Mario Marcel, consejero del Banco Central sobre el desempleo: "Estamos lejos de llegar a cifras por sobre el 8% o de dos dígitos"

El consejero del BC dice que el mercado laboral ha mostrado la suficiente flexibilidad ante el ciclo de desaceleración.




“Todos estamos disponibles para ser presidentes del Banco Central”, asevera el consejero Mario Marcel, como una forma de abordar el debate sobre el sucesor de Rodrigo Vergara, quien culmina su periodo como máxima autoridad monetaria en diciembre próximo.

Marcel -cuya tendencia política se acerca al Partido Socialista (PS)- figura como uno de los miembros del instituto emisor que corre con más ventaja para ser electo por la Presidenta Michelle Bachelet para ocupar el cargo más alto al que puede aspirar un consejero del Banco Central.

De este proceso, Marcel sólo sostiene que nadie ha conversado este tema con él y se atreve a representar a los demás consejeros afirmando que “todos estamos disponibles para trabajar con quien sea presidente”.

Al menos desde el IPoM de junio del año pasado, el Consejo del Banco Central viene planteando su preocupación por el bajo crecimiento económico, también lo reitera enfáticamente en el informe entregado el miércoles,  ¿cuáles son las razones internas que no permiten retomar el crecimiento?

El presidente del Banco Central en el Senado planteó una preocupación por el hecho de que nos encaminamos a cuatro años con un crecimiento en torno al 2%. Hace dos años se veía un predominio de causas externas, porque estábamos en pleno desplome del precio del cobre, con importantes turbulencias financieras. Ese escenario no se ha revertido, el deterioro de términos de intercambio ha continuado, prolongándose incluso hasta el próximo año, pero tanto por la transmisión de estos efectos a través de la economía como por factores propios de nuestra economía, los factores internos han ido complementando a los externos.

A nivel interno, ¿dónde está el problema?

Donde más claramente se observa la desaceleración es en el comportamiento de la inversión, que ha ido decayendo con el tiempo, lo que se reflejará en un retroceso agregado este año. Para 2017 proyectamos una modesta recuperación solamente. Esto es el reflejo de una caída más profunda de lo anticipado en la inversión minera, una reversión del crecimiento que tuvo la inversión habitacional el año pasado por factores tributarios, y una débil inversión no minera en maquinaria y equipos, todo ello acompañado por  expectativas que están en terreno negativo hace bastante tiempo.

Hace más de un año, el Banco Central colocó en la agenda el concepto de shock autónomo de confianza, ¿sigue éste mermando la actividad?

Este proviene de comparar qué es lo que ha estado ocurriendo con la actividad económica con la inversión en particular versus qué es lo que es atribuible a causas externas. Entonces, en la medida que sigue habiendo diferencias entre las dos cosas, sigue existiendo este shock autónomo de confianza.

¿Con la misma intensidad que hace un año?

Sigue siendo importante, aunque su entorno ha cambiado. Con la aprobación de algunas reformas ha desaparecido la incertidumbre que las rodeó mientras aún se discutían. A algunos no les gustarán, pero ya se sabe a qué atenerse.  Por otra parte, se ha ido profundizando un clima de desconfianza. Esto contrasta con condiciones financieras más favorables, mayor dinamismo de nuestros socios comerciales y mejoras de competitividad internacional que deberían estimular la inversión. Por eso el IPoM, junto con proyectar un crecimiento modesto de la inversión en 2017, plantea un escenario posible de una recuperación más rápida de ésta.

¿Descarta completamente que el país este o el próximo año entre a un proceso de recesión?

No está en el escenario base una recesión técnica ni con ningún apellido en particular. El IPoM presenta escenarios de riesgos, dice qué cosas podrían ocurrir, que podría empeorar o qué mejorar. Cada uno tendrá su análisis de qué cosas le parecen más probable o no, pero tal como va la economía en estos momentos, no se prevé una recesión, sólo un crecimiento lento.

Para el próximo año ustedes llevaron el piso de la proyección de crecimiento a 1,75%, cuesta entender que el Banco Central afirme que hay signos de recuperación.

Lo que eso indica es que la economía no tiene obstáculos macroeconómicos para mejorar en términos de crecimiento: estamos creciendo por debajo de nuestro potencial, pero no tenemos problemas con la cuenta corriente, no tenemos problemas fiscales, no hay problemas en el sector financiero y el mercado del trabajo se ajusta con cierta flexibilidad. Todo eso, unido a un escenario externo algo más favorable, explica por qué prevemos un 2017 mejor que el 2016. Ahora, para crecer más allá del actual potencial, que se estima entre 2,5% y 3%, es muy importante que se reactive la inversión.

¿Cómo se reactiva la inversión?

