Jaime Bellolio: "Si la UDI queda esperando a Piñera, puede terminar pareciendo una ONG"

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11 de Enero del 2017.- Diputado Jaime Bellolio, en el patio del congreso Nacional. Foto: Dedvi Missene

Un mes después de haber perdido la elección por la presidencia de su partido, el diputado sostiene que nombres como Hernán Larraín o Francisco de la Maza debieran estar sobre la mesa. El suyo no, pero el de Jacqueline van Rysselberghe, tampoco.




Hace poco más de un mes, Jaime Bellolio perdió la elección interna de su partido. El triunfo -62,4%, en una votación en que participó casi el 10% del padrón- fue para la senadora Jacqueline van Rysselberghe, representante de la UDI tradicional. Bellolio, quien entonces aparecía como una propuesta más moderna, quizás más dialogante, decidió callar hasta decantar su derrota. Y ese momento ya llegó.

Hoy, el diputado (36 años) dice que va a trabajar en colaboración con la nueva jefa del partido, pero deja claras sus posiciones. Por ejemplo, dice que la UDI no debe aflojar en su idea de tener un candidato presidencial, y que el partido debe sumirse en la reflexión sobre para qué estar en política, pues nada vale "ser solo una máquina electoral".

¿Cómo interpreta el triunfo de la senadora?

Yo espero que a la 'Coca' le vaya muy bien, porque así le va bien a la UDI, y fuimos al consejo donde asumió a ofrecerle colaboración leal, de acuerdo a las ideas que proponemos. ¿Por qué nos fue mal? Porque hay muchas cosas que hicimos mal, podríamos haber recorrido más el país, haber apagado ciertos mitos. Pero sí fuimos desafiantes en una estructura donde éramos el David y no el Goliat, y creo que lo peleamos bien. Debiésemos haber sido más insistentes en debates televisivos para que hubiese más participación, pero ella ganó por un margen amplio, con lo cual queda ratificado que su mensaje caló más profundo y su propuesta era la que más querían los militantes que participaron.

¿Cuáles son esos mitos?

Que queríamos jubilar a todos los mayores de 65, casi que reescribir la historia de la UDI. Más allá de la elección de la UDI, la cancha de la política cambió y eso no tiene vuelta atrás. Y la apertura con las ideas de futuro no tiene que ver con la edad, sino que con la disposición a ellas.

Entonces, nunca fue jóvenes contra viejos. Y así como creemos también que la UDI cambió para siempre, en elecciones un militante, un voto, a la política chilena también le pasa lo mismo. Creo, por ejemplo, que mientras Piñera no diga que es candidato, la UDI no puede renunciar a tener un candidato, y sobre todo un programa.

¿Le gustaría ser el candidato de la UDI?

Yo estoy pensando más en mi reelección. Y además, un candidato UDI tiene que tener unanimidad, y yo claramente no la tengo.

¿Y quién puede ser?

Hernán Larraín o Francisco de la Maza.

¿Y la misma Jacqueline van Rysselberghe?

Creo que ella tiene que hacer su labor de presidenta de partido.

¿Debieron resolver eso en el consejo de la semana pasada?

En el pasado lo hicimos, y creo que en este nuevo ciclo de la política no es solo cómo se hacen las cosas, sino para qué se hacen. La Nueva Mayoría nos demostró que no basta ganar para gobernar, sino que tienes que gobernar con ideas. En este nuevo ciclo político, Piñera solo tiene sentido si es que hay una renovación total de los equipos. Para gobernar necesitas una visión nueva, porque es otra cancha.

Pero si es otra cancha y la política cambió, ¿cómo se explica que haya ganado la senadora, que representa la UDI "genéticamente pura"?

Nosotros pudimos haber ganado en la opinión pública, pero los que votan son los militantes. Estoy convencido de que a ella le gustaría gobernar en unidad, y espero que la dejen hacerlo.

¿Quiénes?

