Interestelar

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Por estos días los astrónomos siguen de cerca los movimientos del primer objeto identificado en las inmediaciones de la Tierra que proviene de otro sistema solar. Su estudio podría dar pistas sobre la formación de planetas a miles de millones de kilómetros.




El 19 de octubre, el astrónomo Rob Weryk notó algo extraño mientras revisaba algunas imágenes captadas por el telescopio Pan-STARRS 1 que opera en la isla de Maui. Las secuencias registradas por este instrumento, propiedad de la Universidad de Hawái, mostraban un misterioso objeto que se desplazaba mucho más rápido que cualquier cometa o asteroide conocido. De hecho, era tan veloz que ni siquiera el Sol parecía capaz de forzarlo a orbitar a su alrededor. Weryk sospechó de qué se trataba y pese a su emoción no se atrevió a decir nada y sólo avisó a sus colegas del Centro de Planetas Menores (MPC), un organismo internacional que compila reportes sobre lunas, cometas y otros cuerpos espaciales similares.

Al día siguiente, investigadores del Telescopio William Herschel en las Islas Canarias, el VLT en Chile y varios otros en el mundo ya le seguían la pista. Pronto los científicos se dieron cuenta de que era un hallazgo extraordinario: por primera vez se había detectado en las inmediaciones de la Tierra un cuerpo proveniente de otro sistema solar. Los análisis preliminares mostraron que la roca, bautizada como A/2017 U1, mide unos cuatrocientos metros, un poco más que la altura de la torre del Costanera Center. Según esos mismos cálculos, el enigmático objeto entró al sistema solar a la impresionante velocidad de 26 kilómetros por segundo y tuvo su mayor aproximación al Sol el 9 de septiembre, cuando pasó justo dentro de la órbita de Mercurio.

Durante décadas los científicos sospecharon de la existencia de este tipo de objetos, ya que durante la formación de los planetas se suelen eyectar muchos escombros que luego se convierten en asteroides, cometas y meteoritos. Lo extraño, dicen, es que hasta ahora nunca se haya registrado el paso de una de esas rocas. "Yo no esperaba encontrar este tipo de cuerpos, así que fue una sorpresa total. Sin embargo, ahora que sabemos que sí existen podemos afinar nuestra búsqueda para encontrar otros similares", dice Weryk a Tendencias. Para este astrónomo y sus pares, seguirle la pista de A/2017 U1 y recabar la mayor cantidad de datos posible antes de que se aleje demasiado –hoy ya está más allá de la órbita de Marte- es una oportunidad única para estudiar el remanente de un planeta que se formó alrededor de otra estrella muy lejana.

"Todavía no conocemos exactamente cómo se formó nuestro propio sistema solar y la manera en que evolucionó hasta su estado actual. Ahora que sabemos que objetos como A/2017 U1 sí existen, esperamos encontrar otros para así obtener más información y desarrollar modelos de estudio más sofisticados. Algo importante que podríamos aprender es si otros sistemas solares son diferentes al nuestro y qué mecanismos hicieron que se formaran de una manera distinta", afirma Weryk.

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El observatorio Pan-STARRS 1.

El observatorio Pan-STARRS 1.[/caption]

El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA (Cneos) calculó que este objeto espacial proviene del sector en que está la constelación de Lira, zona de la Vía Láctea que alberga a la estrella Vega, la quinta más brillante del cielo nocturno. "Todavía ignoramos por cuánto tiempo ha estado viajando este cuerpo espacial, así que no sabemos con exactitud de dónde vino, ya que las estrellas también se mueven. Lo más probable es que haya sido eyectado de su estrella cuando pasó cerca de un planeta gigante como Júpiter", dice a Tendencias Joseph Masiero, astrónomo del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA. Paul Chodas, director de Cneos, agrega a Tendencias que "en los albores del sistema solar, Júpiter expulsó una enorme cantidad de asteroides y cometas al espacio interestelar. Los que hoy vemos en las cercanías de la Tierra son sólo una fracción de la población original".

Un color delator

Debido a que la roca proviene de otro sistema solar, los científicos creen que podría estar compuesta de materiales totalmente distintos a los que forman los asteroides y cometas que circulan en las inmediaciones de la Tierra. Por ahora, lo único que se sabe es que parece tener un color rojizo similar al de los asteroides del cinturón de Kuiper, una zona más allá de Neptuno -el planeta más lejano del sistema solar- y que está poblado por cientos de cometas y otros remanentes de los inicios del sistema solar. Brian Koberlein, astrofísico del Instituto Rochester de Tecnología, explica a Tendencias que el proceso de formación de la estrella madre de A/2017 U1 pudo incidir en la formación del visitante interestelar: "Cada astro tiene características ligeramente diferentes. Algunos tienen más carbono, hierro y otros elementos, mientras que otros poseen menos. Debido a que los planetas se forman casi al mismo tiempo que el astro que orbitan, su composición también varía. Si determinamos la composición de A/2017 U1, podremos saber cuan similar es su estrella original respecto de nuestro sol", afirma.

Andy Rivkin, astrónomo planetario de la Universidad Johns Hopkins, explica a Tendencias que la roca interplanetaria alcanzará "la órbita de Júpiter durante el segundo trimestre de 2018, para luego pasar cerca de Saturno en 2019 y Neptuno en 2024. Debería cruzar la heliopausa, que algunos consideran como el borde del sistema solar, en 2038".

La carrera por captar toda la información posible es a contrarreloj. "Hoy todavía está al alcance de algunos de los mayores y mejores telescopios del mundo, como el VLT en Chile, pero dentro de dos semanas será demasiado difuso incluso para ellos. Quizás el telescopio espacial Hubble logre observarlo por más tiempo", agrega Rivkin. La gran esperanza a futuro en este campo está en instrumentos como el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST), que se construye en el Cerro Pachón, IV Región, y que empezará a operar en 2022. "Futuras herramientas como esa podrían registrar estos objetos cuando están llegando, por lo que podríamos obtener información mucho más detallada", explica Joseph Masiero.

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