Isidora Jiménez, veloz como un flash

La atleta nacional de 22 años, clasificada a la prueba de 200 metros planos de los Juegos Olímpicos, será la única velocista chilena en el certamen. Y ratifica su credencial de mejor del país en su área colocando el atletismo como el centro de su vida, rodeada de campañas publicitarias por sus logros y su belleza.




Isidora corre por todos lados, y a lo largo de distancias mucho mayores que sus habituales 100, 200 metros planos y sus relevos de 4x100 y 4x400 metros. La vida de la joven velocista de 22 años, además de transcurrir entre los estudios universitarios, las pistas, los viajes y campeonatos internacionales, también suma un componente que la diferencia: el modelaje.

Jiménez mostró su belleza como abanderada en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Panamericanos de Toronto del año pasado y su rostro también se ha visto en campañas publicitarias en afiches, televisión e incluso se lució en la portada de la edición nacional de la revista estadounidense Women's Health.

Eso sí, la penquista sostiene que su apariencia física es "algo que suma, pero en ningún caso es lo más importante". Y por así decirlo, esa es la pauta de toda su vida actual. La atleta enfatiza en su día a día que es un importante rostro publicitario justamente porque es una plusmarquista, y por eso, cualquier actividad ajena debe adaptarse a sus actividades en el rekortán.

Incluso sus estudios de periodismo en la Universidad Andrés Bello calzan con su agenda de entrenamiento. "No sigo una carrera normal. Tomo menos ramos y la universidad me apoya en eso. Tomo solamente los cursos que calcen en mis horarios de entrenamiento", cuenta.

Curiosamente, su preparación para competencias no tiene tantos ejercicios de velocidad como se podría considerar a primera impresión. Isidora se dedica a entrenar de lunes a sábado, durante unas dos horas o dos horas y media al día, pero el récord nacional de 22"95 en los 200 metros alcanzado en Toronto (el cual también le valió la clasificación a los Juegos Olímpicos) no se ha construido con la práctica cotidiana de carreras de esa distancia.

"Mis entrenamientos se dividen en pesas, trote, salto, velocidad, coordinación, técnica de carrera… Va siempre variando mucho", explica Jiménez, quien sostiene que practica su velocidad principalmente en los diversos torneos previos a los Juegos. De hecho, cuando estuvo en Chile en estos meses invernales, contó que "no puedo decir que he entrenado mucho los 200 metros. Ha hecho mucho frío en el país, así que es más difícil entrenar velocidad".   

"Y en mi entrenamiento no se realizan muchas evaluaciones de tiempo, sólo a veces. No es algo habitual, ni para mí ni para otros velocistas. Pero me ha ido bien en velocidades cortas. Mi mejor tiempo en este año es de 23"07 (en el Grand Prix Internacional Richard Boroto, en Ecuador, donde ganó la medalla de oro)", agrega.

En su camino rumbo a la pista de Río de Janeiro, ha competido en sus cuatro categorías habituales. Este año, en el circuito panamericano e iberoamericano, cosechó medallas tanto en los 100 como en los 200 metros. Ganó el oro en los 100m del Nacional de Atletismo de Colombia, plata en los 100m del mencionado torneo en Ecuador, y en esa categoría fue tercera en el Iberoamericano de Atletismo y ganó oro en un Grand Prix Sudamericano en Santiago. En los 200m, ganó un GP en Concepción, el oro en el Nacional de Atletismo de Colombia y este sábado un oro (23"39) en un Control en Cataluña.

Y tan sólo una centésima la separó de la marca mínima para un cupo en los 100 metros (11"32). "Me concentré en los 200 metros. Esa es mi prueba, donde puedo tener una mejor actuación en cuanto a resultados y marcas", sostiene Jiménez, quien registró 11"33 en las preliminares de Toronto 2015.

A un mes de pisar el Estadio Olímpico Joao Havelange para su debut en la cita de los anillos, Isidora Jiménez es más velocista que nunca. Mayores que cualquier curso universitario, campaña publicitaria, e incluso más largos que cualquier carrera ganada en su trayectoria, los 200 metros de los Juegos Olímpicos de Río están presentes a cada momento. Ha viajado a la ciudad para conocer y adaptarse al clima, y se siente tranquila rumbo a su objetivo de pasar a las semifinales de su competencia.

Ahora ya no es la "abanderada panamericana" ni una "musa deportiva"; no es momento de pensar así. Ahora, es solamente la mejor atleta de velocidad del país y la única velocista chilena en el certamen.

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