La nueva terapia verde

ONG iniciaron cruzada para crear plazas en hospitales públicos. Estudios avalan su positivo impacto en los pacientes.




“El impacto que han generado los patios terapéuticos es muy importante y ha mejorado la calidad de vida de todos quienes visitan estos espacios de naturaleza”, dice Carlos Altamirano, director del Hospital del Salvador, ubicado en Providencia. Altamirano se refiere así a los espacios que las fundaciones Inspira y Cosmos han recuperado al interior de este recinto público construido en 1871 y que atiende anualmente a 250 mil personas.

Hasta la fecha se han inaugurado tres patios en total, el último de ellos el pasado miércoles, a un costado de la Unidad de Pacientes Críticos.

Doris Erlwein, directora ejecutiva de Inspira, señala que el aporte teórico del sueco Roger Ulrich ha sido clave para iniciar este trabajo. Este sicólogo social publicó un estudio en la década de los 80 en el que plantea que observar un jardín puede acelerar la recuperación de un paciente tras una cirugía, infecciones u otros malestares.

“Es una corriente que esperamos que en nuestro país, en nuestra salud pública, y ahora frente a la construcción de hospitales nuevos, sea realmente tomada en cuenta por el claro y contundente aporte a los pacientes, familiares y trabajadores, todos parte de la comunidad hospitalaria”, dice Erlwein, quien fundó Inspira junto a la diseñadora Verónica Novoa en 2012.

Desde la ONG Cosmos ejemplifican el aporte con las investigaciones de Jeffrey Walch, de la Universidad de Pittsburgh, quien demostró que los pacientes que están en recuperación de una cirugía en una pieza con luz natural y vista a un jardín, necesitan 22% menos medicamentos para el dolor que aquellos que están en piezas sin esas condiciones.

Felipe Correa, director de proyectos de esta fundación, señala que los jardines son diseñados por un equipo multidisciplinario compuesto por arquitectos, diseñadores, paisajistas, sociólogos y especialistas del sector médico.

“En su diseño es indispensable la incorporación de elementos que garanticen el beneficio síquico, físico y espiritual para sus usuarios, como la floración permanente en las plantas para que durante todo el año haya color y vida naciendo en el jardín. Asimismo, se incorporan plantas con diversos olores y elementos de relajación, como fuentes de aguas, bancos, posaderas y mesas”, señala.

Correa agrega que el foco está puesto en hospitales públicos porque carecen de áreas verdes y recursos para corregir este déficit. Por ejemplo, el Hospital del Salvador fue concebido con áreas verdes, pero con el tiempo fueron quedando abandonadas y convertidas en bodegas.

“Los hospitales públicos cuentan con espacios definidos y amplios, como parques y patios interiores. Lo que ocurre es que muchas veces estos espacios no están habilitados y disponibles como quisiéramos, pero con este proyecto eso se está haciendo realidad”, explica Altamirano.

Doris Erlwein adelanta que realizarán un trabajo similar para los niños del Pequeño Cottolengo.

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