Los lanzas chilenos que se han transformado en "marca" en Europa

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Los definen como personas que toman el robo como una verdadera profesión, "gente muy joven, itinerante, que ha pasado de los hurtos a los robos con fuerza y con violencia".




Desde hace un tiempo que se han venido escuchando las historias de chilenos que son detenidos en el extranjero por perpetrar diferentes delitos o cometer algunas faltas.

Hoy, algunos de ellos son considerados Lanzas Internacionales, transformándose en un tipo de delincuente que constituye una verdadera "marca".

En España, como queda evidenciado en la publicación de este domingo de El País, aseguran que son personas que toman el robo como una verdadera profesión. Pese a que la denominación ha sido acuñada en nuestro país, los definen como "gente muy joven, itinerante, que ha pasado de los hurtos a los robos con fuerza y con violencia".

Dentro de esta categoría está Claudio Villavicencio, "un joven chileno que trabaja como ladrón de casas", como indica el citado medio. Este sujeto, fue condenado a cinco años de prisión, por robo continuado en casa habitada y por un delito de lesiones. Sólo reconoce el robo.

Además de dichos delitos, Villavicencio fue detenido en enero por, supuestamente, liderar una banda que hizo explotar tres cajeros automáticos. También, se les atribuyen otros 20 robos con fuerza en domicilio.

Desde que fue detenido por el incidente que protagonizó con los cajeros, cumple con prisión preventiva en la cárcel Modelo, pero ahí no se ha quedado tranquilo. A través de un túnel que habría hecho en el techo de su celda, el pasado 10 de marzo intentó escapar.

Su abogada desde 2007, Laura Amor, parece ya estar acostumbrada a los chilenos. Como comentó a El País, "empecé de oficio con uno, ingresó en prisión. Este me recomendó a otro, el tema salió bien, y así de repente un día tenía una cola de chilenos en el despacho".

Amor sostuvo que ahora, los que son condenados, no están preparados para asumir las sentencias. Dijo que en el pasado, estos lanzan eran mayores de 30, que venían de familias con antecedentes, pero que ahora son mucho más jóvenes y que vienen de familias estructuradas.

"No cuesta mucho identificarlos", aseguró incluso el inspector de los Mossos jefe del Área central de delitos contra patrimonio, Jordi Ollé.  "Son gente violenta, no se dejan coger, huyen. Y si se tienen que enfrentar, se enfrentan", agregó.

Según los antecedentes publicados por El País, el año pasado, los Mossos detuvieron a 275 chilenos, un 27% más que el año anterior (216) y un 43% más que en 2014 (192).

En esta línea, Ollé es claro en sostener que "su peligrosidad reside en su movilidad, en no tener un domicilio fijo". Así, Amor complementa que en su caso, la han "llamado desde Alemania, Austria, Holanda y Francia" para acudir en ayuda de estos chilenos.

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