Japón está alerta por empeoramiento en estado de salud del emperador Akihito

El monarca, que en 2003 superó un cáncer de próstata, sufre problemas relacionados con el estrés desde 2008, entre ellos hemorragias estomacales.




En mayo quería visitar a Isabel II para felicitarla por su 60 aniversario en el trono. Pero aunque la cita figura desde hace tiempo en su calendario, no está claro si el emperador japonés Akihito podrá viajar a Reino Unido. El monarca, que hace dos años celebró su segunda década en el trono, vuelve a tener problemas de salud.

Su estado es tan delicado, que el pueblo está seriamente preocupado. Muchos japoneses se preguntan si el incansable Akihito, de 78 años, no debería abdicar.

Durante las recientes convalecencias del emperador, es su hijo mayor, el príncipe herdero Naruhito, quien asume sus funciones. Será él quien sucederá al monarca, pero los periodistas que siguen a la casa real apuntan desde hace tiempo que el heredero no parece adaptarse bien a su futuro papel.

Según los críticos, Naruhito habla más de su mujer, la princesa Masako, y de su hija, la princesa Aiko, que de los asuntos de Estado.

Masako, que estudió la carrera diplomática, sufre desde hace tiempo depresiones, causadas en parte por la restrictiva vida palaciega. Aún así, los analistas creen que los príncipes deberían tomar como ejemplo al emperador y su esposa Michiko. Y es que a pesar de su enfermedad, el monarca sigue trabajando sin descanso, señalan.

El pueblo nipón se conmovió hasta las lágrimas al ver como, a los pocos días del terremoto y accidente nuclear de hace un año, la pareja imperial se desplazó hasta las zonas de la catástrofe para mostrar su apoyo a los afectados, escuchar sus problemas y darles ánimo.

Akihito no suele referirse a los problemas de salud que sufre desde hace años. Quiere ser un emperador cercano al pueblo y ya es el primer representante de una casa real algo más acorde con sus tiempos.

Mientras el padre de Akihito, el emperador Hirohito, todavía fue considerado como un dios hasta su muerte, en 1989, al actual monarca le fueron retiradas todas las competencias gubernamentales por la Constitución. Su papel se limita a representar la unidad de la nación.

Y para muchos, es exactamente eso lo que Akihito representa a la perfección. Mientras el nombre del primer ministro cambia casi cada año, incluso en medio de las mayores catástrofes, el emperador simboliza la continuidad y la credibilidad.

Muchos de sus súbditos creen que Akihito carga con demasiado trabajo, teniendo en cuenta su estado de salud. El monarca se sometió el mes pasado a una operación de corazón y ahora debe ingresar otra vez para que se le pueda extraer líquido del pecho. El emperador, que en 2003 superó un cáncer de próstata, sufre problemas relacionados con el estrés desde 2008, entre ellos hemorragias estomacales.

 Akihito tuvo que ser hospitalizado durante más de dos semanas en noviembre pasado debido a una bronquitis. Ahora, vuelve a ingresar en una clínica, y su pueblo espera de nuevo que su sonriente monarca sane cuanto antes.

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