Klaus Schmidt-Hebbel: "Con el cambio de gabinete, este gobierno pasó de pato cojo a pato parapléjico"

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El ex miembro del equipo económico de Sebastián Piñera, advirtió un desorden "caótico" en el gobierno y que los otros candidatos le parecen "magníficos, porque son extraordinariamente malos".




A pesar de que viaja a Santa Cruz para representar la candidatura de Sebastián Piñera en un panel de debate entre los distintos programas económicos, Klaus Schmidt-Hebbel, ex economista jefe de la OCDE, insiste en que se mantiene al margen del equipo del ex Presidente y que solo está haciendo una excepción. Aún así, criticó el manejo del actual gobierno, afirmando que esté ya está "en fase terminal" y reconoció que no cree en los dichos del actual ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, de que se enfocarán en "crecimiento y crecimiento".

Hace tres meses, usted decía que Rodrigo Valdés tenía un manejo mediocre en Hacienda. Finalizado su período, ¿cómo evalúa su gestión?

Quisiera partir por dos grandes virtudes de Rodrigo Valdés, a quien conozco bien. Primero, es un excelente profesional, con una meteórica carrera, pero sólo hasta el día en que asume como ministro de Hacienda. Y segundo, creo que es una gran persona, un valioso ser humano. Ahora, cuando él llega junto a Jorge Burgos al gabinete, se entendió que iban a poner orden en la gestión ministerial de la Presidenta Bachelet, reorientando el equivocado curso de las reformas emblemáticas de Peñailillo y Arenas. Dieron a entender que se iban a preocupar en forma más seria en diseñar e implementar mejor los cambios que sus predecesores. Burgos lo intentó, y cuando se dio cuenta que no era posible enmendar los equivocados rumbos de este gobierno, decidió renunciar, lo que le aplaudo. Valdés, se quedó 843 días, modificando algunas reformas respecto de su diseño original, haciéndolas algo menos malas, pero manteniendo el contenido del programa refundacional, con retroexcavadora, de la Presidenta Bachelet. Por tanto, evalúo negativamente la gestión de Valdés, y aplaudo su mejor decisión a cargo de Hacienda, que fue su renuncia.

¿Pero cree que tenía espacio para modificar más esas reformas?

Sí, tenía espacio para mejorar más, o renunciar antes. En el caso de la reforma tributaria, no corrigió las enormes distorsiones que castigan el ahorro, la inversión y el empleo, que introdujo la reforma original de Arenas. Y está la reforma laboral, que lleva la firma de Valdés, y que daña intensamente el crecimiento actual del empleo formal en Chile. Además es corresponsable - con Arenas - del aumento brutal de la deuda pública, que lleva a Chile a una trayectoria insostenible de deuda. Esta senda es particularmente inaceptable, considerando que el gobierno se hizo de enormes recursos fiscales adicionales a través de su reforma tributaria, equivalentes a 3,03% del PIB. Con ello, el gobierno violó flagrantemente su promesa electoral de reducir el déficit estructural. En resumen, Rodrigo Valdés no fue capaz de enmendar el rumbo de malas ideas, peores diseños y pésimas implementaciones de las reformas emblemáticas de la Presidenta. Su gestión tiene mucho más de agraz que de dulce.

¿Cómo lo evalúa en relación a otros ministros de Hacienda?

En términos absolutos la gestión de Arenas fue peor que la de Rodrigo Valdés. Las dos fueron malas, pero la gestión de Arenas fue pésima, impresentable. Fue el peor ministro de Hacienda que tuvo Chile desde 1971-1973.

¿Es muy negativo tener 3 ministros de Hacienda en un gobierno? Hay quienes desdramatizaron la situación...

Un ministro puede salir cuando quiera, pero esto habla mal de la conducción política del Presidente. Si tiene tres ministros de Hacienda en un período, refleja una conducción desprolija y caótica.

¿Y le sorprendió la renuncia del resto del gabinete económico?

Me sorprendió favorablemente que lo hiciera el gabinete económico completo, especialmente a consecuencia del error garrafal del rechazo de Dominga. Así, este gobierno pasó de pato cojo a pato parapléjico, o en estado terminal, como lo califican senadores actuales y ex senadores de la Nueva Mayoría.

A propósito, ¿qué le pareció lo ocurrido con Dominga?

Nuestro proceso de evaluación de proyectos de inversión también está en crisis terminal. No es posible que se invite a inversionistas a gastar cientos de millones de dólares en preparar sus proyectos de inversión, y luego someterlos a instancias técnicas de evaluación de impacto, para pasar a una revisión política final, de resultado incierto y arbitrario. Por último si uno quiere meter la dimensión política en las evaluaciones de proyectos (cosa que no debería estar), ésta debería al comienzo y no al final del proceso. Además, se toman plazos larguísimos e inciertos. Ni en Asia, ni en los países de la OCDE se demoran de 3-10 años para evaluar y luego rechazar proyectos esenciales para el desarrollo del país, como son Hidroaysén y Dominga, entre muchos otros. Esto representa un costo enorme e inhibe mucha inversión, explicando una parte de la caída violenta de la inversión en Chile durante todo el gobierno de Bachelet.

