Las películas de la semana

La cartelera se renueva y llega esta vez nutrida de cintas para todos los gustos. Para los soñadores eternos llega la última entrega del maestro de la fantasía Tim Burton, El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares,narra la aventura espacio-temporal de Jake (Asa Butterfield) en la que se encontrará con varios personajes bastante singulares, mediante los que Burton vuelve sobre la idea de que existe bondad en lo macabro. Para los y las románticas de antaño vuelve la queridísima Bridget Jones, igual de distraída y confundida que siempre. En El bebé de Bridget Jones la protagonista debe enfrentar un embarazo sin tener seguridad de quién es el padre. Por último, para los amantes de la acción llega El horizonte: desastre en el Golfo, basada en un incidente ocurrido en 2010 en el golfo de Louisiana.

Crítica por René Martín

Nota: 3

Hace mucho tiempo, el nombre de Tim Burton era sinónimo de sorpresa, particularidad, ingenio. Hoy se ha convertido en una sombra de lo que alguna vez fue. Si bien siempre sobrevalorado, al menos Burton era garantía de un viaje novedoso y con personalidad propia que entregaba personajes con los que era posible conectar emocionalmente. Los años han pasado y esa garra que alguna vez tuvo se ha ido desvaneciendo y sus desatinos en las dirección se han ido multiplicando. El estreno de Miss Peregrine y los Niños Peculiaresanunciaba una vuelta a sus orígenes y un regreso a la fuerza que imprimía a sus historias, pero todo resultó ser más una buena campaña de marketing que un real regreso en forma.

La historia es un collage tan interminable como impersonal. Un chico común y corriente, Jake (Asa Butterfield) descubre que las fantásticas historias que su abuelo Abe (Terence Stamp) le solía relatar acerca de su juventud en los 40, eran ciertas. Sí, básicamente, es la misma base argumental de Big Fish. En un viaje a Gales, Jake descubre un pasadizo temporal que lo lleva directo a 1943 donde conoce a Miss Peregrine (Eva Green) y a sus "niños peculiares", donde cada uno de los chicos posee un don especial y residen juntos en una antigua casona. Algo así cómo los X Men donde Peregrine es el profesor Xavier. Pronto descubrimos que los personajes viven en un bucle temporal donde siempre es el mismo día. Sí, Bill Murray en El Día de la Marmota. Es obvio que nuestro héroe también posee poderes especiales y es el único capaz de ver monstruos invisibles que parecen sacados de diseños descartados de El Laberinto del Fauno. Las capacidades de estos chicos no son ninguna maravilla y el único que posee una habilidad verdadera es Enoch, capaz de dotar de vida a seres inanimados y que resulta en una batalla campal entre los monstruos y un ejercito de esqueletos, como en Jason y los Argonautas.

Adaptada de la novela homónima de Ransom Riggs, la narrativa se extiende por sobre las dos horas y más allá de algún chispazo esporádico de acción no presenta sorpresa alguna, pero lo que menos se le perdona es que no posea personalidad propia. Es una amalgama interminable en la que Burton sigue su sendero de que lo macabro posee bondad y de que existe recompensa y soledad en el hecho de ser distinto, pero en su juventud Burton era capaz de discurrir formas nuevas y personales para sus relatos, ahora solo nos presenta un escenario inerte, con personajes "extraños", pero donde no existe subtexto alguno y menos se trata de escarbar en la humanidad inherente de cada uno. Aquí todo es literatura adulto joven a la Divergente o Juegos del Hambre, donde todo es tópico, reiterativo, romántico de la peor forma e inanimado.

Crítica por René Martín

Nota: 3

El estreno de El Bebé de Bridget Jones supondrá la satisfacción de un deseo largamente esperado para muchas fans, pero para el resto de los mortales será más de lo mismo. Han pasado más de 10 años desde la última entrega y las cosas no han cambiado demasiado. Soltera, trabajando como productora en un noticiero, Jones aun posee la cansina habilidad de dejarse en ridículo a cada paso y sigue sin saber qué quiere en la vida o, más exactamente, a quién quiere en la vida. Porque ahora resulta que está esperando un hijo pero los padres pueden ser su eterno amor, Mark (Colin Firth) o el millonario Jack (Patrick Dempsey).

Sorprende lo poco que ha evolucionado el personaje de Jones durante su existencia. También resalta el hecho de que esta mujer sea todo un ícono para muchas damas, ya que presenta cero atractivo intelectual, es incapaz de vivir sola, necesita desesperadamente a un hombre y hay que consentirla en todas sus histerias. Como personaje y sus aventuras, siempre ha sido agotador, el tiempo no ha hecho más que incrementar este hecho.

Crítica por Pablo Marín

Nota: 4

Horizonte Profundo: Desastre en el golfo reúne a Mark Wahlberg y al director Peter Berg, la dupla que homenajeó al soldado patriota en El sobreviviente (2013). En esta pasada, el tributo es al trabajador estadounidense con base en un incidente ocurrido en 2010 en el golfo de Louisiana y que afectó a la plataforma de exploración Deepwater Horizon, propiedad del gigante British Petroleum. En esta pasada, Wahlberg encarna a un contratista de BP que se desplaza a la mencionada plataforma con la idea de permanecer tres semanas. Pero ocurre que, recién llegados él y su equipo, comienzan los problemas: gente de BP que ya va de salida no hizo la pega que tenía que hacer, poniendo en riesgo a todo el resto. Y por más que diga lo contrario un representante de la firma (John Malkovich), el infierno se va a desatar. La cinta reposa en papeles como los de Wahlberg, Kurt Russell y Kate Hudson para armar un paisaje humano medianamente convincente. También, en un verismo nerviosillo que pretende transformar a la película en algo más intenso y singular de lo que termina siendo.