Honduras se parte en dos tras polémicas elecciones

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El lento conteo de los votos que se extendió durante toda la semana, profundizó la crisis política y cimentó la violencia en las calles.




Sumido en un limbo político se mantuvo Honduras durante toda la semana. Las elecciones presidenciales que se realizaron el domingo pasado, recién comenzaron a tener resultados oficiales a mitad de semana, lo que generó descontento y desconfianza entre los hondureños.

Hasta esta tarde, aún se contabilizaban de manera manual 1.031 actas consideradas irregulares o inconsistentes. El Presidente Juan Orlando Hernández, que pretende ser reelecto, aventajaba al opositor Salvador Nasralla, de madre chilena, con el 42,92% de los votos, mientras éste último obtenía 41,42%, con el 94,33% de los votos escrutados.

Tras un lento conteo en el que ambos candidatos llegaron a autoproclamarse ganadores más de una vez, estallaron las sospechas por parte de la oposición sobre un posible fraude electoral.

Por este motivo, tanto Hernández como Nasralla hicieron un llamado a la ciudadanía a defender los votos en las calles. Aquello generó varias manifestaciones en el país que acrecentaron la violencia. Según fuentes policiales, al menos un hombre habría sido asesinado a tiros en una protesta opositora, con 12 militares y policías heridos en varias zonas del país. En la capital, Tegucigalpa, al menos 10 manifestantes sufrieron heridas. Además, varias vías fueron bloqueadas con barricadas. El vocero de la Policía Nacional, Jair Meza, señaló que decenas de negocios resultaron dañados, tanto en la capital como en San Pedro Sula.

A medida que los resultados entre Hernández y Nasralla se acercaban, la crisis política empeoraba. "La división ideológica y política en Honduras se marcó en 2009 (con la destitución del entonces Presidente Manuel Zelaya), y se desarrolló todos estos años y se profundizó en estas elecciones. Definitivamente este país ya tiene dos polos", manifiesta a La Tercera el analista político hondureño Edgardo Rodríguez.

El experto asegura que el tema de la reelección de Hernández fue lo que alimentó esta división. La reelección, según la Constitución de Honduras, no estaba permitida, sin embargo, un fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia en 2015, la aceptó.

"Es una división que ya está instalada en el país y que muy difícilmente se va a revertir, a menos que pase algo en estos años que hiciera que uno de los polos se debilite", sostiene Rodríguez.

Similar es lo que sostiene a este diario el sociólogo hondureño Ernesto Gálvez: "El sentimiento anti Presidente Hernández es bastante fuerte por algunos asuntos de tipo legal que no quedaron muy claros en su nominación, como fue la reelección, que ha traído mucha adversión, la que ahora se está convirtiendo en movimientos callejeros".

Los expertos también manifiestan la preocupación que ha generado la acción de las maras u organizaciones de pandillas delictivas. El lunes, un activista del oficialista Partido Nacional fue asesinado por supuestos mareros, según informan los medios hondureños. Los familiares del activista indicaron que éste había sido amenazado por pandilleros, quienes le habrían advertido que si trabajaba para Hernández, sería asesinado.

Si bien el vínculo entre las maras y la oposición (Partido Libre) no está fehacientemente confirmado, ambos expertos sostienen que los hechos hablan por sí solos. "En las semanas previas a las elecciones las maras se movilizaron a favor del Partido Libre. No se ha podido probar el vínculo, pero no se puede desconocer que las maras ven como una amenaza la continuación del gobierno de JOH, que ha tenido una política de seguridad muy dura en contra del narcotráfico y las maras", plantea Rodríguez.

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