"El Ministro no fue capaz de pedirme la renuncia a la cara"

Comisión Deporte Camara de Diputados 11 de Mayo 2016
Foto: Pablo Ovalle Isasmendi. / Agencia Uno

En una entrevista exclusiva, Juan Carlos Cabezas (59), ex director del IND, analiza cómo fueron los 14 meses que pasó en la institución. Revela las presiones que vivió, los enemigos que consiguió y cómo muchos, según él, boicotearon su trabajo.




Fue a mediados de enero del año pasado cuando Juan Carlos Cabezas (59 años) asumió como el nuevo director del Instituto Nacional de Deportes. Sabía que no sería fácil. Llegó a ocupar un puesto riesgoso pues, antes que él, una seguidilla de nombres desfilaron por el escritorio que ocupó por 14 meses y medio: cinco en un período de dos años le antecedieron. El jueves pasado se sumó él a esa lista.

El ex director de Junaeb, asesor de cupríferas y académico de la Universidad de Chile quiere hablar. Sentado en una de las salas del café Castillo Forestal de Santiago no alcanza a mirar su taza de té antes de comenzar con la entrevista. "Es la primera que daré", advierte.

¿Cómo se va usted del IND?

Me voy molesto porque dejamos todo esto en manos de gente irresponsable. Que utilizó toda clase de medios, limpios y sucios, para que a mí me sacaran del cargo.

¿Su salida responde a una pugna política?

Esa es la forma en que se quiere limpiar la imagen. Cuando tienes a gente del más alto nivel de un ministerio asociada a gente del sindicato ¿de qué estamos hablando? Aquí no hay partidos contra partidos; hay actos espurios, gente de mal vivir que ha hecho de todo para apoderarse de una billetera gruesa. Son cuatro o cinco personas las que manejan el poder, no más. Pero la gente del IND, los trabajadores, se sacan la mugre.

¿Cómo definiría su relación con el ministro Squella?

Yo nunca tuve una mala relación con el ministro, ni siquiera una crítica con el trabajo que estábamos realizando, pero empecé a darme cuenta de que me estaban diciendo cosas por los diarios, que pedían mi renuncia, y curiosamente yo estuve acompañándolo por algunos días y nunca lo planteó mirándome a los ojos.

¿Es cierto que usted se mandaba solo?

Muchas de las cosas que nosotros hicimos eran mi responsabilidad. Si alguien me solicita cosas, por supuesto que tengo que hacer restricciones, porque en caso de hacer uso inadecuado de los dineros será a mí a quien me hagan un sumario. Cuando las cosas se hacen mirando a la cara todo anda bien.

¿No ocurrió así en su mandato?

No, porque cuando querían decirme algo lo mandaron a decir por los diarios. Nunca hubo opción de estar frente a frente con el ministro, porque siempre se enfermaba o aparecía a 800 kilómetros de distancia.

¿Le hubiese gustado que el ministro Squella le solicitara personalmente la renuncia?

Me hubiese encantado. Me llamó para decirme que la Presidenta estaba pidiéndome el cargo, pero nunca fue capaz de acercarse y pedírmelo a la cara, muy distinto a lo que yo hice con los funcionarios que saqué.

¿Cómo estaba la institución cuando asumió?

La Presidenta había comprometido la entrega de 31 Centros Deportivos integrales y siete estadios, pero cuando yo llegué no había nada. Teníamos un presupuesto de 51.000 millones de pesos sin poder utilizar… Y eso fue así por dos años. Ahora, el ministro podrá inaugurar cinco Centros Deportivos y dejará en ejecución dos más, además entregaremos dos estadios. También estaba la Ley de Federaciones Deportivas Nacionales, que en marzo cumplían el plazo de dos años para que las federaciones se regularan, pero no había nada. Ahora me voy con siete traspasadas al nuevo sistema y me he querellado contras tres federaciones: la de kárate, gimnasia y tenis. De hecho, por primera vez en la historia yo tuve a una federación intervenida, que fue la del tenis. También noté que las  becas Proddar, que vienen a ser una suerte de remuneración para el deportista, no se pagaban a tiempo. Yo llegué en enero y la institución tenía que depositarles en diciembre, pero al final lo hicieron recién en febrero, con una displicencia y un maltrato hacia los deportistas que francamente era algo deplorable.

Su revolución incomodó en el IND.

Por supuesto. Cuando haces cambios le quitas poder a las personas que lo han utilizado por años y eso es lo que le duele a estas personas, porque les quité el poder que usufructuaron durante años, por eso se transformaron en nuestros enemigos.

Lo acusan de prácticas antisindicales.

