Manchester se remece con el atentado más letal en el Reino Unido desde 2005

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Con al menos 19 muertos confirmados, el incidente al final de un concierto de Ariana Grande es el mayor desde los ataques en Londres que dejaron 56 muertos a mediados de la década pasada.




Doce años después, Gran Bretaña nuevamente se enfrenta ante un ataque en una de sus principales ciudades con decenas de muertos. Si el 7 de julio de 2005 se convirtió en una de las fechas más trágicas con la serie de atentados en el transporte público de Londres que dejaron 56 fallecidos, este 22 de mayo será recordado por las explosiones justo al final del concierto de Ariana Grande que, preliminarmente, dejaron al menos 19 muertos y 50 heridos.

Pero a diferencia de en otras ocasiones, esta vez no fue la capital británica el lugar del ataque, sino que Manchester, otra de las ciudades emblemáticas del Reino Unido. Precisamente, el Manchester Arena, el estadio techado donde la cantante se presentaba, es uno de los más grandes en su tipo de toda Europa.

Las imágenes del caos desatado tras las explosiones y las inmediatas reacciones de horror y solidaridad en la noche británica marcan el punto de partida para una serie de preguntas que quedan por responder. Entre ellas, quién o quiénes planificaron el ataque -la policía inicialmente barajaba la posibilidad de un atacante suicida- y cómo se filtraron los controles de seguridad, reforzados en territorio inglés tras los sucesos de hace más de una década.

A ello se suma que el ataque se da a poco más de dos semanas de las elecciones generales anticipadas, lo que probablemente desatará comparaciones con el atentado de Atocha de 2004 en Madrid. En esa ocasión, el hecho tuvo fuerza suficiente para cambiar el resultado de los comicios; ahora, quedará por ver cómo se desarrollan los próximos días y cómo Manchester intentará volver a una normalidad que, en una noche que parecía de fiesta, le fue arrebatada.

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