La Roja enfrenta la hora de las obligaciones

La selección chilena salta a la cancha a buscar el triunfo sobre Bolivia. No existe otro resultado aceptable en el Monumental.




Ni siquiera ganar por un gol es totalmente aceptable para Chile hoy. Los más exigentes pueden decir que una diferencia de dos es muy poca. Con esa presión juega la Roja en el Monumental, por la octava fecha de las Eliminatorias para Rusia 2018. ¿Regalar puntos? Por ningún motivo, está totalmente prohibido. Cualquier otro resultado que no sea un triunfo significa un golpe de puño directo al mentón de la escuadra nacional. Y aunque las matemáticas digan lo contrario, se pondría en serio peligro la clasificación al próximo Mundial.

Al frente está Bolivia, una selección que desde 1993 no obtiene una victoria como visita. La historia no juega, es cierto, y el último antecedente habla de un triunfo de los altiplánicos en la fecha previa. Un 2-0 sobre Perú (en La Paz) que revitalizó energías, especialmente porque fue con el debut de su nuevo entrenador, el argentino Ángel Guillermo Hoyos. De hecho, ya saltó a la octava posición.

Pero no, no hay que engañarse. Bolivia está muy lejos de ser un rival de peligro para los actuales bicampeones de América. Si la lógica no se llega a dar, si Chile no se impone en Macul, será exclusiva responsabilidad de los dueños de casa. Así de simple, así de claro.

Juan Antonio Pizzi no quedó contento con la presentación de la Roja en Paraguay. Nadie quedó satisfecho, obviamente. Por lo mismo, preparó cambios de cara al partido de esta noche. Cambios dentro de las alternativas que tenía, puesto que la automarginación del capitán Claudio Bravo y la expulsión de Gary Medel (segundo capitán) son dos bajas demasiado sensibles para el funcionamiento del Equipo de Todos. Sin contar que Gonzalo Jara, siempre de altos rendimientos en la Selección, es otro que se cayó de la nómina, por lesión.

Con su baraja diezmada, el entrenador argentino propuso tres cambios importantes. Hasta ayer, el reemplazo de Medel era Erick Pulgar, pero Macanudo al final apostó sobre seguro, con Francisco Silva en esa posición. ¿Por qué?  Por la experiencia del Gato, inexperto en esa función, pero con buen recorrido en el conjunto criollo.

Quiere un mediocampo con más fútbol y pone a Rodrigo Millar, a quien llamó pensando en este partido. La idea es encontrar de una vez una alternativa para Marcelo Díaz, otro de los ausentes emblemáticos en esta convocatoria. Desde su perspectiva, el volante del Morelia también tiene la presión de responder, para ser considerado en próximos llamados del DT.

Finalmente Pizzi pensó en darle su enésima oportunidad a Fabián Orellana. La lesión de última hora del  jugador del Celta corrió en contra de ese plan. Hasta el final, el estratego nacional ha tenido problemas para armar su equipo titular.

Ninguno de estos imponderables puede justificar que Chile no derrote a Bolivia. Es la obligación y también una necesidad. De no cumplir con este deber, mejor ni pensar en Rusia 2018.

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