Luis Oscar Herrera: "En 2017 el crecimiento del PIB va a ser prácticamente igual de malo que en 2016"

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El economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual, advierte un debilitamiento ligado a la construcción, lo que "va a implicar un freno en la economía todo el primer semestre".




Si bien a juicio de Luis Oscar Herrera, economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual, la economía chilena muestra hoy señales mixtas, con algunos indicadores algo más favorables y otros deteriorándose, los que están primando son estos últimos. Así, apunta esencialmente a la construcción para explicar el nuevo debilitamiento que exhibe el crecimiento y que ya anticipa que este año será tan magro como el pasado, sin visos de una recuperación. Por lo mismo, cree que se puede requerir un estímulo monetario más agresivo que el que prevé el promedio del mercado, con tres recortes adicionales de la tasa en 2017.

¿Estamos ante una desaceleración adicional de la economía chilena en el inicio de 2017?

La economía chilena en la segunda mitad de 2016 dio muestras de una pérdida de dinamismo. Desde 2015 y hasta el primer semestre del 2016 el sector no minería venía creciendo a tasas promedio en torno a 2,5%. En el segundo semestre, en cambio, con una proyección razonable para diciembre, el PIB no minero creció en torno a 1% anual. Y específicamente en el último trimestre lo habría hecho a una tasa negativa en el margen. Entonces, efectivamente, hay un debilitamiento de la actividad. La novedad es que en los últimos meses el sector minería ha aportado positivamente y es el resto de la economía, el otro 92%, donde se observa este debilitamiento.

¿Y a qué responde esta debilidad no minera?

Está muy concentrada en la construcción -donde faltan mejores estadísticas- y sectores vinculados. Ahí se observan los principales deterioros. En contraste, en sectores vinculados al consumo, a los hogares, al comercio, hay señales positivas. Lo que estamos viendo es un ajuste rezagado del estímulo que significó el adelantamiento de compras de viviendas en anticipación al IVA. Eso permitió un aumento extraordinario de las compras de viviendas nuevas en cerca de 25% en 2015. Los efectos de arrastre de esa construcción continuaron el primer semestre de 2016, pero se han ido disipando y eso ya se hizo notorio en el tercer trimestre, donde hubo una caída de la construcción y de su inversión. Las cifras de la construcción del segundo semestre de 2015 y el primero de 2016, versus las de la segunda mitad de 2016, muestran contrastes notorios. El empleo hasta junio crecía a tasas de 3,7%; el último dato cae 3,9%. Despacho de materiales también tenía cifras positivas antes y ahora son negativas. Los permisos de edificación traen una caída de más largo aliento, porque no se han iniciado nuevos proyectos.

¿Cuánto pesa la construcción en Chile?

En forma directa e indirecta pesa casi un 15% del PIB, y dentro de eso, un tercio es construcción de vivienda. Por lo tanto, es algo significativo y va a implicar un freno en la economía todo el primer semestre.

¿Pero qué tan preocupante es si afecta más que nada a la construcción?

Cuando hablamos de la construcción, también tiene repercusiones sobre otros sectores, como la industria manufacturera, el retail y el empleo. Pero esto se superpone con otras señales no tan negativas desde el punto de vista de los consumidores. Las ventas de bienes durables, del comercio, de automóviles, todas mostraron un repunte en el segundo semestre. No es que haya un deterioro generalizado. Y el entorno externo es hoy mejor para la economía chilena en cuanto al crecimiento de nuestros socios comerciales, del precio del cobre y los términos de intercambio, y con tasas externas que si bien son un poco más altas, no en forma significativa y no se han transmitido a las condiciones financieras locales.

Las señales son mixtas, pero hay un riesgo de que efectivamente esto se expanda a través del empleo y que las malas cifras vayan empeorando los titulares y los ánimos.

Por lo tanto, en esto hay un rol que puede tomar la política monetaria. En pasar este bache de la construcción y evitar que esto se expanda y bajemos un peldaño más en términos de crecimiento. No se trata acá de que la política monetaria vaya a lograr que volvamos a crecer 4% o 5%, pero sí ayuda frente al ciclo.

¿En cuánto cerró la expansión del PIB en 2016 y a cuánto apuestan para 2017?

