Mirentxu Anaya y Mario Waissbluth: "Debemos pasar del derecho a la cobertura en educación al derecho al aprendizaje"

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Con la convicción de que el sistema educacional chileno requiere con urgencia un cambio profundo, Educación 2020 lanza hoy un plan nacional que, aseguran, permitiría mejorar la calidad académica de nuestros estudiantes. Con un costo de más de US$ 7 mil millones en 12 años, la propuesta apunta a reformular todos los niveles de enseñanza.




"El sistema educacional chileno no da para más". Con esas palabras, Mario Waissbluth, director y fundador del movimiento civil Educación 2020, se refiere a la realidad de la educación en Chile y aporta un dato que para él es decidor: el último estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde) reveló que el 67% de los adultos chilenos presenta un bajo desempeño en compresión lectora y/o razonamiento matemático.

"En comparación al resto de países de la Ocde, nuestro nivel de compresión lectora es intolerable. Llevamos años con un país de analfabetos funcionales", agrega el director. Por esta razón y en pleno escenario presidencial, la organización propone un Plan Nacional Educativo que aborda 30 propuestas consideradas prioritarias de aquí al año 2030. Dichas medidas abordan cuatro áreas de implementación -educación inicial, escolar, técnica y superior -donde un 41% de ellas no requiere ningún cambio legislativo, por lo que solo requerirían voluntad política.

"Por mucha inversión que haya en los estudiantes, estos no están avanzando. Debemos impulsar el derecho a aprender, pero dentro de la sala de clases, que no es lo mismo al derecho de cobertura", indica Mirentxu Anaya, presidenta ejecutiva de Educación 2020.

¿Cuánto cuesta? Cerca de siete mil millones de dólares en 12 años. Según los representantes de Educación 2020, es un cálculo "realista", ya que está hecho sobre la base de un crecimiento económico de 3% anual y manteniendo la orientación del 5,5% del prepuesto nacional al área de educación.

Educación Inicial

El 8% de la propuesta educativa está orientada al sector de primera infancia, con un valor de US$ 534 millones. Según Anaya, resolver los problemas de la educación inicial, es decir, de niños de 0 a 3 años, es comparativamente barato.

El principal incremento corresponde a la proporción de personas adultas en salas cunas y jardines. Según el estándar internacional, debe haber un educador y dos asistentes técnicos por cada 14 niños de 0 a 3 años. A su vez, en el nivel de 4 a 5 años, la relación debe ser de tres adultos por cada 26 alumnos. "Actualmente uno se encuentra solo con una educadora o incluso sin ninguna profesional. Es un factor relevante porque los jardines pasan a ser guarderías. La educadora garantiza el desarrollo, la estimulación. El técnico asegura el acompañamiento y hacerse cargo de las necesidades del niño", explica Anaya.

Para dicha cobertura, de aquí al 2030 deberían haber 18 mil educadores de párvulo y 23 mil asistentes técnicos. Hoy, la capacidad para formar a los educadores no supera los 1.500 anuales, tanto en instituciones como carreras acreditadas, "por lo que hay que estimular la formación de más profesionales en esa área", coinciden ambos.

¿Cómo motivar a que futuros jóvenes quieran ser educadores de párvulo y asistentes?

"Se necesita dar un incentivo económico. Generar valoración social. La brecha salarial fue un avance de este gobierno y hay que reconocerlo como tal, pero no está la capacidad para formar a las educadoras que necesitamos", indica Mario Waissbluth.

Dentro de las 30 propuestas, otro de los aspectos importantes sobre educación inicial se enfoca en la creación de un Centro de Aprendizaje Familiar. "Estamos muy bajo el promedio de la Ocde acerca de cuántos niños, de 0 a 3 años, están dentro del sistema. De una cobertura del 38% que existe hoy tenemos que subir al 50%, y en niños de 3 a 4 años debemos pasar del 50% al 70%", indican desde Educación 2020. Según la propuesta, dichos centros ayudarían no sólo a aumentar la cobertura sin tener la necesidad de presencia de tantos educadores, sino que también a la formación del adulto responsable del niño.

Educación Escolar

Según los resultados del último informe PISA, el 10% superior de Chile figura con resultados equivalentes al nivel del 10% inferior de escuelas de Shangai y Singapur, en lo que a estándares de aprendizajes se refiere. "El modelo escolar chileno ni siquiera es capaz de competir a los niveles inferiores de otros países, ni los planteles privados se salvan", critica categóricamente Waissbluth.

Desde la propuesta -con un valor de US$ 4.090 millones en 12 años- el foco de preocupación dentro del sector escolar es a lo que llaman "derecho de aprendizaje". La presidenta ejecutiva de Educación 2020, Mirentxu Anaya, destaca que es fundamental aumentar la inyección de recursos al sistema de subvención. "Debemos pasar de una cifra actual de $ 90 mil por alumno a $ 200 mil", explican.

Otro aspecto donde son categóricos es en la implementación del sistema de aprendizaje integral. "Es necesario cambiar las metodologías tradicionales de enseñanza: la clase frontal y unilateral, con nulo liderazgo, interacción y participación de los estudiantes, por una sala con movimiento donde el profesor figura como mediador y le enseña al estudiante a aprender y trabajar colaborativamente", explica Anaya. Dicha medida implica comenzar un modelo integral con dos mil escuelas y pone un fin al aula, para establecer un sistema de tutorías donde los propios alumnos enseñan a otros y el profesor los acompaña durante el proceso.

