Joaquín Lavín: "Quien gane nuestra primaria es el más probable próximo Presidente"

Joaquín Lavin

Pese a que en Chile Vamos evitan el triunfalismo, el alcalde cree que dicha actitud movilizará al electorado. Además de ganar, plantea, el sector debe convocar a más personas que el Frente Amplio en los comicios del 2 de julio.




Son casi las seis de la tarde del jueves y el fin de la lluvia deja caer un singular atardecer en la capital. Desde el piso 15 de un edificio en pleno barrio El Golf, la puesta de sol se ve perfecta y de manera panorámica, gracias a las completas ventanas de vidrio. Es la oficina del alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín (UDI). "Hace tiempo que no doy entrevistas políticas", comenta de entrada.

Tiene una agenda apretada por la gestión del municipio, pero no se ha alejado del todo de la contingencia política. Ha ido a reuniones con el ex Presidente Sebastián Piñera, junto a otros alcaldes, para revisar propuestas programáticas. También asistió el pasado 8 de mayo al consejo político de Chile Vamos, donde participan más de 50 dirigentes.

A contrapelo de varios en el sector, el ex ministro es optimista sobre la convocatoria de votantes el próximo 2 de julio en las primarias presidenciales del bloque. Y así, pone una meta alta: Chile Vamos debe ganar 3-0, dice. Primero, Sebastián Piñera debe triunfar; segundo, la primaria de Chile Vamos debe convocar más personas que la del Frente Amplio y, tercero, el ex mandatario debe obtener la mayor cantidad de votos de entre los otros cuatro competidores: Manuel José Ossandón y Felipe Kast, y las cartas del bloque contendor Beatriz Sánchez y Alberto Mayol.

"Este sector que estamos mirando ahora es muy importante y determinante en la votación", sentencia el alcalde, desde su escritorio con la vista hacia el oriente.

Usted compitió con Sebastián Piñera en 2005 en una primera vuelta presidencial. ¿Cómo lo ve hoy?

Algunos hablan de un 'nuevo Sebastián Piñera'. Yo creo que eso es una exageración. Lo que hay es una persona que tiene una experiencia mayor. Obviamente que el haber sido Presidente cuatro años en un entorno difícil -situación económica, terremoto, marchas estudiantiles, redes sociales, todo lo que pasó-, es decir, haber sido Presidente de la República en ese mundo nuevo es un ultra súper doctorado. Hoy veo a Sebastián Piñera en su mejor momento como estadista luego de haber sido cuatro años Presidente.

Hay quienes ubican al ex presidente en este nuevo periodo más hacia la derecha. ¿Lo ve así?

No, pero es obvio que toda acción provoca reacción. Más bien ha sido al revés: hoy Chile, respecto de lo que era hace cuatro u ocho años, se ha izquierdizado. De hecho, la Nueva Mayoría está a la izquierda de lo que fue la Concertación. Y el Frente Amplio está a la izquierda de lo que fue en su momento la Nueva Mayoría. Lamentablemente, Chile se izquierdizó en el discurso y 'Michelle Bachelet dos' que, a mi juicio, fue muy distinta a 'Michelle Bachelet uno', tomó ese sentimiento de la calle sin procesarlo, en términos de políticas públicas, y por eso pasó lo que pasó. El sentimiento de los estudiantes de 'quiero una educación de tal forma', la clase política completa, especialmente la Nueva Mayoría, renunció a procesar esas demandas y las intentó transformar en políticas públicas al lote. Y eso terminó frenando a Chile. Al frenarse, la gente empezó a decir: 'Quién es el que puede hacer partir a Chile de nuevo' y ahí empezó a mirar a Sebastián Piñera.

¿Dice que todo lo que se plantea distinto en este "Chile que se ha izquierdizado" parece de derecha?

Exactamente. Las políticas públicas fracasaron y algunos dicen que la gente volvió a mirar a la derecha, otros dicen a la centroderecha, pero todos sabemos que Sebastián Piñera no es la persona clásica de derecha. Todos lo sabemos, desde su 'no' en el plebiscito hasta hoy.

Usted lideró las convenciones programáticas de la UDI. ¿Comparte los lineamientos que ha presentado el ex presidente?

Si yo pudiera pedirle algo sería: 'Tú tienes que hacer un gobierno para la clase media'. Hoy, Chile es un gran país de clase media y eso significa nuevos desafíos. Tiene que ser un gobierno que piense las políticas públicas 100% hacia la clase media. ¿Qué significa eso? Que yo, cuando piense en viviendas sociales, ya no piense en las clásicas viviendas con hacinamiento, sino que sean bien hechas. O sea, espacios públicos de buena calidad. Para los adultos mayores el tema no es solo las pensiones, es el tema de los precios de los remedios, entretenimiento... Yo fui ministro de Desarrollo Social e hicimos un programa fantástico que se llama el Ingreso Etico Familiar, pero qué es lo que pasa: que era ultra súper focalizado en la extrema pobreza. Bien, pero estamos en otros tiempos. Ahora el enfoque es la clase media. Por ejemplo, propuestas como el fin al Transantiago, yo las veo así.

El senador Hernán Larraín dijo que hay que evitar que el programa de gobierno sea etiquetado como derechista. ¿Qué opina?