Tuvimos mucha persecución y muchas acusaciones en la Contraloría. La primera por los cambios que hicimos a la estructura organizacional del IND, la que fue aprobada por Contraloría  Los sindicatos apelaron a eso, porque les quitaba poder, pero la contraloría falló a favor nuestro. Ahora hay dos sumarios administrativos que se encuentran en curso y que involucran curiosamente a un par de dirigentes, no puedo entregar detalles, pero es por falta de probidad.

¿Por qué el IND realizó un depósito de recursos al COCh saltándose a la Contraloría?

Yo estaba de vacaciones y en ese proceso la persona que estaba a cargo del tema hizo la transferencia. Era algo evidente, porque si tú haces una transferencia que supera las 5.000 UTM, tienes que por obligación ir a tomar razón a Contraloría. Cuando nos dimos cuenta de eso, inicié un sumario y pedí a la gente del COCh que devolviera los fondos. Lo hicieron al día siguiente y se lo informé al contralor. Despedí a la persona que lo hizo.

¿Cómo ocurre un error así?

Hubo desprolijidad por parte de la persona que estaba a cargo. Había procedimientos superclaros, no había razón para que algo así ocurriera. Hubo falta de rigor en el trabajo y por eso determinamos que había que pedirle la renuncia a esa persona.

Siendo suspicaz ¿no vio una doble intención en ese error?

No lo creo, a pesar que en esta institución son muchas las cosas que se hacen con doble intención. A nosotros nos atornillaron al revés, eso es evidente. Hubo gente que trabajó muy mal, haciendo muchas cosas para perjudicarnos.

¿Por qué intervino el Departamento de Alto Rendimiento?

Por una cantidad significativa de reclamos de deportistas, entrenadores y federaciones, tanto por la oportunidad como por la calidad del trato y gestión de los procesos. Nosotros mandamos una carta a la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados, firmada por la ex ministra Riffo, informando por  los atrasos en el pago de las becas a los deportistas. Los resultados informados no eran efectivos, porque la gente del departamento entregó información desfigurada e imprecisa. Por eso les quité la beca Proddar, el Artículo 12 de la Ley del Deporte y el Seguro de Accidente a los deportistas a ese departamento. El ministro me obligó a mantener las últimas dos en el Departamento de Alto Rendimiento.

¿Cree que su legado perdurará?

Pienso que sí, porque esto es como un péndulo. Ahora todo se viene en contra. Por ejemplo, hay personas que ahora se tomaron fotos en mi oficina, cuando tienen prohibición de entrar al Instituto por estar sumariados, pero eso no durará mucho. La gente entendió lo que quisimos hacer y muchos ligados al deporte me lo ha hecho saber. Hoy triunfan los que siempre han manejado mal el deporte, pero eso tiene límites y en algún minuto eso se revertirá.

¿Qué le parece la forma en que algunos presionaron por su renuncia?

Me pareció una cobardía. Esta es una institución que ha tenido cinco directores antes que yo, entonces ¿quién dirige la institución? La dirigen los sindicatos, no los directores, porque ellos están tres meses y la gente que ha estado al poder de esos sindicatos se solaza, porque disponen nuevamente del poder.

¿Cómo se gestó el contrato con la Universidad de Las Américas en terreno público del Estadio Nacional?

Fuimos a mirar con el ministro y nos enteramos de que esos terrenos se estaban ocupando por ellos. Hicimos una investigación y llegamos descubrimos un convenio firmado por el administrador del Estadio y la universidad.

¿Quién era el administrador?

Lo vamos a liquidar, pero fue Claudio Chávez. Leí el contrato y las condiciones eran precarias y contrarias al interés de la institución, consistía en que la Universidad nos pagaría 67 millones, pero a medida que la construcción avanzara se iba a rebajar ese pago. ¿Cómo íbamos a aceptar eso? Era ridículo, si la única beneficiada era la Universidad de Las Américas. Les entregábamos el estadio gratis.

¿Cómo está el Estadio Nacional hoy en día?

En proceso de reingeniería . El estadio disponía de 120 funcionarios el año 2010, pero en 2016 sólo quedaban 86, que con mucho esfuerzo y sacrificio personal habían mantenido las condiciones mínimas para su funcionamiento. Incorporé 27 personas, cinco profesionales, para poder mejorar la situación. Este es un problema que se arrastra por muchos años, el estadio siempre ha estado abandonado, por algo tuvimos las aguas verdes en la piscina.

¿Qué le queda al próximo director?

Debería venir un director cercano a los intereses de los grupos de poder de la institución; de no ser así, estará condenado al fracaso.

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