Con la cifra que conocemos del cuarto trimestre, vamos a cerrar 2016 algo por debajo de 1,5%. Para 2017, después de conocer la profundidad de este menor dinamismo de la construcción, estamos ajustando a la baja nuestra expectativa de PIB, a un rango entre 1,5% y 2%. Es decir, a la mitad inferior del rango que dio el BC en el IPoM de diciembre. Pensábamos que el cambio en la producción minera, desde una caída de 3% el año pasado a una expansión del orden de 4% en 2017, permitiría crecer algo más, pero ahora el 2% parece el techo para 2017.

¿Estamos entonces ante el riesgo de que 2017 sea tan malo como 2016?

Absolutamente. Los números reflejan un 2017 donde el crecimiento del PIB va a ser prácticamente igual de malo que en 2016. Con una diferencia: incluso con una partida un tanto peor. Por lo mismo, estamos más cerca de que el PIB crezca 1,5% que 2% este año.

¿En materia de desempleo implica que seguirá subiendo y que veremos su peak este año?

Podemos tener una reversión en la tendencia última a la baja que hemos visto en el desempleo. Se daría en este primer semestre por la salida de trabajadores del sector construcción. Con la anterior encuesta de desempleo deberíamos haber llegado a 8% en la coyuntura actual. Podríamos volver hacia niveles de 7% de desempleo en la primera parte del año.

Una vez concluido el ciclo de ajuste de la minería, ¿qué pesa más hoy en el enfriamiento local: factores internos o externos?

Hay un diagnóstico compartido de que esta desaceleración ha tenido un componente que es más de tendencia, relacionado con la productividad, otro que es el ajuste de la minería, y un tercero que está relacionado con la confianza y los aspectos de incertidumbre. Hoy, esos factores de confianza siguen siendo relevantes. Hay un castigo adicional en la confianza que va más allá del desempeño de la economía internacional y que refleja factores de incertidumbre.

¿Esa incertidumbre se puede acotar o aumenta en un año electoral como este?

En una discusión que hoy está más abierta sobre el abanico de políticas, obviamente que de cara al proceso eleccionario mucha gente va a esperar definiciones sobre cuáles serán esas políticas. Nadie puede tener en la actualidad certeza sobre eso. Hay un rango de visiones que es más amplio que el que tuvimos en elecciones pasadas.

En otros países de la región, tradicionalmente en años de elecciones la inversión sufre un freno, porque los distintos actores esperan a ver cómo se resuelven esas incertidumbres. Por ejemplo, en el caso de Perú, es tradicional que en el año de elecciones los proyectos de inversión se frenen un poco. En Chile ya vienen frenados…

Pero no ayuda a la recuperación.

Así es. La incertidumbre nos va a seguir acompañando por lo menos hasta fin de año, sobre todo con una carrera presidencial que sigue bastante abierta y donde todavía queda por escuchar las propuestas de los candidatos.

¿Ese "ruido" es mayor ahora que Guillier es el que acompaña a Piñera como mejor evaluado, en vez de Lagos?

Especialmente por el lado de la centroizquierda el cuadro está bastante abierto sobre cuál será el tipo de propuestas y los contenidos de un próximo gobierno.

Dada la actual debilidad de la economía, ¿es relevante qué tan amistosas sean esas propuestas con el crecimiento?

Es fundamental que esas propuestas pongan un foco importante en el crecimiento, en los incentivos, en lograr un ambiente favorable para la marcha de la economía.

Quizás porque tuvimos una experiencia de varias décadas de un crecimiento sostenido en torno a 5%, fue algo que tomamos como la Cordillera de los Andes, parte del paisaje, y que íbamos a seguir así. Pero hoy existe más conciencia de que ese crecimiento requiere esfuerzo y eso tiene que ser un aspecto central del proceso de desarrollo económico de Chile.

¿Cuál será el principal desafío del próximo gobierno?

Retomar mayores tasas de crecimiento.

¿Antes que cualquier otra cosa?

Como eje central. Eso no es contradictorio con buscar mayor igualdad de oportunidades y es compatible con mejorar la calidad de la educación, las pensiones, etc. Lo relevante es hacerlo a través de reformas que sean cuidadosas respecto de los incentivos de la economía. En vez de reemplazar la iniciativa privada, es apalancarse sobre el esfuerzo privado en distintos ámbitos.

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