La divertida resurrección de Michael Bolton en Netflix

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El cantante protagoniza un especial del Día de los Enamorados donde se ríe de sí mismo. "Trato de mostrarme de otra forma", dice.




La culpa fue de Jack Sparrow. Pero no del villano de Piratas del Caribe. O al menos, no específicamente. En 2011, el trío cómico de hip hop del programa Saturday night live, The Long Island, estrenó un vídeo en que le pedía ayuda a Michael Bolton para escribir su próximo gran hit de flirteo y seducción. El estadounidense -nada más distante de los alardes pendencieros del rap- se atrevía a cantar junto a ellos la composición, que finalmente derivó en una disparatada oda al personaje de Johnny Depp, con el cantante disfrazado, y un tema denominado precisamente Jack Sparrow.

La humorada tuvo 163 millones de visitas en YouTube y una consecuencia lógica: el hombre antes convertido en icono de esa balada de salón y plastificada que dominó los 90, ahora, luego de casi dos décadas sin mayores éxitos, renacía como un viral, reciclaje parecido al que han enfrentado otros compañeros de generación, como Rick Astley. Incluso, el golpe a la cátedra rebautizó uno de sus himnos más memorables: When a man loves a woman ahora era When a meme loves a woman.

"Todo eso fue uno de los capítulos en que mejor lo he pasado en mi carrera. Es la base para este último proyecto: tratar de mostrarme de otra forma y que el público ya no me tome tan en serio", dice ahora el intérprete, sentado en uno de los paneles que Netflix organizó el pasado miércoles en Nueva York para presentar sus próximos estrenos, en el que destaca precisamente un especial de San Valentín protagonizado por Bolton.

Se trata de Michael Bolton's big sexy San Valentine's special, producción ya disponible en la plataforma digital y donde el artista se ríe de su cursilería, de su vocalización afectada para cantar y de todo el relamido romanticismo del 14 de febrero, el que, al menos en Estados Unidos, él mismo ayudó a perpetuar. "Vendí más de 75 millones de discos y encabecé las listas con nueve sencillos. Pero lo más importante: soy el rey indiscutido de San Valentín", se presenta al inicio del programa.

Su nueva aventura persigue una premisa. En los primeros minutos, luego de desplegar en plan parodia y bajo una nevazón en plena ciudad una balada que remite a su repertorio más lacrimógeno ("Faltan diez meses para Navidad/ es lo que significa para mí el Día de San Valentín", reza parte de su letra), aparece por sorpresa Santa Claus, quien le lanza una misión: este año, los duendes fabricaron demasiados juguetes, por lo que necesita que nazcan más guaguas. "75 mil para ser exactos", puntualiza el Viejo Pascuero y la tarea queda lista: Bolton deberá liderar un especial al límite entre la sensiblería y la carnalidad, para estimular la reproducción.

En la conferencia de esta semana, y con una voz sorprendentemente desgastada, el norteamericano profundiza: "Cuando te proponen una idea así, sólo debes entregarte. A los libretistas, al productor, incluso a uno mismo. Estaba muy nervioso. Pero Netflix te da mucha libertad para crear tus propias iniciativas, sin que necesariamente pierdas parte de tu esencia. Yo aquí hablo bastante, pero también canto".

Lo que dice Bolton es real. Aunque aquí se sigue mostrando cómo intérprete, jamás el público lo había visto riéndose de su propia figura. Ahora el escenario es otro. Una manera de comprobarlo es el duelo que libra en el espacio con Kenny G, otro paladín del amor multiventas. En el sketch, el actor Andy Samberg encarna al saxofonista, quien acusa a Bolton de haber traicionado a los melenudos de los 90 -hoy su calvicie es pronunciada-y lo reta a un duelo entre su voz y su instrumento. Es Bolton en su nueva cara: el hombre que alguna vez amo a una mujer hoy no tiene problemas en amar su propia caricatura.

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