y económico. Ahora hay que dar un salto cualitativo, que tiene que ver con vincular la educación para agregar valor a las materias primas. Yo creo que hay gente que reconoce estos avances y que sobre eso hay que construir un mejor futuro. Para que eso ocurra, tiene que haber al frente del país alguien que sea confiable, que tenga experiencia, que sea previsible, que dé certidumbre, tranquilidad y que una.

Pero estamos ante un panorama recesivo e inflacionario... Se quejan los empresarios, los ciudadanos que han visto depreciar su salario de manera galopante. Y a Argentina que se decía desendeudada, le explotó fuertemente su problema irresuelto con los holdouts.

Yo confío en que más allá de que esto llegue al próximo gobierno, el frente externo se resuelva dentro de este gobierno, y que eso tenga un impacto en bajar la inflación. Conjuntamente, debería haber otras medidas buscando equidad en el tema de los subsidios, lo que tendrá un impacto positivo en lo fiscal. Lo inflacionario tiene que ver con esta combinación.

¿Cuál será su proyecto económico?

Yo soy un gran desarrollista. Cuando uno ve lo que hice en la provincia de Buenos Aires: desarrollé al doble el parque industrial, la estructura vial, agua potable, escuelas. Hay indicadores que así lo muestran. Cuando están en campaña, todos prometen lo que la gente quiere escuchar, pero creo que eso subestima al pueblo argentino, que no quiere volver a dar un salto al vacío ni volver a empezar.

¿Está de acuerdo con la política del ministro de Economía, Axel Kicillof?

Yo creo que es la presidenta la que está definiendo los grandes lineamientos. Y sus colaboradores la implementan. Creo que se han dado pasos, como el arreglo con Repsol por YPF, los acuerdos en el Ciadi y con el Club de París. Este tema es muy complejo. Tan complejo que no tiene antecedentes en el mundo.

Pero a Kicillof se le cuestionan otros aspectos, como por ejemplo, la excesiva emisión monetaria causante de inflación. 

Aquí hay un eje que es mantener el mercado interno y mantener un rol social activo del Estado. Para otros tiempos y con posibilidades, se encararán bajo un término superador y no de contradicción. Creo que en el tiempo que se viene, la gente no quiere un líder revolucionario ni nadie que venga a refundar Argentina. Lo que quiere, creo, es alguien que con mucha responsabilidad sepa avanzar en esta agenda que tiene Argentina.

En el último tiempo se están autopostulando varios candidatos a presidente por parte del oficialismo. ¿Usted se siente el candidato de Cristina o uno independiente?

Yo busco rescatar lo mejor de todos estos años y actualizar los lineamientos del peronismo a estos nuevos tiempos, con una fuerte ascendencia en sectores independientes de la clase media. El oficialismo está movilizado y esto no es algo que dependa de un dirigente en particular, sino que es una fuerza, un equipo.

¿Habló alguna vez con la Presidenta Cristina Fernández de su candidatura?

Hay cosas que son muy obvias. Tanto Néstor (Kirchner) en vida como ella, sabían mi vocación y mi voluntad. Aparte, la gente sabe bien que yo no me expondría a un desafío si no me siento seguro de poder hacerlo bien.

Usted comenzó a diferenciarse fuertemente de Sergio Massa (ex kirchnerista y ahora opositor) y de Mauricio Macri (alcalde de Buenos Aires, líder del opositor PRO). ¿Cuáles son esas diferencias?

Mi confiabilidad, mi experiencia, la envergadura de las responsabilidades institucionales que fui adquiriendo a lo largo de estos años. Y mi historia de vida.

¿No hay manera de ir juntos con Massa?

Pero él ha tomado otro camino, me parece. Pero te digo: cuando yo hablo de todos estos temas, no elijo el camino de la confrontación.

¿Cuáles son sus lineamientos en política exterior? Chile se propone como un puente entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur. 

Primero, hace falta un afianzamiento de toda la relación regional, a través de Unasur. Nuestra región en la agenda de integración energética y de infraestructura financiera. Hay que trabajar las cadenas de valor. En esta nueva configuración del mundo, el rol de Rusia y China abre grandes posibilidades para nuestro país, como se ve a través del ferrocarril y el sistema energético.

Pero el gobierno argentino lo ha hecho a través de la confrontación con los viejos aliados.

Yo te la pongo por la positiva. Lo ha hecho a través de la defensa nacional. Se busca defender el trabajo, la reestructuración de la deuda. Y busca defender su sector productivo, como lo hace todo país.

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