El resto de las personas que la rodea. Porque siempre está este ímpetu de decir "ganamos, y por harto, entonces hacemos lo que queremos". Mi lógica es colaborar en la UDI, en unidad, en ideas de futuro que sean relevantes para los próximos 20 o 15 años. Que la UDI tenga ese rol que ha tenido en el pasado, que es un eje programático ideológico.

Pero ella ganó con un mensaje conservador, muy de la UDI dura, antigua.

Bueno, ese fue mi mensaje y no pudimos convencer a la mayoría. Y por eso es que no he hablado hasta ahora, porque era el tiempo de ella. Yo en ningún caso estoy picado por haber perdido. Saco aprendizaje, enseñanza, me queda claro quiénes compitieron lealmente y quiénes ocuparon algunas artes que no me gustan.

¿Como cuáles? ¿Quiénes?

En esa misma construcción de mitos. Yo siento que ella se portó siempre bien, y tuvimos una disputa leal, razonable. No tenemos diferencias sustantivas, pero sí estilos diferentes. Una mirada distinta.

¿Cuánto pesan los "coroneles" hoy en la UDI?

Por supuesto que son importantes, porque en la historia de la UDI son muy valiosos. Lograron este proyecto colectivo que cambió la derecha en Chile. Ahora, en el día a a día, el que está más metido es Coloma, porque es senador en ejercicio; Chadwick está más enfocado a Avanza Chile, y Novoa y Longueira están más en retirada, porque no están en el día a día de la política. Ahora, nadie puede decir que no son importantes, así como también es claro que yo no era su candidato.

¿Pensó alguna vez en renunciar?

No, no veo la política solo como resultado de elecciones.

Usted representaba una idea más moderna, pero la senadora Van Rysselberghe supo volver al sentimiento profundo de la UDI. Y al final, el partido es lo que es.

Siempre vale la pena intentar tener un discurso de futuro que sintonice con lo que viene. Por eso, queremos colaborar con lo que nos haga sentido. Por ejemplo, en pensar el para qué. Queremos llevar candidatos a todo, y la pregunta es: ¿Sólo queremos elegirlos o queremos elegirlos para algo? Y ese para algo ¿es porque queremos ponerle coto a lo que está haciendo la izquierda, o es porque tenemos un conjunto de ideas que queremos promover? Yo soy más bien de esa visión: debemos tener un sentido de por qué queremos estar en política, cuáles son nuestras convicciones, y el resultado de esas convicciones no se mide solo en elecciones. Si un partido no tiene una respuesta a ese para qué, se parece más bien a un centro de estudios, y si no tiene la apertura a tener un candidato presidencial para promover y defender esas ideas, entonces es una ONG.

¿O sea, hoy la UDI arriesga ser una ONG?

No, pero creo que si la UDI queda esperando a Piñera, puede terminar pareciendo una ONG. No quisiera que le pasara a la UDI lo que le pasó a la DC con Orrego. El tenía un programa, pero nunca fue el candidato total del partido, porque todos estaban pensando en el resultado de su elección, entonces van y aprueban un programa de gobierno que tres años después dicen que ni siquiera leyeron, como dijo Ignacio Walker. ¿Y qué pasa hoy? Que la DC y la NM están hoy de rodillas frente a la Nueva Izquierda, que es la que le pone la música al programa de Bachelet. Esa nueva izquierda no es leninista, ni siquiera gramsciana. Es neogramsciana y siguen a un tipo como Ernesto Laclau, que plantea que la realidad es una construcción social, modificable a través del discurso político.

Igualitarismo ramplón

¿Se refiere a Gabriel Boric o Giorgio Jackson?