La inversión se recupera tomando un poco de distancia del debate cotidiano y reconociendo que no estamos en una recesión y no lo hemos estado en todo este período; que no hay limitaciones macroeconómicas para que buenos proyectos de inversión tengan buenos resultados, y que hoy las empresas tienen menos presiones de costos y mejores condiciones de competitividad. También es importante que haya una claridad sobre el curso de la política monetaria y fiscal y que se disipe la incertidumbre en distintas áreas de política y avancen las medidas a favor del crecimiento.

Un ciclo largo

¿Cuál es el rol que está teniendo la política monetaria?

Hoy día tenemos tasas de interés que están por debajo de un nivel de neutralidad y la política monetaria se mantendrá expansiva por un buen tiempo junto con la política fiscal.

¿Qué es lo que puntualmente está afectando hoy a Chile que lo lleva a crecer por debajo de su potencial?

Tenemos que estar conscientes de que hay varios factores. Este ha sido un ciclo largo, que sigue a una etapa expansiva importante. Focalizar en un solo factor lleva a que muchos actores se desentiendan del esfuerzo para elevar nuestro crecimiento. El mensaje que entregó Rodrigo Vergara el miércoles es que todos tienen un papel que jugar para ayudar a recuperar la inversión, el crecimiento, la actividad y el empleo.

¿Es responsabilidad de este gobierno que este menor crecimiento esté teniendo un ciclo tan largo?

El gobierno no determina lo que pasa con el precio del cobre, no determina lo que pasa con las condiciones externas…

Pero sí ha tenido una responsabilidad en las reformas que han causado incertidumbre en los primeros años de gobierno.

Como Banco Central, no hemos hipotetizado cómo se gesta ese shock de confianza, nosotros sólo constatamos que existe. Sin embargo, independientemente de dónde venga y cuáles sean los énfasis, el punto es que hoy los distintos actores económicos y políticos pueden ayudar a que la economía se vaya recuperando, porque no hay obstáculos macroeconómicos para que eso ocurra. Evidentemente, Chile necesita crecer más por una serie de razones: todavía somos un país emergente, hay muchos recursos que queremos movilizar, especialmente a favor de los más pobres y para eso necesitamos crecer más.

¿Son exageradas afirmaciones como las del senador Ignacio Walker (DC) que habló de una economía mediocre? 

Más allá de los adjetivos, creo que el senador Walker expresa algo que muchos comparten que es la insatisfacción con este ritmo de crecimiento del orden del 2%. No es recesión, no es crecimiento cero, pero creo que todos concordamos en que se podría crecer más y que quisiéramos crecer más. Hay una serie de tensiones, expectativas que se van generando en la medida que los países crecen y que hay que encontrar la manera adecuada de poder responder a ellas.

El factor más sensible

En el último IPoM se habla de la flexibilidad que ha mostrado el mercado laboral en este escenario de desaceleración, ¿todavía seguirá subiendo?

La tasa de desocupación ha subido en el último trimestre móvil a 7,1% y lo que ha llamado la atención de mucha gente es que no haya subido más. Pero la verdad es que el mercado del trabajo ha mostrado gran capacidad para adaptarse en este ciclo. No estando en una recesión y, por lo tanto, no siéndole aplicable la comparación con la crisis asiática o fenómenos similares, el mercado del trabajo se ha ajustado en sus distintas dimensiones.

¿Dónde está la flexibilidad si poco a poco ha aumentado la desocupación?

Ha aumentado levemente el desempleo, pero también ha disminuido el número de horas trabajadas, se ha desacelerado el crecimiento de los salarios nominales, ha habido traslado de trabajadores entre sectores productivos, asalariados y no asalariados. Esto ha permitido que el mercado no se ajuste sólo a través de la tasa de desocupación abierta, que es lo que tiene un costo social mayor.

¿Es posible que en el corto plazo veamos tasas mucho más altas?

Si el desempleo no aumenta más no es porque exista algo misterioso, sino porque el mercado del trabajo se está ajustando en distintas formas. La tasa de desocupación todavía puede aumentar más durante la fase de estacionalidad negativa, pero estamos lejos de llegar a cifras por sobre el 8% o de dos dígitos como algunos temieron en su momento.

¿Esto es más por flexibilidad del mercado laboral que por crecimiento?

Por crecimiento económico, porque no ha habido recesión, por tanto, no ha habido despidos masivos de trabajadores, y por funcionamiento del mercado del trabajo, que se ha ajustado oportunamente.

Los aportes      

¿Qué más podría hacer el Banco Central por el crecimiento?

