Emmanuel Macron: "La izquierda y la derecha me han dicho que soy populista"

France's President Emmanuel Macron
Foto: Jean-Paul Pelissier/Pool Photo / AP

El mandatario galo sostiene que "sería presuntuoso decir que ahora Francia ejercerá un nuevo liderazgo europeo".




En tiempos de euroescepticismo y repliegue nacional, la estampa era insólita: en los actos de campaña de Emmanuel Macron ondeaban banderas europeas. Lo que era un símbolo frío y burocrático se convirtió para sus seguidores en un símbolo cálido y político. Ahora el europeísta Macron ya es Presidente, y coloca a Europa en el centro de su agenda. Hoy y mañana se estrenará en su primer Consejo Europeo. Antes quiso presentar su visión de Europa y del lugar de Francia en el tablero internacional en una entrevista -la primera desde que es presidente- a ocho diarios europeos.

Con la nueva legitimidad que ha logrado después de las legislativas, ¿vuelve Francia a Europa? ¿Representa una especie de nuevo liderazgo en Europa?

El liderazgo no se decreta: se construye convenciendo a otros países y a otros actores, y se comprueba en función de los resultados que se obtienen. Sería presuntuoso decir que, a partir de ahora, Francia ejerce un nuevo liderazgo europeo. La verdadera pregunta es la del objetivo de nuestra acción. Y el punto de inicio es la crisis que sufren las democracias occidentales. Cuando observamos el mundo hoy en día, ¿qué vemos? El auge de democracias no liberales y de los extremismos en Europa, el resurgimiento de regímenes autoritarios que cuestionan la vitalidad democrática, y EE.UU. que se retira en parte del mundo. Este contexto se ve agravado por el aumento de la incertidumbre y de los disturbios. Las crisis se multiplican en Medio Oriente y en el Golfo, y las desigualdades se agravan.

Después del Brexit y de la elección de Trump ¿su elección supone un freno para los populismos en Europa?

Desconfío del término populismo, porque tiene varios significados. Muchos, tanto de izquierda como de derecha, me han dicho que era populista. Cuando los partidos están cansados, se extrañan de que podamos hablar al pueblo. Si eso es ser populista, no es algo malo. Yo no creo en la demagogia, que consiste en adular a un pueblo para decirle lo que espera oír, para hablarle de sus temores. No tengo la arrogancia de pensar que mi elección supone un freno. Mi elección, como la mayoría conseguida en la Asamblea, no suponen un freno: son un inicio exigente. El inicio de un renacimiento francés, y espero que europeo. Un renacimiento que permitirá modificar los grandes equilibrios nacionales, europeos e internacionales, encontrar una ambición, una capacidad para mirar las cosas de frente, para no utilizar los temores, sino para convertirlos en energía, porque los temores existen y, por tanto, lo que divide a las sociedades sigue existiendo.

Si la línea roja sobre el uso de armas químicas se franquea en Siria, ¿Francia está dispuesta a golpear sola? ¿Puede hacerlo?

Sí. Cuando se fijan líneas rojas, si usted no sabe hacerlas respetar, es que ha decidido ser débil. No es mi opción. Si ha resultado que se han utilizado armas químicas sobre el terreno, y si sabemos trazar su procedencia, entonces Francia procederá a ataques para destruir los almacenes de armas químicas identificados.

Pero se necesita una cooperación con otros países de la coalición.

Sí, pero, ¿qué es lo que bloqueó las cosas en 2013? Estados Unidos fijó unas líneas rojas, pero decidió no intervenir. ¿Qué es lo que ha debilitado a Francia? Definir políticamente una línea roja y no extraer consecuencias. ¿Y qué liberó, de repente, a Vladimir Putin en otros teatros de operaciones? El hecho de constar que ante él había gente con líneas rojas pero que no las hacían respetar. Yo respeto a Vladimir Putin. He tenido con él un intercambio constructivo. Tenemos verdaderos desacuerdos, sobre Ucrania en particular, pero él ha visto cuál es mi posición. Hoy tenemos con Vladímir Putin el tema de Ucrania. Y está Siria. En este tema, mi convicción profunda es que se necesita una hoja de ruta diplomática y política. No se resolverá la cuestión sólo con un dispositivo militar. Es el error que colectivamente hemos cometido. El verdadero aggionamento en este tema, es que yo no he declarado que la destitución de Basher Assad sea la condición previa de todo. Porque nadie me ha presentado a su sucesor legítimo. Mis líneas son claras. Uno: la lucha absoluta contra los grupos terroristas. Dos: la estabilidad de Siria, pues no quiero un Estado fallido. Conmigo, se acabará una forma de neoconservadurismo importado en Francia desde hace 10 años.

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