Claro, y en cierta manera la Camila Vallejo y la Karol Cariola, cuando dejen de militar en ese partido vetusto. Y creo que no reconocer que hay un avance de esa visión profunda es no ver que hay un elefante dentro de la Cámara de Diputados. La disputa del futuro es en los tres ejes que a mí más me importan, y tiene que ver con la dignidad humana. Si es una condición inherente a las personas o es el Estado quien entrega los derechos humanos y yo creo que es lo primero; segundo, sobre la libertad, en que ellos plantean una libertad restringida desde la visión del Estado, y tercero, la participación de la sociedad en el bien público y de nuevo su respuesta es hegemónica, desde el Estado. Ellos ven las respuestas desde un igualitarismo ramplón.

¿Pero por qué cree que su discurso pega más hoy?

Porque Chile ha tenido un proceso de modernización muy rápido y profundo, que tiene problemas como la desigualdad, la segregación, pero en vez de corregirlos, los toman como una excusa para echar abajo el proceso de modernización. No es que no existan esos problemas, están, pero ellos los asumen como una condición inherente del proceso modernizador y, por lo tanto, quieren destrozarlo y reemplazarlo por el otro modelo, que es la hegemonía de lo público.

Pero esos problemas existen. Y quizás lo que la gente quiere es realmente cambiar el modelo.

Por supuesto que existen. Pero es una lógica que yo no quiero para Chile, y esa es la disputa del futuro. Y así como la UDI supo enfrentar a la izquierda antigua, en los 90, hoy no son los mismos problemas de los 90.

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11 de Enero del 2017.- Diputado Jaime Bellolio, en el patio del congreso Nacional. Foto: Dedvi Missene

11 de Enero del 2017.- Diputado Jaime Bellolio, en el patio del congreso Nacional. Foto: Dedvi Missene[/caption]

¿Y eso lo identifica la nueva presidenta UDI? ¿Qué izquierda cree que combate ella?

En campaña decía que era la misma que le tocaba ver con Navarro. Habrá que ver ahora, que ya pasamos la elección, vamos a poder conversar acerca de por qué yo insisto que es distinta, y podamos tener una agenda común, porque ambos queremos defender las mismas cosas.

Guillermo Ramírez se integró a la directiva, ¿usted no pensó hacerlo?

No. Me parece que así como a la U le fue mal cuando tenía dos entrenadores, los partidos políticos no pueden tener dos presidentes. Yo quiero colaborar con ella, no ser una oposición a ella. Sí pusimos a Guillermo, porque queremos que aporte con nuestras ideas, y van a venir cuestiones ideológicas el próximo año.

Cuestión de estilo

¿Cómo recibió el discurso de la presidenta UDI el día que asumió, donde planteó que "la ideología de género es contraria a la naturaleza humana"?

Es su estilo, es su forma. Yo sí creo en la igualdad de género y comparto con ella en que no es aceptable que una mujer teniendo la misma carrera que un hombre tenga un salario distinto. Otra cosa es suponer que el discurso construye la realidad, entonces si un menor a los cinco años dice que quiere ser niña, entonces lo es. Hay algunos activistas que empujan la lógica de que no hay ninguna cuestión real, sino que todo es relativo al discurso, y en eso no estoy de acuerdo. Yo hago la diferencia con los menores, porque creo que en los adultos es distinto.

¿Pero tiene diferencias en términos valóricos con ella?

Yo voté de acuerdo al Acuerdo de Unión Civil y ese fue mi límite, porque yo creo que el matrimonio como tal está reservado para un hombre y una mujer. Sí entiendo que hay una disposición hacia escuchar y argumentar, hacia la forma como uno plantea lo que piensa, que es importante. Y en ese estilo sí tenemos diferencias. Pero en el fondo, creo que no tenemos tanta.

¿En el aborto piensan igual?

Sí, pensamos igual. Nosotros creemos que la dignidad humana es inherente e igual para todos, independiente si nació o no nació. Por tanto, la pregunta es cuándo comienza la vida para ejercer esa dignidad, y por eso soy contrario al aborto. Cuando está en peligro la vida de la madre, eso no es aborto. Pero las otras condiciones son una excusa para quienes las enarbolan como las tres causales, pero lo hacen por el derecho al aborto sin restricción. Ese es el debate.

