Los escenarios que enfrenta la Cuba de Raúl Castro sin Fidel

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Según analistas consultados por La Tercera no se deberían producir grandes cambios, porque Raúl lleva 10 años en el poder. Hay una alta incertidumbre sobre la futura relación con EE.UU., considerando las declaraciones de Donald Trump en la campaña.




El silencio en señal de recogimiento por la muerte de Fidel Castro se ha apoderado de las comúnmente bulliciosas calles de La Habana, que amaneció ayer por momentos soleada, pero a otros con nubarrones, mientras en la Plaza de la Revolución trabajadores colocaban vallas, cables y baños químicos en preparación para el homenaje que a partir de hoy se le va a rendir al líder cubano, que falleció el viernes en la noche. "Es un dolor muy grande. Aquí lo siente todo el mundo", dijo a The Associated Press, Orlando Alvarez, un joyero de 55 años que se disponía a pescar en el malecón. "Todo el pueblo va a estar allí", añadió.

Los medios estatales informaron que todos los cubanos están llamados a la plaza para rendirle homenaje a Castro, firmando "un juramento solemne de cumplimiento con el concepto de la revolución".

En medio de los homenajes, la pregunta que surgía era sobre el destino que le espera a Cuba tras la muerte de Fidel. "Es el mismo escenario. Ahí no va a pasar nada", advierte a La Tercera Norberto Fuentes, escritor cubano que hasta 1989 perteneció al círculo más cercano de los Castro. "El impacto es más bien emocional", añade.

Desde 2006 que Raúl Castro tiene las riendas del país, luego de que Fidel se lo entregara producto de su enfermedad intestinal, y desde entonces que ya no queda nadie del círculo cercano del fallecido líder. Muchos analistas señalan que sobre el mandatario pesaba la sombra de Fidel y que ahora podrá llevar adelante las reformas de apertura. "Raúl Castro estaba manejando la situación con su grupo de colaboradores y ciertamente habrá aceleración en algunas cosas. Pero no creo que haya grandes saltos en la conducción. Raúl Castro ha dicho siempre que él favorece el modelo chino, es decir, una economía relativamente abierta y una política cerrada, concentrada en un partido único que tiene el monopolio del poder", dice a La Tercera Moisés Naím analista del Carnegie Endowment.

Por su parte, Norberto Fuentes señala que no cree que Fidel haya estado en las sombras impidiendo reformas y mayor apertura. "Quizás sea un argumento que haya utilizado Raúl para andar con mucho cuidado, pero ellos hacen las cosas muy paso a paso y cuando son necesarias. Yo no pienso que vaya a haber ningún aceleramiento. Ellos van a hacer las cosas a su paso y nunca poniendo en peligro su poder, porque ellos no son suicidas, saben lo que están haciendo. Si alguien sabe aquí lo que está haciendo es ese gobierno", explicó.

En 2013, Raúl Castro anunció que se retirará al finalizar su actual período en 2018. Aunque no está del todo claro, su heredero podría no pertenecer a la estirpe revolucionaria de los Castro. Así, suena fuerte el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 56 años.

Fuentes recuerda que el actual gobierno está compuesto de gente joven. "Creo que más del 80% del Comité Central y de las altas figuras del gobierno tienen menos de 40 años. Ellos están en el poder. Entonces, aunque suene decepcionante, ahí no va a pasar nada", advierte.

Cubanos en Miami

Según AP, algunos exiliados y líderes cubanos de Estados Unidos ven la muerte de Castro como el inicio del fin del gobierno comunista en la isla. Hay quienes incluso creen que si Donald Trump cumple con sus promesas electorales de regresar a las políticas de mano dura con Cuba, el camino a la democracia no será tan largo. "Lo que está uno celebrando es el inicio de una posible libertad en Cuba", dijo a AP José Argibay, que no ha viajado a la isla desde que llegó a Miami en 1980.

Sin embargo, para Norberto Fuentes, que vive en Miami, la "fiesta ya se acabó". "Mañana (hoy) hay que ir a trabajar y las calles van a quedar vacías, lo que quedan son las serpentinas. La guerra ya no es contra Raúl Castro, aquí es contra el imperio, American Express, Visa", añadió.

Como una suerte de simbolismo, el primer vuelo comercial de Estados Unidos a La Habana tiene programada para hoy su llegada. Sin embargo, los analistas coinciden en que aún reina la incertidumbre sobre las relaciones entre ambos países con la elección de Donald Trump como Presidente.

En la recta final de su campaña, el empresario intentó ganar el voto cubano de Florida, asegurando que sería firme en su oposición a los Castro, y prometió que, de resultar electo, cerraría la recién inaugurada embajada estadounidense en La Habana. En septiembre pasado, se reveló que el empresario trató de hacer negocios en Cuba, violando el bloqueo.

También criticó a Obama por fraguar un "acuerdo muy débil". El sábado, incluso, publicó un comunicado en el que calificó a Fidel como un "dictador brutal", pero hasta ahora no ha presentado en forma clara sus objetivos respecto de Cuba. Aunque puso en su equipo de transición a Mauricio Claver-Carone, un partidario de mantener un duro embargo económico. Sin embargo, para el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, es incierto lo que va a ocurrir y estima improbable que Trump le dedique mucho tiempo a Cuba, porque no cree que sea una prioridad. "No creo que él presione para una apertura y no presionará para levantar el embargo. Pero, al mismo tiempo, no me puedo imaginar que las cosas vuelvan a como estaban antes de la normalización de las relaciones", dijo en conversación con La Tercera.

En todo caso, según Moisés Naím, es necesario recordar que el senador por Florida, Marco Rubio, fue reelegido y que él se opuso fuertemente a la iniciativa del Presidente Barack Obama de normalizar las relaciones con Cuba e hizo lo posible por bloquearlas en el Senado.

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