Las claves que marcarán la tercera temporada de House of Cards

El 27 de febrero regresa la producción más comentada y adictiva de Netflix: House of cards. Y aquí adelantamos cómo es la tercera temporada. Guardando, claro, las sorpresas más importantes.




Las primeras escenas del regreso de House of cards son de esos momentos en la serie pensados para hacer que los espectadores tengan pequeños infartos, o, por lo menos, levanten cejas y abran la boca de la sorpresa: ¿En serio? ¿Cómo?

Por lo mismo, mejor ni hablar de eso en este artículo: uno de los grandes placeres de la serie de Netflix protagonizada por Kevin Spacey, son los giros sorpresivos de la historia, que hacen sonreír; no hay serie más perversa, política y disfrutable que esta tragedia de poder, ambición y Washington.

Y, bueno, quien escribe firmó un contrato con la empresa de streaming, que amenaza con penas del infierno si luego de ver los seis primeros episodios de la temporada tres, se cuentan partes fundamentales de la trama.

Pero, y avisando al lector que, a continuación, serán descritos los aspectos centrales de qué es lo que tratará House of cards, le damos la bienvenida a Frank (Spacey) y Claire (Robin Wright) al salón oval.

Si la temporada uno presentaba a Frank y su mujer como una pareja de Washington con sed de más, la segunda era la manipulación de ser vicepresidente y "segunda dama" de la nación. Esa última entrega tenía varias líneas argumentales que se escapaban de lo importante, y lo que hace a la serie un hit y la favorita de los políticos: la maquinación, la negociación y el juego de ajedrez que hay detrás de la aprobación de leyes, cambios de gabinete y decisiones gubernamentales. Beau Willimon, el cerebro tras la adaptación de Netflix de la serie original británica, ha trabajado en ese mundo, sabe de los movimientos, pero la segunda temporada de House of cards, aunque seguía siendo infinitamente consumible, se perdía entre la locura total y el exceso de algunos de sus personajes.

La buena noticia es que en los primeros seis capítulos de la tercera temporada, todo es política. Y lo que descubren Frank y Claire es que todo lo que sube, y llega a la cima, eventualmente comienza a bajar.

(Algo) de lo que viene

La dupla Underwood tendrá que lidiar, en primer orden, con ser los reemplazos del salón Oval; Frank tiene dos años por delante como presidente, lo que normalmente significaría partir su trabajo pensando en la reelección; primero debe conseguir el apoyo del partido demócrata, y, además, estar preparado para la aparición de competidores que quieren, parafraseando momentos inolvidables de la campaña presidencial chilena, terminar con "las malas prácticas de la política".

En otro paralelo con la realidad política chilena que hoy colma diarios como el que usted lee en este preciso instante, Frank Underwood dirá: "Siempre he dicho que el poder es más importante que el dinero...pero en época de elecciones, el dinero le hace la competencia al poder".

Otro punto reconocible en la trama de Underwood presidente, es la reforma -casi del tipo retroexcavadora- que quiere echar a andar como su gran legado, la que incluye cortar pensiones y beneficios del Estado de bienestar, para usar el dinero y crear miles de nuevos empleos. Underwood quiere hacer un New Deal,  recuperando un poco de "sueño americano": trabajar y construir, más que recibir. Lo cual no es nada de fácil (sino, pregúntenle a los europeos).

Con todo eso, Underwood tiene su plato bien lleno. Pero, además, se suma la política internacional, donde la nueva temporada de House of cards también brilla, expandiendo su trama al manejo entre líderes mundiales. Es ahí donde entra Claire, quien ambiciona un puesto como embajadora en la ONU; nada de vivir sano o programas del estilo para ella. Los Underwood tendrán que lidiar y negociar con el presidente ruso, un homólogo a Putin, y hasta las Pussy Riot, las músicos punk convertidas en activistas en la vida real, tendrán una aparición especial en el choque entre las dos potencias mundiales, que se juegan a la vez participación en Medio Oriente.

Como siempre en House of cards, cada relación entre los personajes será de dominación y dominado, y cómo hacer de las ambiciones algo efectivo. No siempre es bonito, pero en esta tercera temporada, vuelve a ser fascinante.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.