El derecho a decidir.

Yo me enmarco en los ideales clásicos, que creen que hay un límite en la acción de la libertad que es la dignidad de un tercero. Y por lo tanto, si hay un tercero en gestación tú ya no eres libre de hacer lo que se te ocurra.

Pero si es una discusión legislativa, tiene que ver con la condición de persona y eso es una vez que nace.

Entiendo esa discusión, pero para mí la idea es anterior, si es un ser humano o no, y si lo es, tiene esos derechos humanos que después se expresan cuando nace. Es como una guagua que está adentro de la guata a las 40 semanas y afuera a las 41. ¿Son idénticos? Ese debate se da, lamentablemente, mucho desde el gritoneo. En la Cámara, cuando alguien hablaba contra el aborto, tienes a muchas personas gritándote fascista a lo menos…

Pero igual se puede dar un debate de fondo. Esa es una pregunta de fondo.

Sí, pero muchas veces no se da como debate de fondo, sino desde la comodidad de la trinchera ideológica. Y en eso sí veo una diferencia entre quienes somos más nuevos en política. Algunos me retan porque tengo relación con Boric y Jackson, y la respuesta es porque me interesa saber por qué piensan lo que piensan. Porque no presumo que ellos son malos entonces quieren el mal para Chile; no, ellos quieren un bien que tiene una perspectiva que me interesa conocer. Entonces, la labor de una parlamentario es parlamentar, abrirse a escuchar, razonar. A veces siento que uno puede ser más transparente con los del frente, porque no tienes que esconder la pelota. Con Jackson, con Boric, con Pepe Auth. Con ellos puedes tener una relación más franca. A veces con la gente del propio sector uno tiene que esconder algunas cosas, y a mí me carga esa hipocresía. Me sale muy difícil sonreír y actuar frente a alguien que sé que me saca la cresta por detrás.

¿Crees que el nivel parlamentario es malo, en general?

Más que mal nivel parlamentario, hay un mal nivel de la política, que no permite que haya un buen nivel de discusión. La tesis de la retroexcavadora no quiere tener debate. Y ese tono todavía está. Lejos lo más frustrante es cuando termina una comisión y el parlamentario te dice: "Tienes todas la razón, pero no te puedo apoyar", solo porque es del otro lado.

La suma de todos los males

¿Debe ser bien difícil ser joven y de derecha, no?

Mira, hace un tiempo, Boric me invitó a un debate en Concepción, ante un público lleno de autonomistas. Al momento de presentarme, yo les tiraba talla con que mi currículum era más bien un prontuario: ingeniero comercial de la UC, ex presidente Feuc, trabajé en la Fundación Jaime Guzmán, soy graduado de la Universidad de Chicago y diputado de la UDI. O sea, era como la suma de todos los males. Claro, hay un estigma, pero nosotros también hemos ayudado a pintar la caricatura.

¿Por qué lo dices?

Algunas actuaciones de parlamentarios UDI o representantes. Pero es una caricatura. Sí me ha tocado mucho ir a debates, en que casi siempre soy minoría, y siempre se acerca alguien al final a agradecerte por representar estas ideas.

Lo curioso es que dice que es minoría en los debates, pero la UDI sigue siendo una potencia electoral.

Esa es la paradoja de la UDI. La idea de que nos iba bien porque teníamos más plata quedó derrumbada en la última municipal. La UDI fue el quinto partido en recibir plata y sacamos la primera mayoría en alcaldes y segunda en concejales. Eso derrumba el mito de que nuestras ideas no puedan ser mayoritarias. Ahora, el éxito no puede ser medido solamente por si sacaste más o menos diputados, sino por si avanzaste o no en tus ideas y convicciones. Esa es la labor de los partidos, y yo no estoy en la UDI para que sea solo una maquina electoral.

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