La ciudad invisible según el fotógrafo Francisco Farías

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Un Santiago oscuro y extraño muestra el libro Ciudadano 0, que es el debut del sello Los Otros Editores. Se lanza hoy.




Es un libro de fotos, pero también es un poema visual. Así lo describe su autor, el fotógrafo Francisco Farías (30), quien luego de enlazar libremente una serie de imágenes en blanco y negro que revelan quizás los rincones más extraños de Santiago, se da el tiempo de escribir un poema, que sirve también de manifiesto: "El piensa/ Un fotógrafo no debe hablar ni llorar/ Mientras fotografía/ Solo debe ser un silencio/ Un espacio que acompaña un regreso/ Alguien que guarda visiones olvidadas/ De un mundo que imaginamos", escribe.

Formado en el Instituto Alpes y con experiencia en medios de prensa, Farías ejerce hace un tiempo la fotografía independiente y hace mucho menos la de editor. Junto a dos socios fotógrafos -su hermano Juan Farías, fotógrafo de La Tercera, y el periodista Cristián Labarca- fundó Los Otros Editores, sello que hoy debuta en las pistas con Ciudadano O, un recorrido visual por las calles de la capital, a través de su propia mirada.

El libro se presenta a las 19.30 horas en la galería Flach (Villavicencio 301), y es el primero de la colección Ciudad Vista, dedicada a fotografías urbanas. "Lo que tenemos en común los tres socios es esta idea de salir a la calle sin buscar nada especial", dice el fotógrafo Cristian Labarca, quien dejó sus funciones en la editorial Letra Capital para perseguir el sueño de editar libros de fotografía. "No es fotoperiodismo que va en busca de un tema; nosotros simplemente vivimos la calle y cuando hay algo que llama la atención tomamos la foto", cuenta.

En Ciudadano 0, Farías pone su atención en personajes urbanos extraños, que aquí aparecen inmortalizados como si fueran protagonistas de una misma película: el predicador con sus ojos bien abiertos; el payaso con el traje dos tallas más grande; la bailarina de topless y el oficinista que deambula por Amunátegui o el Paseo Ahumada tienen acá su momento estelar.

"Son personajes fuera de lo común, de alguna forma me veo a mí mismo en ellos, veo su soledad y su locura", dice Francisco Farías. "En general, creo que lo que hace buena a una foto es aquello que rompe con el canon de la realidad", agrega.

Todas la imágenes son en blanco y negro, fueron tomadas con cámaras digitales y luego trabajadas en el computador para afinar tonos y contrastes. Es un registro de la realidad, pero pasada por el filtro del autor. "Mi trabajo es más bien un híbrido, está justo en medio de la fotografía documental y algo más artístico y poético. Este libro tiene influencias del cine negro de los años 40 y 50 con una estética más sombría, de los cómics como el de Frank Miller y algunos autores japoneses", cuenta.

Para el autor, la editorial se suma a la producción de libros dedicados exclusivamente a la fotografía y que en los últimos años han aumentado en el país. "Los fotolibros no son como antes, donde las fotos estaban supeditadas a un texto y flotaban en medio de una página en blanco. Aquí las imágenes son lo esencial y existe un correlato entre ellas casi como si fuese un proyecto cinematográfico", resume.

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