La incidencia de la nueva directiva en las definiciones presidenciales socialistas

Mientras Allende no ha escondido su interés por el 2017, Insulza se menciona como carta de Escalona




"Voy a llegar primero a Chile, me voy a sentar, voy a ver qué pasa, estar activo en mi partido, y las cosas se irán desarrollando naturalmente", dijo esta semana José Miguel Insulza al ser consultado en entrevista con Qué Pasa sobre una eventual candidatura presidencial.

Insulza desarrolló en Santiago una nutrida agenda de actividades públicas y privadas, preparando su retorno definitivo a Santiago para cuando, a fines de mayo, deba dejar la secretaría general de la OEA.

Y si bien ha sido reacio -tanto en público como en privado- a abordar sus opciones para 2017, en el PS es comentario obligado que las posibilidades de transformarse en la carta presidencial socialista se duplicarían en el caso de que Camilo Escalona -a quien Insulza ha apoyado activamente- asuma la presidencia del partido.

Algo en lo que coincide la analista política de la Fundación Chile 21: "Si Escalona logra la presidencia hay muchas más posibilidades para que alguien como José Miguel Insulza".

Al contrario, señala De la Fuente, "si Allende logra ser presidenta del PS queda en una buena posición para ser ella misma la candidata. De otra forma creo que sería muy difícil para ella tener esa posibilidad de ser candidata".

Tras asumir la presidencia del Senado en marzo de 2014, Allende ha exhibido un buen desempeño en encuestas, aumentanto su nivel de conocimiento entre la ciudadanía e instalándose, con un 45%, como el tercer personaje político mejor evaluado según la CEP de julio de ese año y aumentando a 49% en el sondeo de noviembre pasado.

"Hay gente que me para y me dice: debería llegar un Allende a La Moneda", dijo la senadora en una entrevista en septiembre de 2014.

"Si Allende se impone en estas elecciones internas, despeja su camino para ser precandidata presidencial en dos años más, enterrando los fantasmas en torno a la imposibilidad de suceder a Bachelet con una figura de su propio partido", explica el abogado y analista político Jorge Navarrete.

"La paradoja -sin embargo, agrega Navarrete- es que el triunfo de la senadora también le facilita las cosas a Marco Enríquez-Ominami, cuya pretensión de ingresar a la coalición oficialista se hace más viable sin Camilo Escalona en la presidencia del PS."

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