SEÑOR DIRECTOR

Pido perdón, como pastor luterano, protestante y evangélico, a los chilenos que vieron una vez más la peor cara de la iglesia. Me parece vergonzoso que la agenda valórica sea lo único que escuchamos de pastores que debieran predicar el amor de Dios. ¿Acaso el Estado les obliga a abortar? No. ¿Acaso el Estado les obliga a contraer matrimonio homosexual? No. Entonces, ¿por qué se afanan en privar a los chilenos de sus bien ganadas libertades, en vez de educar a sus fieles para que hagan lo correcto desde su propia libertad en la fe? ¿Qué parte no entendieron las iglesias sobre la separación entre Iglesia y Estado en la Reforma?

Si quieren protestar contra las autoridades, al menos háganlo por aquello que vale la pena: en contra de la corrupción, la pobreza, la atención a ancianos y niños, derechos de los inmigrantes, las personas abusadas y excluidas. Estas son las necesidades del mundo y las que debemos denunciar. Luchemos para que la gente tenga más derechos y dignidad y no para privar de libertad a los que necesitan de ella. ¿Para esto querían libertad de culto? Los padres de la Reforma la usamos para predicar sobre el perdón y la inclusión de Dios, no para discriminar y odiar en nombre de un Dios que solo sabe de amor.

Rodolfo Olivera Obermöller

Pastor Iglesia Luterana en Valparaíso