El Banco Central hizo su parte para amortiguar los shocks externos al no sobrerreaccionar al aumento de la inflación que produjo la devaluación del peso. Pero el mensaje del presidente es decir una cosa es la estabilización en el ciclo, cómo asegurar a través de la política monetaria y fiscal amortiguar los shocks externos, y otra es aumentar permanentemente la capacidad de crecimiento de la economía, lo que está asociado a factores más estructurales y decisiones de los agentes económicos. Necesitamos crecer más, no tenemos limitaciones macroeconómicas inmediatas para hacerlo, pero otras cosas deben ocurrir para que ello se materialice.

¿Por qué el BC sigue considerando que la política monetaria debe seguir neutral?

Una política fiscal sin sesgo es un cambio respecto del IPoM anterior. La reunión de política monetaria de agosto ya anticipó este cambio, lo que ahora se expresa en que se prevé una TPM estable durante el horizonte de política. Eso no es una política monetaria neutral, sino expansiva, porque la actual TPM está por debajo de su nivel neutral.

El ex presidente del Banco Central José de Gregorio planteó que de aquí a fines de año existe el espacio para dos recortes de tasas de interés, ¿cree usted que está ese espacio?

Respecto de cómo llevar la política monetaria, es natural que existan distintas visiones. Por esta razón el BC no comenta opiniones individuales sino que prefiere explicar sus propias decisiones.  Lo que nosotros hacemos es que trabajamos con un escenario base y este define la trayectoria para la política monetaria, que en estos momentos es de mantener la tasa estable por un buen tiempo. Obviamente, si se anticipara  un desvío significativo de la inflación respecto del rumbo que tenemos previsto, por supuesto se puede cambiar, ya sea para bajar o subir la tasa, pero por ahora no lo vemos.

¿Cuánto pesa la decisión de la Fed?

El tema principal con la Fed no tiene que ver con la decisión específica de si se hace un ajuste en la tasa de política monetaria de EE.UU., en un momento particular, sino de cuál será la trayectoria que le siga. Si la Fed se revelara más agresiva de lo que el mercado está esperando, eso generaría turbulencias importantes en los mercados financieros y eso preocupa a muchos bancos centrales incluyendo el nuestro.

Algunos expertos ven para Chile que el Banco Central sea más agresivo con la TPM propinando una baja de aquí a fines de año.

El objetivo del Banco Central es la estabilidad de precios, que está fijada en una inflación del 3% en un horizonte de 24 meses. Entonces, las decisiones de política monetaria se ordenan en torno a ese objetivo, pero no de manera abstracta sino también considerando el crecimiento económico, el desempleo, etc. En estos momentos, la política monetaria es contracíclica, porque hay una diferencia de entre 50 y 100 puntos base con la tasa neutral.

Este es el rol del Banco Central, ¿quién o quiénes tienen que tomar la pelota y meter el gol ahora para mejorar el crecimiento?  

Hay distintos actores que tienen que jugar. Por un lado, está el gobierno, que hoy está elaborando el Presupuesto para el próximo año, donde tiene un rol clave seguir la regla de política fiscal. Por otra parte, en el último tiempo ha habido un reconocimiento bastante transversal de la importancia que tiene el crecimiento para poder avanzar en temas sociales y en la implementación de una serie de políticas que son importantes para el país. Ahora, es importante que cada uno sea consecuente con esa valoración, porque el crecimiento económico no se cuida solo.

¿Y cómo se hace compatible una política fiscal más estrecha con más demandas?

Si bien hay muchas presiones, muchas necesidades que son todas comprensibles, hay que entender que existe una regla de política que marca la pauta. Si la política fiscal no se puede conducir de acuerdo a las reglas que se han fijado, eso generará nuevos elementos de incertidumbre en la economía chilena. Se podría decir que si la política monetaria ha podido ser lo contracíclica que ha sido en los últimos dos a tres años, ha sido en parte importante porque se ha complementado bien con la política fiscal definida en una regla estructural.

El presidente del Banco Central dijo que el escenario base de este IPoM contempla un crecimiento del gasto público de 3%, ¿cuáles serían las consecuencias de que el gobierno junto a los parlamentarios decidieran fijarlo en un número mayor?

Hay que considerar que este 3% de gasto público que nosotros consideramos es sólo una estimación que hacemos a partir de lo que ha planteado el Ministerio de Hacienda, el dato preciso se obtendrá solo cuando exista una ley de presupuestos. Pero los costos de ir más allá de la regla fiscal son muy superiores a los beneficios marginales que ello pueda tener.

Las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias introducen incertidumbre en la economía, ¿fueron consideradas en el escenario base del IPoM? 

En un país democrático hay elecciones todo el tiempo y eso no tiene por qué en sí mismo generar o tener un efecto económico significativo. No vería el funcionamiento de la democracia como un factor de riesgo para la economía.

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