Lo que vale tener un seguidor de Twitter

Una empresa estadounidense demandó a un ex empleado por seguir utilizando la cuenta de Twitter de la compañía y quedarse con sus seguidores. El caso podría sentar un precedente.




Un hombre enfrenta una demanda por conservar a los seguidores de Twitter que atrajo mientras trabajaba para una página de internet estadounidense de noticias sobre celulares.

Noah Kravitz tuiteó para la compañía Phonedog como @Phonedog_Noah, pero cuando abandonó la compañía cambió su nombre de usuario, llevándose a 17.000 seguidores con él.

La empresa ahora le reclama daños por valor de US$2,5 por usuario y por mes, lo que asciende a un total de US$370.000.

Sin embargo, Kravitz asegura que la empresa le había dado permiso para continuar usando la cuenta después de irse.

PROPIEDAD CORPORATIVA
Según le explicó al diario New York Times, Phonedog le permitió que la cuenta pasara a ser personal si éste acordaba "tuitear en su nombre alguna que otra vez".

Los 17.000 seguidores, que desde entonces ascendieron a 22.000, se generaron durante los cuatro años en que Kravitz trabajó como bloguero para la compañía.

Sin embargo, ocho meses después la empresa le demanda, al alegar que los seguidores constituyen una lista de clientes y que se habían invertido recursos "considerables" en construirla.

En un comunicado escrito, dice que "los costos y recursos invertidos por Phonedog Media en conseguir seguidores y notoriedad general de la marca a través de las redes sociales son sustanciales y son considerados propiedad" de la compañía.

"Nos proponemos proteger agresivamente nuestra lista de clientes e información confidencial, propiedad intelectual y marca", añade el escrito.

PRECEDENTE

El control corporativo de las cuentas de Twitter ha sido muy debatido. Expertos legales creen que este ultimo caso podría ser utilizado como precedente para futuros litigios similares.

"Las empresas ahora decidirán con más cuidado si quieren tuitear con cuentas conjuntas", explica Barbara Cookson, abogada experta en propiedad intelectual en el Reino Unido.

"Es muy difícil para las compañías hacerse con seguidores sin una fuerte personalidad. Tienes que tener una marca muy fuerte para que funcione".

Cookson alega que es difícil estimar el valor financiero de una cuenta de seguidores de Twitter, ya que es poco claro por qué siguen una cuenta en particular.

Es discutible, por ejemplo, el hecho de que una lista de seguidores de Twitter se compare con una lista de direcciones de correos electrónicos.

"Si Phonedog ha estado usándolo para anunciar ofertas, es una lista de emails lo que tiene valor", agrega.

Sin embargo, el abogado de propiedad intelectual Leigh Ellis dijo que Phonedog probablemente tendría un argumento fuerte a su favor dado que la cuenta original tenía el nombre de la empresa.

"Se lo digo de esa manera. Yo preferiría estar del lado de Phonedog", le dijo a la BBC.

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