¿Qué espera de Nicolás Eyzaguirre en Hacienda?

Nada.

¿Por qué?

Nada respecto a lo que hubiese pasado si continuaba Rodrigo Valdés. Porque estamos en pleno descuento de este gobierno de pato parapléjico.

Pero Eyzaguirre dijo que su foco será crecimiento, crecimiento, crecimiento … ¿No da confianza eso?

La confianza nace de la evaluación de la acción, no del uso reiterado de una palabra. Y la acción del ministro, en las tres posiciones que le tocó en el actual gobierno, contribuyeron a reducir el crecimiento de Chile, no a aumentarlo. Esta declaración de Eyzaguirre se inserta en el desorden caótico y terminal de este gobierno. Caos que también queda reflejado en el hecho de que 24 horas después de la declaración del ministro Rodríguez que se puede salvar Dominga, la ministra Narváez le quita el piso, desmintiéndolo. Son todas palabras vacuas de un gobierno en disolución.

Pensiones y candidaturas

¿Que le pareció que el proyecto del gobierno no incluya un aumento en la edad de jubilación? Sí lo tiene la propuesta de la CPC de la que fue parte...

Creo que se debió incluir. No critico el monto de la mayor cotización. 4 puntos propone Sebastián Piñera, 5 puntos el gobierno y 6 puntos la Comisión Asesora de la CPC, que yo integré. Son buenos montos. En forma muy simple, cada punto adicional implica un 10% más de pensión autofinanciada. Además hay consenso nacional que sea el empleador el que cotice adicionalmente.

Sin embargo, al tener el proyecto de gobierno un componente importante redistributivo, que es el aporte de dos puntos a la agencia estatal, que después se gasta para incrementar a terceros que no han aportado, equivale a un sistema de reparto que tiene un efecto mucho más negativo para el empleo y salarios líquidos, que si fuera a cuentas individuales. Además el 3% de cuentas individuales va a una empresa del Estado que actúa como monopolio. El trabajador no tiene la opción de cambiarse a otro lado si son mal administradas, como sí lo puede hacer en una AFP. Finalmente es altamente regresivo en comparación con las reformas que proponen el Banco Mundial, la OCDE, la CPC y Piñera, que consisten en extender el pilar solidario.

Aún así, Valdés destacó que con esta propuesta se aumentan 20% las pensiones, mientras que la de Piñera tomaría mucho tiempo…

Pero no son el mismo grupo, porque el 40% de gasto en el pilar solidario, que propone Piñera, iría a las pensiones solidarias. La propuesta de Piñera es mucho más focalizada en los pobres, y por tanto mucho más equitativa.

En otro tema, Osvaldo Rosales, del programa de Alejandro Guillier, criticó que solo el crecimiento se proponga como solución y planteó crecer "con música"...

Esto está zanjado hace décadas por los economistas. El crecimiento es condición sine qua non -condición necesaria- para el desarrollo. Sin crecimiento, no hay solidaridad, no hay cuidado con el medio ambiente, no hay democracia, ni podemos combatir la delincuencia. Pero no es condición suficiente para alcanzar el desarrollo integral. Va de la mano de buenas políticas públicas en muchos ámbitos en los que fallan los mercados privados. Pero dichas políticas deben tratar de minimizar las fallas de Estado, que son tan frecuentemente observadas, especialmente en gobiernos malos.

¿Qué opinión tiene de las candidaturas de Guillier y Sánchez?

Como ciudadano y adherente a la candidatura de Sebastián Piñera, los candidatos alternativos me parecen magníficos, porque son extraordinariamente malos. Hacen la competencia más fácil. El dominio de Piñera sobre todos los otros candidatos, en conocimiento, calificaciones académicas, experiencia profesional y como exPresidente, es simplemente apabullante.

Beatriz Sánchez propone desintegrar el sistema tributario y Piñera todo lo contrario...

Ésta es una más de muchas de las propuestas irracionales, anticrecimiento y antidesarrollo, de esta candidata. Con un sistema que desintegra la tributación de empresas y personas, más una tasa marginal de impuestos personales de 50% (que ella también propone), el dueño de una empresa llegará a pagar impuestos hasta un 75% o 78% de sus utilidades, mientras que los rentistas de fondos mutuos de renta fija pagarán entre 0 y 50%. En el mundo actual, de plena integración financiera internacional y alta movilidad de capitales, no podemos darnos el lujo de hacer tributar a las rentas del capital más que en otros países, en promedio, porque con ello saldrían capitales y caería aún más la inversión de lo que ya ha caída bajo el gobierno actual. Por ello Piñera propone pasar del sistema semintegrado adoptado por Arenas-Valdés a un sistema nuevamente integrado de forma plena, con una tasa de impuestos a las empresas que disminuya hacia el promedio de los niveles de los países OECD.

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