Terminar con la burocracia

Para poder implementar el proceso de innovación radical de los colegios, que propone Educación 2020 es fundamental el apoyo a los equipos directivos. ¿Cómo? Waissbluth y Anaya recalcan la importancia de un perfeccionamiento a la alta dirección pública y la concursabilidad de directivos, partiendo por la eliminación de las llamadas 'lápidas burocráticas'.

"Tanto la burocracia como el sistema de financiamiento están enfocados en la asistencia y la matrícula. Ambos son dos grandes dolor de cabeza para los directores y que necesitamos alivianar la pega de los rectores para que puedan dedicarse a la calidad y transformación de las salas de clases", indica Mirentxu Anaya. "Esta propuesta, para hacerla avanzar y que los colegios puedan dar ese salto, necesita de la desmunicipalización, sobretodo de una administración local de calidad muy competente para poder hacer el avance educativo", agrega Waissbluth.

Educación Técnica

¿Qué ocurre en el caso del sistema técnico?

"Los liceos técnicos, públicos y privados en Chile, representan el 40% de las matrículas de la educación media. Estos jóvenes son los descartados del sistema educativo. De esos 1.000 establecimientos, hay entre 50 a 70 que funcionan y que generalmente son los que están en estrecha alianza con empresas que los adoptan no sólo con plata, sino con laboratorios y las pasantías. A los 18 años están listos para salir a trabajar e incluso hay filas por parte de las empresas para contratarlos, pero hay entre un 90% a 95% que no. Esto es un problema social, de equidad. Muchos de estos jóvenes no quieren ir a la educación superior porque necesitan trabajar y llevar plata para sus casas", detalla Waissbluth.

Las medidas para abordar la problemática se basan en la creación de un Programa de Aprendices, bajo el alero de la formación dual. Esto implica que el estudiante de educación técnica se forma en base a la práctica. "Durante dos días y medio asiste a clases al liceo, y los otros dos, va a trabajar a la empresa, con el acompañamiento de maestros. Una parte la financia la subvención escolar, porque el liceo necesita la mitad de la subvención, otro lo pone la propia empresa, porque tiene un trabajador más durante dos a tres años, y otro tercio sería en base a un subsidio. A lo que quisiéramos llegar es a que un 30% de la matrícula de liceo técnico esté en esta cobertura", añade.

Desde la vereda de la educación técnica profesional, una de las medidas que busca el plan es lograr mayor flexibilidad en la trayectoria laboral. "Hoy, si un estudiante técnico quiere ingresar al sistema universitario, pierde todo. Debe partir desde cero. Lo mismo un universitario que tiene apuro en salir al mundo laboral y/o que se quiere introducir en el sistema técnico", agrega Anaya.

En este escenario, el plan propone una nueva figura que permita que una institución de educación superior pueda tener en un mismo parámetro carreras universitarias, técnicas y de centros de formación técnica (CFT) e Institutos Politécnicos (IP), donde sus estudiantes puedan transitar de una a la otra, con mayor flexibilidad. "En educación técnica nos parece una de las propuestas más novedosas ya que tampoco se ha hablado de eso en las reformas que hoy se discuten en el Congreso", argumenta Waissbluth ."La Universidad Técnica Federico Santamaría (UTFS) es la universidad que más se parece a este modelo porque tienen universidad, IP y CFT", agrega.

Educación Superior

Uno de los conceptos más relevantes dentro de la propuesta para educación superior, es, además promover calidad y equidad, triplicar el gasto en área de investigación, desarrollo e innovación.

¿Cómo puede fortalecerse la calidad en educación superior?

"A través de financiamientos basales, de manera que las instituciones de educación superior, institutos y universidades tengan la tranquilidad de tener un proyecto de desarrollo a 10 años plazo. Nuestra postura es no pasar más allá del 60% hasta el 2030".

¿No creen en el avance de la gratuidad?

"Educación 2020 nunca apoyó la gratuidad total. Si es que lo dijimos, fue cuando estábamos creciendo económicamente a un 4% al año. El costo de cada decil es exponencial. Ahora, el aumento al 60% de gratuidad nos parece correcto, pero el desorden, el caos que hay en la educación superior respecto a la cantidad de carreras sin acreditar, es enorme", dice Mario Waissbluth.

"Los jóvenes están entrando, incluso con gratuidad, a carreras que no están acreditadas y donde el programa es una mugre. La gente todavía no hace la distinción entre la acreditación de la institución al de la carrera o programa de estudio, y desde el ministerio tampoco han querido clarificar. Entonces, ¿cómo podemos seguir expandiendo la gratuidad en ese caos?. Frente al avance de la gratuidad universal, la presidenta de la organización también es enfática. "Me asusta que le estamos dando gratuidad a los estudiantes, dándoles falsas expectativas, estafándolos y haciéndoles sentir que tienen acceso a través de la gratuidad, sin darles las competencias necesarias para enfrentarse al mundo laboral"

Cambio institucional

Hoy, el ministerio atiende a 4 mil millones de estudiantes, manteniendo registro de asistencia, montos respecto a Junaeb, Junji y becas de cada nivel de educacional. "El volumen de tráfico de información y plata de un lado a otro supera por lejos la complejidad que puede tener el banco más sotisficado de Chile, administrando un cuarto del presupuesto público.Se necesita una voluntad política presidencialista para modernizar la institución, donde decidamos como país cómo hacer esta reforma. Si no lo pensamos a largo plazo, nadie se va a atrever, porque los gobiernos duran cuatro años y este cambio es de 8 años mínimo".

El plan busca darle más atribución al Consejo Nacional de Educación. "Esperamos generar consenso. Tenemos que pasar del derecho a la educación al derecho al aprendizaje. Vamos a golpear puertas".

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