Los vínculos políticos que marcaron la relación de García Márquez con Chile

El extinto escritor colombiano también generó lazos con nuestro país, sobre todo a raíz del periodo del Régimen Militar que se vivió entre 1973 y fines de los 80.




La partida del fundador del "realismo mágico" marca un antes y un después en la historia de la literatura, pues más allá de haber sido un hombre dotado con una gran pluma, Gabriel García Márquez también fue una persona preocupada del acontecer de los países de la región. Ese fue el tipo de relación que mostró con Chile, un país al que en más de una ocasión reconoció admirar.

SU AMISTAD CON EL CINEASTA MIGUEL LITTIN

García Márquez y Miguel Littin se conocieron en los años 80. Al escritor colombiano le llamaba mucho la atención la historia del director de cine chileno que había sido exiliado y que se había hecho pasar por extranjero para volver al país y grabar lo que pasaba en dictadura. Debido a esto y a través de una serie de interrogatorios de más de 18 horas de duración, el autor de Crónica de una muerte anunciada logró trasladar al papel la aventura de este realizador. Por lo mismo, tanto tiempo juntos, los hizo crear un gran nexo.

Sin embargo, en 1987, poco después que el libro se lanzara, el Ministerio del Interior de la época reconoció que el 28 de noviembre de 1986 quemó 15.000 copias de la primera edición de La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile, debido a que había levantado muchas expectativas y también polémicas.

SUS PALABRAS A SALVADOR ALLENDE

Luego del Golpe de Estado en Chile, el Premio Nobel de Literatura también dedicó algunas palabras al Presidente Salvador Allende. Como su estilo literario lo movía, a través de frases llenas de metáforas, García Márquez resumió la vida y obra del político, que acabó con su vida en el Palacio de La Moneda en 1973.

"Había cumplido 64 años, en el julio anterior y era un león perfecto, tenaz, decidido e impredecible. Amaba la vida, las flores y los perros y diera de una galantería un poco a la antigua, de esquelas perfumadas y encuentros furtivos. Su virtud era la consecuencia, pero el destino le preparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho apolillado del derecho burgués, defendiendo una corte suprema de justicia que lo había repudiado, defendiendo un congreso miserable, pero que había de sucumbir compilado ante la voluntad de sus usurpadores".

SU ENTREVISTA A PABLO NERUDA 

En 1971, cuando el poeta Pablo Neruda recién había ganado el Premio Nobel de Literatura, el autor de Cien años de soledad le hizo una entrevista, sin embargo, en la ocasión el colombiano terminó siendo protagonista al confesar que "me gustaría volver al periodismo, pero sobre todo a ser reportero, porque tengo la impresión de que a medida que uno avanza en el trabajo literario, va perdiendo el sentido de la realidad. Y en cambio, el trabajo del reportero, pues tiene la ventaja que a uno lo mantiene en una realidad inmediata", dijo en la ocasión.

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