Muere la viuda del creador de "El Eternauta"

Elsa Sánchez vio como la dictadura militar argentina secuestró y asesinó a su esposo y a sus cuatro hijas, y le robó a dos nietos.<br><br>




Su nieto de apenas tres años se convirtió en su salvación en medio de tanto sufrimiento y eso le permitió sobrevivir y luchar, pese a haber sufrido la pérdida de su esposo, sus cuatro hijas, tres yernos y dos nietos. El domingo pasado falleció en Buenos Aires, a los 90 años, Elsa Sánchez, la dirigente humanitaria con cuya familia la última dictadura militar argentina (1976-1983) se ensañó.

Sánchez era viuda del dibujante y escritor de historietas Héctor Oesterheld, creador de El Eternauta, Ernie Pike, Mort Cinder y El sargento Kirk. Se habían casado en 1947 y tuvieron cuatro hijas: Beatriz, Elsa, Marina y Estela. En medio de la polarización del país de los años 70, las cuatro hijas comenzaron a militar en la organización radical izquierdista y peronista Montoneros, y el padre se sumó a sus hijas.

Pero pocos meses después del comienzo de la dictadura la familia Oesterheld-Sánchez comenzó en vivir en carne propia lo más duro de la represión. Su hija Beatriz, de 19 años, fue secuestrada y desaparecida en junio de 1976. Al mes siguiente la policí¬a secuestró a Diana, de 23 años y embarazada de seis meses. La guagua habría nacido en un centro de detención y dado en adopción pero no ha sido encontrado hasta ahora. La pareja de Diana también había sido asesinado, por lo que un hijo de ambos, que entonces tenía tres años, fue criado por la familia paterna.

En abril de 1977 fue el turno del creador de El Eternauta. Fue secuestrado y se estima que fue retenido un año en distintos centros clandestinos de detención antes de ser asesinado. A fines de ese año, otra de sus hijas, Estela, murió en una emboscada cerca de su vivienda. Elsa Sánchez se enteró del asesinato de su hija porque fueron los militares los que le entregaron a Martí¬n, de tres años, hijo de Estela y de su yerno Raúl Mortola, también asesinado. Por la misma época fue secuestrada Marina, de 18 años y quien estaba embarazada de ocho meses, junto a su pareja. Se considera que la joven dio a luz en un centro militar antes de ser asesinada.

Fue entonces que Sánchez se abocó a la tarea de criar a ese pequeño nieto, Martín, y a la búsqueda de su esposo e hija desaparecidos y a sus nietos secuestrados para lo que sumó a la organización Abuelas de Plaza de Mayo. “Ni yo misma puedo decir cómo fue que seguí viva. Soy un misterio para los psicólogos. Yo creo que Martín me salvó. Tenía tres años y yo tenía que ocuparme de él. Creo que saber que estaba totalmente sola para enfrentar la vida me dio fuerza”, dijo hace algunos años al diario Clarín.

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