La obra de Patrick Steeger aterriza en el Centro Cultural Matta de Buenos Aires

El artista nacional muestra Uso y abuso, en el espacio que mantiene la embajada de Chile en Argentina.




Es posible que desde Avenida Libertadores, en Buenos Aires, el Centro Cultural Matta no sea muy visible. El acceso es a través del Parque República de Chile. Allí, precisamente, Patrick Steeger realizó una intervención que aborda en parte este problema: una serie de módulos escultóricos en madera son al mismo tiempo pequeños habitáculos susceptibles de ser usados por vagabundos.

La obra fue realizada junto a estudiantes de arte de la U. de Buenos Aires, antes de inaugurar la muestra Uso y abuso. Fue un modo de entablar nexos con el contexto local y de continuar una faceta que ha enriquecido su trabajo el último tiempo.

Desde la Generación Post 90, Patrick Steeger (1970) se sitúa como un artista que llevó lo escultórico más allá de sus límites. Sus primeras indagaciones dieron con objetos hechos a partir de materiales encontrados en el espacio público. Sus operaciones contemplaban la inventiva popular, siempre con visualidad minimalista y reflexiones que incluían nociones de “lo chileno” y la ocupación del espacio.

El proceso se aceleró hacia una mayor relación con la arquitectura y la experimentación con modos constructivos, cuando se asoció con una empresa maderera. Molduras, planchas de terciados, materiales industriales y procesos manuales sujetos básicamente a técnicas de corte y confección, fueron conjugándose en una investigación en la que lleva ya unos cinco años.

Con estudiantes de arte o arquitectura, en Talca, Valparaíso o la Ciudad Abierta de Ritoque, ha optado por otras relaciones dentro de los procesos de formación, privilegiando el oficio y  que ambas partes, artista-profesor y jóvenes, aprendan relacionándose. El resultado: piezas escultóricas que obedecen tanto a las potencialidades de la madera como a nuevas técnicas, y que son al mismo tiempo intervenciones en el paisaje, habitables, inspiradas en la naturaleza o en las proporciones geodésicas del arquitecto, ingeniero e inventor, Buckminster Fuller.

Algunos registros y maquetas de estas obras están en la exposición en el Centro Cultural Matta. Abierta hasta el 29 de julio, reúne además piezas e intervenciones escultóricas repartidas en la sala. Allí, gracias a ensamblados e intervenciones, las molduras se convierten en objetos preciosos.

Una obra que se mueve entre los bordes de la arquitectura y una reflexión sobre los modos de habitar, que provoca quiebres sobre cómo se entienden la espacialidad, las estructuras clásicas de esa arquitectura que hoy abunda de “puras molduras seriadas”, dice Steeger, en una ciudad sujeta a las exigencias del mercado.

Los Premios Nobel

El Centro Cultural Matta está unido a la arquitectura de la Embajada de Chile, armonizando con su reconocida estructura modernista. En el barrio de Palermo, cuenta con una gran sala para exposiciones y un auditorio para 110 personas, integrándose a un circuito de museos, donde se cuentan el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) y el de Arte Decorativo.

Uno de los grandes proyectos Bicentenario, no obstante, se mantuvo semicerrado hasta hace poco. Desde que, en 2011, abrió a cargo del artista Carlos Leppe, hasta que Marcelo Díaz (actual Secretario General de Gobierno) llegó como embajador, asumiendo como agregada cultural María José Fontecilla. “Antes no hubo voluntad de echarlo a andar”, señala.

Entonces se retomaron los trabajos y se reactivó una programación que ha puesto énfasis en las artes visuales. El año pasado hubo una charla de Alfredo Jaar, mientras que este año la programación abrió con una muestra de Catalina Schliebener.

Algunos residentes chilenos en Buenos Aires opinan que el centro cultural es aún poco visible en la cartelera porteña. Con José Antonio Viera-Gallo como nuevo embajador, a fines de año abrirá una muestra de Roberto Matta. Se planifica además una muestra sobre Pablo Neruda, con objetos, primeras ediciones y textos manuscritos del coleccionista Nurieldín Hermosilla; y, en conmemoración de los 70 años del Premio Nobel de Gabriela Mistral, se trabaja en una curatoría que en 2016 apuntará a la relación de amistad que tuvo con la escritora argentina, Victoria Ocampo.

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