L'Esquirol, el pueblo modelo catalán resuelto a votar el independentismo

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Entre los independentistas de L'Esquirol, Xavier Pàmies, de 58 años, es conocido como "el traductor de Harry Potter", por haber llevado al catalán esa serie de libros juveniles. "Los continuos actos discriminatorios que España ha realizado respecto a mi país (Cataluña) en relación con otras partes de España, han aumentado lógicamente mi deseo de romper con España".




El municipio más independentista de Cataluña posee un nombre inofensivo, L'Esquirol (la ardilla). Desde el traductor en catalán de "Harry Potter" a un sacerdote congoleño, sus habitantes apoyan rotundamente el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre. L'Esquirol es un "pueblo modelo" del independentismo catalán, enclavado entre campos de maíz al pie de los Pirineos, a 90 km al norte de Barcelona.

En este municipio de 2.200 habitantes, los partidos independentistas recibieron el 91,6% de los votos en 2015, cerca del doble que la media en Cataluña (47,6%), donde la sociedad se muestra dividida frente a la secesión.

En el frecuentado bar "Rovi", los clientes pueden degustar un plato típico catalán: una enorme rebanada de pan rústico frotada con tomate y coronada con una salchicha de la zona.

El miércoles al mediodía, el noticiero regional abrió con la "macrooperación policial" contra la organización del referéndum convocado unilateralmente por las autoridades catalanas separatistas, que se saldó con arrestos de funcionarios. "Quieren dar miedo. Pero más ganas tiene la gente de votar", asegura el gerente del bar, Juan Rovira, apodado Johnny. "Todos a votar", lanza este hombre de 54 años.

Lo que está en juego no es menor: de ganar el 'sí' en el referendo, vetado por la justicia española, los separatistas afirman que empezarán la "transición" hacia una "República catalana".

En este pueblo, hasta el campanario está revestido con una bandera catalana y muchas casas de piedra adornan sus frentes con banderines a favor del 'sí' a la secesión.

"En la Cataluña central, fuera de las grandes ciudades, no es nada extraño que la gente vote a favor de la independencia", estima el alcalde Alex Montanya, un independentista de izquierda de 43 años. "Lo damos por hecho: la independencia ya esta aquí y nadie nos lo ha enseñado, lo llevamos en el ADN. Queremos autogobernarnos", dice.

Montanya es uno de los más de 700 de los 948 alcaldes catalanes bajo amenaza de investigación judicial por su cooperación en la organización de la consulta. ¿Y si la Guardia Civil española llega a confiscar las urnas el 1 de octubre? "Eso no va a ocurrir", dice Montanya.

Entre los independentistas de L'Esquirol, Xavier Pàmies, de 58 años, es conocido como "el traductor de Harry Potter", por haber llevado al catalán esa serie de libros juveniles. "Los continuos actos discriminatorios que España ha realizado respecto a mi país (Cataluña) en relación con otras partes de España, han aumentado lógicamente mi deseo de romper con España", escribe a AFP, destacando los "ataques al idioma y al sistema de enseñanza catalanes", la "injusticia tributaria" o la "escasez de inversiones en infraestructuras".

Hasta el cura Pol Badibanga, de 50 años y originario de la República Democrática del Congo, predica la causa independentista: "La gente actúa en la no violencia. No van a poner soldados para evitar el voto, de lo contrario sería una dictadura".

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