Todas esas etiquetas ya no significan nada para la gente. La gente no está mirando a Sebastián Piñera porque sea de derecha o de centroderecha, la gente lo está mirando porque piensan que es la persona que puede echar a andar a Chile de nuevo. Y en eso les da lo mismo si es de izquierda o de derecha. Les importa que el Chile que está frenado vuelva a moverse y rápido.

¿Hay que hacer guiños al centro?

Cuando tú ya fuiste Presidente de la República y sacaste más del 50% de los votos y estás de nuevo en el borde del 50%, el centro ya está votando por ti. Ese 50% es mucho más que la derecha. Cuando uno se define como de centroderecha, para mí ese es el centro social, el sentido común..., y eso sí tiene que representarlo Sebastián Piñera.

En un eventual nuevo gobierno de Sebastián Piñera, ¿cree que ahora integrará más a los partidos?

Sí, pero el aprendizaje tiene que ser de los dos lados. El tiene que aprender a integrarlos más a sus equipos y no solo a pensar en un gobierno de la tecnocracia, pero los partidos también deben aprender a que ser partidos de gobierno requiere una responsabilidad mayor. Por ejemplo, los partidos de la Nueva Mayoría no se están comportando como tales, han dejado sola a Michelle Bachelet.

¿Qué significa tener una mayor responsabilidad?

Que la lealtad sea mutua, que las cosas se discutan internamente y que luego se salga con unidad.

¿Cuál debería ser el rol de la UDI en un eventual nuevo gobierno?

Sebastián Piñera va a requerir un apoyo muy sólido en el Parlamento, porque no va a tener la mayoría parlamentaria. Requiere un compromiso, unidad, solidez, respaldando al presidente. La UDI tiene que ser el sostén de todo eso.

¿Cree que se puede conversar con la DC desde 2018 en una eventual administración de su sector?

Va a depender de cómo se comporten ellos. Si la DC de verdad va a ser de centro, eso debería significar su disposición a pactar con la centroizquierda o con la centroderecha en favor de buenas políticas públicas.

¿Cómo ve la irrupción del Frente Amplio?

Lo veo peligroso. Lo han hecho muy bien, de hecho, van a tener primarias, todo el empuje comunicacional está más hacia Beatriz Sánchez que hacia Alejandro Guillier y eso ya se está notando en las encuestas. No sé si Beatriz Sánchez lo va a alcanzar a llegar a pasar, es difícil aún predecir algo así. Es complicado, porque ellos pueden proponer utopías, pero si llegaran a gobernar multiplicarían la retroexcavadora por tres. Chile no solo estaría frenado, estaría retrocediendo.

¿Cómo vaticina la participación de votantes el día de las primarias? El tema preocupa en el sector.

Me tocó participar como jefe de campaña en la primaria de Pablo Longueira, que fue la primera primaria presidencial, en la que votaron 800 mil personas. A algunos les he escuchado decir que la anterior fue muy competitiva, entonces, llegó mucha gente a votar. Esta puede ser menos competitiva, pero pienso que participará mucha más gente que la anterior, por dos razones. Primero, en 2013 todos sabíamos que la próxima Presidenta de Chile se llamaba Michelle Bachelet y, por lo tanto, todos sabíamos que tanto Longueira como Allamand no tenían ninguna posibilidad. En cambio, ahora todo el mundo sabe que quien gane nuestra primaria es el más probable próximo Presidente de Chile y eso motiva para votar. En segundo lugar, en esos momentos, no sabíamos hacer campaña para el voto voluntario. Hoy hemos aprendido, con la última elección municipal.

¿Cuál es la meta, entonces?

Hay una triple meta: hay que ganar 3-0. Sebastián Piñera tiene que ganar la primaria; tenemos que llevar a votar más gente que el Frente Amplio, y eso no es una meta fácil, porque pueden llevar a muchas personas jóvenes, y tercero, Sebastián Piñera tiene que ser el más votado de los cinco candidatos que van a estar en la papeleta de las dos primarias. El verdadero triunfo es el 3-0.

¿Esta sensación de triunfalismo no es un riesgo?

Yo creo que hoy la gente sí quiere ir a votar por Sebastián Piñera, hay una motivación mayor para ir a votar. Pero obvio que en la confianza está el peligro, por eso tenemos que hacer una campaña bien hecha en este mes. Siento que es una responsabilidad, porque en este sector oriente hay decenas y miles de votos de Sebastián Piñera que ojalá ese día vayan a votar. Aunque llueva ese día, aunque Chile llegue justo a la final de la Copa Confederaciones, tenemos que ir a votar.

Pero el ex presidente dice que hay que evitar el triunfalismo.

Sebastián Piñera tiene la mayor posibilidad de ser el Presidente de Chile, pero necesita de nosotros ese 2 de julio, porque si convocamos mucha gente, ese día, en la noche, vamos a haber dado un paso gigante para ganar la elección. La cuenta regresiva para la Nueva Mayoría comienza el 2 de julio y todos los que queremos que haya un cambio y que la Nueva Mayoría no siga tenemos que levantarnos a votar.

¿Se atreve a dar algún porcentaje para Sebastián Piñera?

No, solo el 3-0.

¿Y un número de votantes para la primaria de Chile Vamos?

No, pero sobre el millón de personas. No es fácil, porque en la elección municipal votó el 35% a nivel nacional.

Comentan que usted, en el consejo político de Chile Vamos, planteó una convocatoria de dos millones de votantes para las primarias.

Sí, yo dije eso, pero todos me retaron. Hay que apuntar en grande.

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