Humala intenta sortear su mayor crisis tras censura a primera ministra

El Presidente debe designar un reemplazante de Ana Jara para ser votado en el Congreso.




El Presidente peruano Ollanta Humala quedó sumamente debilitado políticamente para enfrentar el último año y medio de su gestión tras la censura y destitución de su primera ministra, y por ende de todo su gabinete. Y desde esa posición de fragilidad, debía buscar un nuevo nombre -el séptimo de su gestión- para el cargo de jefe de Consejo de Ministros que también deberá pasar por el examen de un Congreso hostil.

Ana Jara, de 46 años, fue censurada por 72 votos a favor, 42 en contra y dos abstenciones, la noche del lunes por el Congreso, que la consideró como la responsable política del rastreo y seguimientos de legisladores, periodistas, empresarios y cientos de ciudadanos por parte de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini), una actividad que se habría iniciado en 2005, pero que le estalló a la actual administración humalista por una denuncia de la revista Correo Semanal, el 19 de marzo.

La censura obliga a Jara, muy cercana a la primera dama Nadine Heredia, y a todos los ministros a presentar sus renuncias. Humala tiene hasta el jueves para designar a un reemplazante y en ese caso, el resto de los miembros del gabinete podrían ser confirmados por el eventual nuevo primer ministro.

El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa le envió ayer una carta a la saliente primera ministra para agradecerle "por haber servido a Perú (...) con tanto talento y honestidad". Jara duró 251 días en su cargo.

La duda es si Humala reaccionará dolido y nombrará alguien de su gusto y del de su esposa Nadine, que se enfrente al Congreso, dominado por la oposición o si buscara un nombre de consenso que logre la confianza del Legislativo y le baje presión a su gobierno de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. En caso de que el Parlamento le niegue la confianza al reemplazante de Jara, Humala tiene la facultad de disolverlo y convocar a elecciones legislativas adelantadas.

El oficialismo sostuvo que la censura no tiene que ver directamente con el tema del espionaje, especialmente por el hecho de que hay otros gobiernos involucrados, sino que se usa de pretexto para poner en una situación crítica al humalismo a un año de las elecciones.

Lo cierto es que ya antes de esta situación el panorama para Humala no era halagador, ya que cuenta con un 22% de aprobación y su esposa está siendo investigada por lavado de activos, al igual que su principal aliado, el ex Presidente Alejandro Toledo.

El gobierno de Humala ha estado marcado por las crisis permanentes. Una demostración de eso es que ahora debe nombrar a un séptimo primer ministro en menos de cuatro años. Además, sólo en febrero, bajo la amenaza de censura, el gobernante tuvo que remodelar a su gabinete y sacar a su ministro del Interior, Daniel Urresti, por la represión de unas protestas.

También debió enfrentar la división de su partido en el Congreso. Para revertir esa crisis, Humala intentó sin éxito sacar provecho del caso de supuesto espionaje de un contralmirante chileno.

"En estas circunstancias, lo más indicado es buscar a alguien de consenso, un presidente del consejo de ministros que busque mayor integración política, que ayude al Presidente a tener un rol menos protagónico y de confrontación", dijo el analista Luis Benavente, citado por France Presse. "Este ya es un gobierno muy débil. Lo que pasó en el Congreso muestra su debilidad", agregó.

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